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la pareja estaba en la "oficina" de sano, ella se encontraba sentada al lado del albino mientras el, sanzu y koko discutían con mafiosos, otra vez. la verdad era una rutina bastante aburrido, ni siquiera hablaba y estaba ahí sentada como florero pero no se quejaba porque aveces tenia que estar parada 3 horas escuchando a los varones hablar de cosas que no le importaban, para colmo la obligaban a usar tacones increíblemente incómodos.

- fue un gusto tener este encuentro con ustedes. - dijo un hombre que parecía el lider del grupo. para resumir todo más rápido, todos se despidieron y unos hombres de seguridad escoltaron a nuestros invitados a la salida.

- ya puedes levantarte si quieres. - dijo manjiro y akiko se levanto y estiro, incluso estar como estatua era dificil.

- yo me voy a mi habitación a ver algunos asuntos. - aviso koko y abandono la habitación.

- akiko-chan. - dijo sanzu con ese tono venenoso, como siempre - vete que quiero hablar con mikey.

la fémina agarro su bolso y se fue a su cuarto el cual compartía con manjiro, dejandolos a el y a sanzu solos, algo que en parte no le agradaba a la chica porque sanzu era un demente drogadicto que usaba a mikey a su antojo, mientras el otro se dejaba.   

- ¿que pasa? - pregunto el albino.

- la perra esa me tiene cansado, mikey. - exclamo sanzu de inmediato.

- no parece que te tenga tan cansado cuando te la coges. - respondio a la defensiva manjiro.

algo que akiko no sabia era que sanzu la detestaba y si fuera por el ya le hubiera pegado un tiro en todo el cráneo, pero manjiro se lo impidió, que sanzu lo mate a el o se mate a si mismo si quiere, incluso que juegue con la mujer todo lo que se le plazca, pero tenia prohibido matarla.

si ella moría, la poca cordura que le quedaba al albino se iría y el se suicidaria sin pensarlo dos veces.

- es tan molesta, no se porque nunca la dejaste por ahí tirada.

- si tanto te molesta solo vete, imbécil. - sentenció y se fue del lugar para ir con la pelinegra, ella era su lugar seguro y el era una montaña rusa de emociones inestables.

hace años no le decía a la chica que la amaba, porque ella no tenia que saberlo, ella tenia que odiarlo y dejarlo ir...como draken, takemicchi, chifuyu, mitsuya y toda la toman. 

abrió la puerta de la habitación y el amor de su vida se estaba cambiando, solo tenia un short y su sostén en ese momento. manjiro se sintió horrible al ver marcas de dedos, mordidas y chupetones en los senos, clavícula, brazos y hombros de la fémina.

pero como siempre, no lo demostro.

- ¿como te fue con sanzu? - pregunto mientras terminaba por ponerse una remera gris.

- es un enfermo, ya no lo aguanto. - suspiro y se tiro boca abajo a la cama.

- es difícil ser el líder ¿eh? - se acostó al lado del albino.

- no empieces con tus mierdas.

- lo siento.

[...]

- tengamos una cita, akiko. - pidió manjiro, ambos estaban acostados en la cama y eran las 3am, para su no-sorpresa ninguno podía dormir.

akiko se quedo en silencio y abrió lo ojos sorprendida, ¿había escuchado bien? ¿su manjiro sano le estaba pidiendo salir? la última vez que paso eso fue cuando tenían 15 años, antes de que manjiro se termine por perder a si mismo.

- ¿c-cita?

- eso dije, hace mucho no tenemos una.

- ¿en donde?

- aqui, sabes que no podemos exponernos demasiado.

- acepto. - dijo la fémina sonriendo y con una pizca de alegria en su voz.

eso hizo sentir el corazón de manjiro cálido. 

luego de la invitación se quedaron mirando el techo como por una hora, sin decir nada.

- sabes... - inicio akiko.

- ujum.

- por el ventanal...ayer vi a hina-chan. - empezó a contar y sintió como si sus ojos empezaban a picar - estaba junto a mitsuya-kun y kazutora.

- uhm...

- escuche que hina y takemichi se van a casar. - su voz empezaba a ser más baja, tenia ganas de llorar.

- ve al punto.

- siempre soñé con casarme algún día contigo.

"¿que?" fue lo único que paso por la mente de manjiro.

quería golpearla, quería que abra los ojos de una vez, no entendía como podía existir una chica tan estúpida. 

- ya para.

- a take seguro le gustaría que fueramos...

- ¡callate! - grito manjiro y se sentó de golpe.

- perdón.

- "lo siento", "disculpame", "perdón" ¿¡es acaso lo único que sabes decir!? - manjiro gritaba pero su expresión no parecía enojada, estaba tan vacío como siempre.

algo que no se esperaba akiko era que manjiro agarre la pistola que estaba en su mesa de noche y la apuntara con ella. de inmediato la fémina se sobresalto y se sentó también.

- ¿m-manjiro?

- ¡te invite a una cita después de diez años! ¿que más quieres de mi? - siguió gritando sin soltar el arma la cual temblaba en su mano.

la pelinegra se quedo paralizada, había visto a su novio matar gente y miles de cosas más pero nunca la había apuntado con una pistola.

manjiro estaba cruzando el limite y akiko no lo estaba deteniendo. no sabia que hacer, temía hablar y terminar desangrada en la cama.

ella esperaba de koko, kakucho y se veía venir que sanzu intente matarla o drogarla pero de manjiro eso era algo nuevo. manjiro nunca le puso un dedo encima y la verdad no hacia falta porque con sanzu ya le bastaba y le sobraba.

- nunca me casaría contigo, akiko. - aclaro manjiro fríamente.

eso le dolió, sabia que era algo obvio pero igual le dolió...ella en serio anhelaba tener una vida normal junto a el.

- wow ¿por...qué? - se atrevió a preguntar. 

- solo te estaría atando aun más a mi. - bajo el arma y su pareja respiro tranquila, el guardo en su lugar el objeto y se volvió a acostar, pero esta vez era de espaldas a la fémina.

estaba asustado de si mismo.

[...]

- ¡aki-chan! - corrió hasta su novia con una sonrisa y la abrazo.

- wow...¿se puede saber la razón de tu felicidad? - pregunto al verlo más energético de lo normal.

- estuve hablando con kenchin y quiero tener una cita contigo. - comento escondiendo su cara en el cuello de la fémina, en parte para poder oler su linda fragancia.

- uhm...que sorpresa. - hablaba sorprendida mientras se ponía colorada hasta las orejas.

- ¿quieres o no?

- eso no se pregunta, es obvio que si...lindo.

ese mismo día, sin haber planeado nada se dirigieron a el restaurante de siempre y manjiro pidió su preciado menú infantil.

fue su primera salida de muchas más.

" teddy bear " - w/ manjiro sanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora