El esposo de los hermanos Lan

Cuatro

Lan WangJi

El sonido de Guqin (1) se distinguía entre el murmullo de las conversaciones mientras el salón de ceremonias se iba llenando de invitados.

—¡Lan Zhan! —WangJi se sorprendió al escuchar su nombre de nacimiento en público y levantó la vista. Vio a Wei Ying acercándose. A pesar de su andar cansado y de su rostro ceñudo, los ojos le brillaron con intensidad al llegar a él—. Me alegro mucho haberte encontrado entre toda esta gente. Estaba solo y perdido.

WangJi tragó saliva antes de responderle.

—Te vi huyendo de Madame Yu y tu hermano.

Wei Ying rió.

—Las viejas costumbres son difíciles de romper. Me siento como un niño otra vez, quiero probar todo, correr y bailar un poco y ellos no me dejan. Ellos solo quieren que salude a todo el mundo.

Lan WangJi se permitió sonreír.

—Creo que es lo que la secta Gusu Lan necesita. Energía nueva para el futuro.

—Lan Zhan, que tu tío no te oiga sino sumará 500 reglas más al muro —WangJi contuvo una sonrisa. No entendía como la gente no veía el aura pura y llena de vida del Omega frente a él—. Lan Zhan —Wei Ying suspiró—. Eres muy diferente a tu hermano.

—Mmn. Siento que no pueda sacarte a bailar.

Wei Ying lo miró con los ojos grandes antes de soltar una carcajada.

—Me haces reír Lan Zhan.

WangJi buscó en su cabeza algo que decir. No lo logró. No comprendía sus palabras.

—¿Por qué? —Decidió preguntar.

—Oh , aquí estás HanGuan-jun —interrumpió el líder de la secta Qinghe Nie, Nie Mingjue—, estoy orgulloso de que vayas a ser el nuevo líder de Gusu Lan. XiChen también lo estaría.

WangJi abrió la boca, pero no pudo decir nada. Miró a Wei Ying a su lado. Se lo veía pálido. Decidió hacer un saludo respetable y se disculpó.

—Por favor, discúlpeme líder Nie.

Luego, se dio prisa en sacar a Wei Ying de allí. El Omega tenía la mirada perdida y la expresión vacía.

—Wei Ying ¿Estás bien?

Wei Ying se sobresaltó.

—Claro —Contestó, y una sonrisa asomó brevemente a sus labios antes de desaparecer de nuevo—. Hay mucha gente esperando algo de ti.

—No tienes buen aspecto.

—Estoy bien —dijo levantando los hombros—. Tan solo un poco cansado. Últimamente no duermo bien.

Probablemente de pena por Lan XiChen pensó WangJi. Sintió una extraña punzada de celos. Era ridículo. ¿Cómo podía envidiar a su hermano ahora que estaba muerto? Toda aquella extraña situación lo estaba volviendo loco.

—Tal vez deberías buscar asiento —Le sugirió WangJi

Wei Ying no se movió.

—Estoy bien, de verdad —dijo mirándolo con aquellos arrebatadores ojos—. A partir de ahora me esforzaré más. Ve, ve —lo empujó—, empieza a practicar tus deberes como líder.

Wei WuXian

Wei WuXian observó a Lan Zhan mezclándose entre los invitados, fue todo saludos y pero nada de sonrisas. Sobresalía una cabeza de la mayoría de la gente y se movía como un rey con su porte y su comportamiento seguro y confiado. Todo el mundo se alegraba de verlo. Todos estaban encantados al parecer de que la sucesión fuera un asunto sencillo y sin sobresaltos, siguiendo los métodos tradicionales.