No te salves.
No tomes el salvavidas todavía.
Déjame seguir naufragando aquí,
con un barco sin timón,
sin dirección que me lleve de nueco a ti.
Y todavía me preguntan quién me duele;
cuando saben de sobra que todos y cada uno de mis huecos están llenos de tu ausencia.
Tengo miedo a no olvidarte nunca del todo,
a que entres abriendo todas las ventanas de mi casa y me digas señalándome que habitas ahí.
He pisado sobre tus huellas y solo me ha servido para llenarme los zapatos de todos los pasos que no nos llevaron a nosotros de vuelta.
Ojalá los días que he pasado sin ti, intentando olvidarte, tan solo fueran días que te quedan para darte cuenta de que yo fui todo lo que siempre quisiste.
Y me engaño, me digo que de tantas veces que te fuiste ya solo te queda volver.
Y aunque no sea así, me gusta pensar todo lo contrario, por eso me engaño, porque no puedo hacerme a la idea de que tú salgas de mí.
Ya solo me queda seguir sin ti, con tu recuerdo gritando desde dentro, y no emite ningún sonido.
Nunca te vas.
Aunque tampoco dejo que lo hagas
y es que,
no puedo perderte más de esta vida que llevo sin ti.
Y es que,
ojalá volvieses
como si nunca te hubieras ido.
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El placer de habernos perdido
PuisiEntiendo que os acojone querer. De verdad, os juro que lo entiendo. Pero a veces llega alguien, no sé sabe bien por qué, pero llega, irrumpe ahí; en todos tus miedos. Llega, y eso no evita que sigas siendo lluvia, pero esta vez, sois lluvia juntos...
