2: Osa Mayor.

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Día 2.

El bullicio de las alarmas de todo el piso sonó causando que quisiera soltar un grito. Eran las seis de la mañana y al parecer todas las alarmas de todas las habitaciones estaban programadas a esa hora, pude escuchar el sonido fuera.

Me levanté enfadado y luego tomé la ropa que mi mamá me había obligado que usara. El pantalón era totalmente horrible así que me quedé con mis jeans, la camisa era pasable. Y me había dado un sombrero, ¿enserio creía que lo usaría? Me lo puse y no se veía tan mal, pero lucía ridículo, me encogí de hombros, lavé mi rostro y mis dientes y salí de la habitación acomodando mi cabello con mis manos.

Llegué a la recepción donde se supone que nos debíamos reunir todos para saber las tareas que haríamos y no había nadie. Genial. Me acosté en el sillón de la sala de espera y me quedé dormido sin querer.

No pasó mucho tiempo cuando sentí que alguien me movía, abrí los ojos esperando encontrarme con mi mamá o Gemma, pero en su lugar era el tal Liam con una sonrisa. ¿Sonreía así siempre?

—Hola Harry, creo que te quedaste dormido, siento haber llegado tarde, hubo un problema en el establo y estaba ayudando.

Ignoré sus disculpas y me levanté del sillón cuando vi a mi mamá y mi papá que iban entrando junto a Karla. Fruncí el ceño a no ver a mi hermana con ellos.

—Buenos días, Li—Lo saludó Karla a Liam.

¿Li? Al parecer todos tenían apodos aquí.

—Buenos días, Karly y señor y señora Styles—Los saludó él y mis papás hicieron lo mismo.

A mí no me saludaron así, que maleducados. Gemma entró casi corriendo a la recepción y rio nerviosa.

—Buenos días, lo siento si llego tarde —Se excusó.

—No te preocupes Gemma, vamos a repartirles las tareas —Nos dijo Karla a todos.

***

—Y entonces pones toda la paja ahí y salen los cuadros ya hechos —Terminó de explicarme Karla.

Fruncí el ceño, qué estupidez era esta de poner paja en una máquina para que la hiciera cuadro.

—¿De qué sirve esto?

—Se organiza y se vende, no podemos venderla suelta, se desperdiciaría mucho y sería un desorden — Respondió.

Rodé los ojos y suspiré.

—¿No puedo tener otra tarea? —Pregunté.

—A menos que quieras limpiar el establo de los caballos primero, pero aun así volverás después a terminar con esto —Me dijo —Por el día de hoy tienes solo esas dos tareas para que vayas calentando y los próximos días trabajes más duro.

Sonreí. Si se iba a poner así de dura conmigo y me iba a obligar a trabajar, yo podría hacer que cambiara de opinión y que ella hiciera el trabajo por mí. No soy del que tiene a una chica diferente cada noche, pero uso mis encantos de vez en cuando para conseguir lo que quiero.

Me acerqué a ella aún con la sonrisa en mi rostro. Ella ni se inmutó cuando la tomé de la mano. Parecía aburrida de seguir aquí.

—Podríamos hacer alguna otra cosa antes de trabajar —Le dije lentamente.

—¿Ah sí? ¿Cómo qué? —Preguntó fingiendo interés.

—Bueno Laila, podríamos pasar un rato divertido, ya sabes —Le dije acariciando su mano, luego puse mi otra mano en su mejilla— Podríamos ir a tu habitación y...

Angelic Organics (h.s.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora