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CUARTA PARTE

El inevitable cruce de las fuerzas de la naturaleza

Que no la necesitara no significaba que pudiera huir de ella. Jackson veía toda la semana, todo el día a JinYoung y fingir que nada estaba pasando no era tan fácil como creía. Se debatía entre los dos lados, pelear por todo o ceder a todo. Mantener el equilibrio a conciencia era más difícil de lo que parecía.

Jackson no quería demostrarle cuánto le afectó. Y estaba lográndolo a medias, si MinYoung le preguntaba si al jefe le había pasado algo en Japón.

—¿Estás seguro que no debería dar una alerta? —susurró medio en broma medio en serio.

Jackson se congeló y luego le dio una sonrisa torpe.

—¿Por qué lo dices?

—Bueno, parece un poco extraño estos días... Fuera de su piel. Y te ha... —MinYoung duda y luego se encoge de hombros mientras come de su lonchera.

—¿Me ha qué?

—Te observa. Todo el tiempo... Es decir, más que antes.

Jackson rió pero sintió que su voz fue enlatada y a duras penas consiguió no parecer tan tieso. Los palillos se suspendieron en el aire unos segundos antes de que él pudiera tomar el control.

—No es así, no creo. Sólo está buscando algún error en mí —se burló Jackson.

MinYoung le dio una mirada escéptica, pero lo dejó estar al parecer dándose cuenta de que el tema era incómodo para él por algún motivo. Jackson se dedicó a preguntar por IkJoon, el novio de MinYoung y sobre cómo habían sido los días sin el jefe y diciéndole lo mucho que la envidiaba como si no hubiera ido a Japón por cuenta propia.

Para el final de la jornada, Jackson estaba tan cansado de trabajar, enfocándose sólo en ello, que a penas terminó su horario, voló hacia el estacionamiento.

Así pasó una semana. Asfixiante, tensa y extenuante. Él recordaba claramente la confrontación con JinYoung al respecto, y ocurrió por una cosa tan burda, que él aún estaba tratando de darle sentido.

Estaban JinYoung y TaeYong en su oficina discutiendo cuando él fue llamado y ni siquiera por su jefe. Jackson arrastró los pies fuera de su escritorio y con su rostro más neutro entró a la oficina.

—¿Sí, señor? —preguntó a TaeYong.

—Hyung, ¿qué opinas al respecto de esto? JinYoung hyung está loco. Fue hasta Japón para negociar con Nakamoto Yuta y Minatozaki Sana, pero ahora que ella quiere más, JinYoung hyung está dispuesto a romper el trato sin siquiera pensarlo o hablar antes, ¿tú qué opinas?

Jackson mordió su labio o observó a los dos hombres sentados en los sofás. Mientras TaeYong tenía un aura fácil (ya que no estaba molesto, lo había visto y tampoco era bonito) y afable, JinYoung era todo lo contrario. Estaba en esa típica posición de los hombres de poder, las piernas abiertas, espalda reclinada y brazos cruzados. La típica confianza casual de quién sabía que tenía poder. TaeYong era bonito. Sus ojos grandes, como burbujas y su pequeña cara lo hacían parecer lindo, incluso aunque su mandíbula era filosa. Si él pensaba en JinYoung, no pensaba en alguien lindo. Era demasiado salvaje para ser catalogado así. Guapo, quedaba más acorde. Aunque el término perfecto sería peligroso.

HOLD ME | jinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora