Capítulo 9

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Karina despertó de su siesta algo confundida, se sentó rápidamente olvidando que sus manos aún seguían esposadas. Sintiendo las ataduras apretar sus muñecas Karina miro hacia abajo y los recuerdos llegaron a ella. Una sonrisa se dibujó en su rostro y pudo escuchar el juego de baseball de Minjeong sonando en la sala.

Estirándose lo mejor que pudo con sus manos atadas frente a ella Karina se dirigió a la sala. La pasión se encendió en ella cuando vio a Minjeong sentada en el sillón, sobando tranquilamente la polla atada a ella.

Oyendo sus pasos Minjeong volteo su cabeza mientras Karina se acercaba al sillón

—¿Estuvo buena tu siesta? —Karina asintió y sonrió.

—Sip. Pero ahora estoy lista para que me folles de nuevo —Minjeong gruño en placer. Maldición esta mujer se va con todo, de frente a lo que quiere. Karina sonrió ante la reacción causada.

—Ven aquí —Minjeong se deslizo un poco hacia el filo del sillón. Si Karina estaba ansiosa por hacerlo, Minjeong también. Ya habría tiempo después para discutir lo que todo esto significaba, pero no ahora. Karina se acercó parándose frente a Minjeong. Cogiendo sus muñecas, Minjeong la libero de las esposas. Después de depositar un beso delicado en cada muñeca Minjeong beso su estómago.

—Ponte de rodillas.

Karina asintió con una sonrisa pervertida, se arrodillo. Piernas tonificadas separadas permitiendo a la ojiverde acercarse más. Karina se lamio los labios y levanto su mirada hacia Minjeong. Sus ojos se habían puesto oscuros otra vez. Sentándose en el sillón mientras Karina dormía le había permitido a su cerebro alucinar y Minjeong llego a la conclusión de que había una cosa que quería ver a Karina hacer.

—Chupala— Minjeong demando en una voz ronca. Normalmente, Karina estaría espantada del descaro del pedido si hubiera sido un hombre, pero Karina se encontró deseosa de complacer a Minjeong. Esta era una nueva experiencia para ambas. También sabía que si se negaba probablemente Minjeong se lo tomaría a pecho y saldría corriendo, como la mayoría de hombres lo hubieran hecho.

Inclinándose hacia adelante Karina paso su legua por la punta de la polla. Minjeong gimió ligeramente. Karina deposito un beso en la punta antes de deslizarla entre sus labios lentamente. Apenas empezando a succionarla Karina se alejó, dejando su lengua trabajar alrededor de ella.

Karina podía sentir los ojos de Minjeong en ella mirando cada movimiento. Deseando provocarla y excitarla aún más, Karina lentamente deslizo cada centímetro del juguete hacia adentro en su garganta. Empujandolo hacia adentro y afuera un par de veces antes de retirarla. Las manos de Minjeong se aferraron al sillón.

—Dios Karina. ¿Puedes hacer eso de nuevo?

Mojándose los labios Karina se acercó hacia adelante. Esta vez mientras tragaba la longitud de la polla, deslizo sus manos bajo el arnés y metió dos dedos dentro de Minjeong. El jadeo de un gruñido fue escuchado y Minjeong se controló para mantener sus manos quietas y enterradas en el sillón. Su deseo, de coger la cabeza de Karina desde atrás y dar estocadas en su boca, la superaba.

Karina se alejó para tomar aire, deslizando aun sus dedos dentro de Minjeong. El movimiento era limitado debido al arnés, pero a Karina no parecía importarle. Al contrario, se sentía más apretado, los dedos de Karina atrapados, enterrados en ella. Cuando levanto la mirada para observarla, Karina se dio cuenta de los puños aferrándose al sillón. Una sonrisa apareció en sus labios.

Meneado sus dedos y lamiendo la punta de la polla Karina miro el estado de felicidad de Minjeong.

—Hazlo Minjeong.

Los ojos de Minjeong, que en algún punto los había cerrado, se abrieron y dirigieron su mirada a Minjeong. Su respiración consistía de pequeños jadeos y sus musculos se tensaban mientras sus dedos jugaban dentro de ella.

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