mío

3

Harry estaba dando por finalizado el entrenamiento de quidditch. Estaba impaciente por pasar un ratito en compañía de su omega, cuando Jimmy Peakes le siguió con insistencia.

—… de verdad creo que necesito entrenar más tiempo, Harry. Tú eres un espectacular buscador, pero yo soy un golpeador regular. ¿No crees que necesito estar a tu altura? Podemos tener algunas prácticas solos para mejorar eso y-y como recompensa ¡Te invito a Hogsmeade!

El alfa suspiró. Desde la Guerra, muchas personas trataban de hacerlo ir a Hogsmeade. Él quería ir, pero con Draco.

—Lo podemos hablar después, Jimmy.

—¡Es muy importante que seamos iguales, Harry! Sé que puedo ser tan increíble como tú. Déjame demostrarlo.

Y repentinamente, tenía al chico muy cerca de él. Casi respirando el mismo aire.

—¡Epa, Peakes! No te hagas el tonto y entrena con Ritchie. Deja a nuestro buscador en paz.

Katie Bell, una alfa enlazada y consciente del enfurecido omega que bajaba de las gradas, quería evitar más desastre porque conoce los celos de un omega marcado.

—¡Pero él es el capitán! —gritó el chico.

—Y él ya te entrenó cuando debía.

Harry los dejó y trotó hasta llegar a Draco, quien sin decirle una sola palabra, lo jaló hasta los vestidores.

Estaba vacío, le empujó contra la pared y le miró directamente a los ojos— Eres mío.

Cuando un gruñido de Harry se escuchó hasta la discusión de Katie y Jimmy, la alfa sonrió montando su escoba para irse.

—Es mejor que te vayas.