16. Amor platónico de amigas

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Clarke

No sabía quién era esa tal Raven, pero ya había interrumpido uno de mis momentos con Lexa.

 Unos días atrás, bajé a buscar a Monty pues me había insistido en que sabía tocar muy bien la guitarra y que, quizás, podría invitarle a uno de los conciertos a tocar una canción con ellos. Le prometí que se lo plantearía al grupo si me prestaba la guitarra esa mañana. Lexa se iría con la niña a visitar al pediatra en un procedimiento rutinario para saber que todo estaba bien. Tendría mi momento para poder grabar la canción que había estado componiendo esos días en mis ratos sin ella. La tarareaba y ahora necesitaba plasmarlo con una guitarra.

Ensayé un rato antes de poner el móvil a grabar. Se me echaba el tiempo encima, pero el regalo era para ella y quería hacerlo perfecto. Fue sencillo estar tranquila, sincera... Todo lo que decía lo sentía, la quería tanto... 

Poco antes de entregarle la nota, subí el vídeo a instagram. Sabía que ella no iba a ponerse a mirar el móvil hasta que yo se lo dijera. Estaba bastante alejada de las redes. Cuando lo vio, pareció temblar. Su cuerpo estaba extasiado y su cara anonadada. Me abrazó, me lo agradeció y entonces nos interrumpieron.

Fuimos a conocer a esa tal Raven. Me imaginaba, por el nombre quizás, a una mujer afroamericana, ya como último trabajo antes de jubilarse, y ¿qué me encontré? Una preciosa joven latina de veintimuchos años, de largo pelo negro y liso. ¿Dónde estaba la señorita Doubtfire versión afro que yo me había imaginado?

-Siento que hayas tenido que pasar este día en un avión- le dijo Lexa en cuanto la vio- Bienvenida- siguió, ofreciéndole un paquete envuelto en papel de regalo-.

-Buenas noches- contestó ella- Muchas gracias, y siento molestar tan tarde. Espero que no haya interrumpido vuestro sueño o algo.

-¡No te preocupes, faltaría más!- exclamé yo con sorna-.

-Oh, soy una admiradora- sonrió ella- Encantada, soy Raven.

-Hola, Raven- contesté a regañadientes- Espero que tu viaje haya ido bien.

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-¿Y cómo es que te has mudado a Idaho para este trabajo?- pregunté yo al día siguiente, después de que Raven conociera a la niña y congeniaran divinamente-.

-He estudiado magisterio y mi sueño era vivir en un santuario, con más gente como yo. Cuando vi el anuncio, ¿cómo resistirme? 

-Ya...- sonreí falsamente-.

No sé por qué, pero me sentía amenazada por ella. Sería porque les caía bien a todas y cada una de las personas que nos habíamos cruzado. Y porque yo ya no era la novedad en la vida de Lexa...

-No sabía que Clarke Griffin era vegana- soltó entonces- ¿Lo eres?

-No eres tan fan si no me sigues en las redes...- solté de manera brusca-.

-¡Clarke!- me regañó Lexa-.

-Lo siento, ella dijo que era muy fan nuestra.

-Bueno, no me van las redes sociales- se defendió- Sigo tu música, no tu vida.

-Ya....- dije ante la respuesta pedante- Pues sí, soy vegana- contesté con orgullo- Desde hace más de dos meses.

-¡Vaya, enhorabuena!- la maldita sonreía como si se alegrara de verdad- Yo me crié en una casa vegana. Nunca he consumido productos animales- terminó-.

¡Vaya! ¿Quién iba a decir que fuera la mejor en esto también? Ni una triste hamburguesa sangrienta se había comido doña perfecta.

-¿¡De verdad!?- preguntó Lexa- ¡Eso es genial! ¿Y cómo fue criarse así?, cuéntame.

Todo por ti CLEXA AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora