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TERCERA PARTE

La palabra con C que no es cabrón


Jackson se sintió crudo una semana completa.

Fue absolutamente horrible y mortificante.

JinYoung no decía nada, pero él estaba seguro de que lo cuestionaba. No es como si no hiciera su trabajo, o como si no le dijera que estaba siendo un idiota cuando lo estaba siendo, pero había algo en sus formas que demostraba que había algo diferente. Probablemente Park JinYoung no podría saberlo, pero Jackson podía decirlo mejor.

Jackson en realidad, estimaba a JinYoung. Todavía seguía siendo una persona horrible y muy quisquillosa, pero era su problema tratarlo. Lo irritaba cuando sus compañeros hablaban mal de él abiertamente, y cuando se compadecian de él por trabajar con JinYoung.

Sabía que era estúpido, pero no podía parar. Se consolaba diciendo que era imposible no querer a alguien a medida que lo conoces, pero no estaba en él querer a su jefe. Era desordenado de una forma tan mala, que había estado buscando activamente una forma de detenerse y sin dar resultados.

Cuando JinYoung estaba de mal humor, él no quería pelear, él quería abrazarlo. Y lo había asustado tanto el pensamiento, que golpeó la puerta muy fuerte para huir y JinYoung se puso furioso. Después de un tiempo pensándolo, ya no se sorprendía tanto, y casi podía vivir con ello sin sobresaltarse, pero era más evidente cada vez que está fijación con querer mejorar los problemas de JinYoung no se pasaría pronto.

Eso explicaba tal vez, por qué había aceptado ir al viaje de Japón. Estrictamente hablando, los asistentes personales sí iban a viajes de trabajo, pero JinYoung nunca había querido compañía antes. Hasta ahora. Y él sabía que si decía que no, no habría un problema tan grande e iría otra persona en su lugar.

No lo hizo.

Mientras sobrevolaban el cielo de Osaka, Jackson se preguntaba qué demonios le estaba pasando. JaeBeom se lo había preguntado antes y tampoco pudo responder.

Le había dicho que actuaba como un novio. Jackson se había quedado de piedra, e hiper consciente de cada una de sus acciones. De cómo sus manos volaban a arreglar el cabello y la ropa de JinYoung, de cómo no quería que nadie preparara el café de él, porque sólo él sabía cómo le gustaba. De cómo le preguntaba si ya había desayunado y cenado, incluso si no estaba en la empresa y cómo siempre quería arreglar lo que estuviera mal, preguntándose si algo tenían que ver ellos y si podía abrazarlo o sería demasiado. De cómo recordaba perfectamente cómo despertaron en la mañana, abrazados, el cuerpo de JinYoung casi encima de él y el peso se sintió perfecto, como si sólo pudiera centrarse en JinYoung y cómo la luz del sol caía perfectamente en su rostro y sus labios entreabiertos y Jackson por un segundo, por un ínfimo y aterrador segundo pensó que sería perfecto si pudiera besarlo en la mañana y justo después de eso se asustó y lo empujó, rompiendo cualquier hechizo que el sueño se hubiera encargado de maquinar.

Ahora iba a pasar una semana en compañía de su jefe. Todo el día. Todos los días. Si el problema empeoraba por exposición en vez de hacerlo mejor, Jackson iba a estar en problemas. Con suerte eran tan poco compatibles que se terminaría su interés repentino tan pronto como apareció. No es que ser compatibles significara algo más que fantasías vacías para él, pero estaba seguro que descubrir un hábito desagradable de su jefe que no conociera ya haría el trabajo de terminar su enamoramiento de raíz.

Cuando ambos pisaron el suelo nipón, Jackson tomó una resolución: No era un enamoramiento, y no lo sería. No lo permitiría.

Ahora necesitaba poner a bordo al plan a su corazón.

HOLD ME | jinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora