—¡Kaleigh Alexis Weiss!
Si.
Mi nombre viniendo de ella era la única señal que debía de recibir para saber que tengo que dejar mi cómoda cama cuanto antes.
Me estiro con pereza, sintiendo como varios rayos de sol ya se están colando por la ventana, intento con pesadez abrir mis ojos al tiempo que paso mis manos por mi cabello alborotado sin éxito de tener un mejor aspecto.
Suelto un gran bostezo pasando mi vista por toda la habitación semioscura sin ganas.
De un salto decido dejar mi cama para dirigirme a la puerta de mi habitación sin hacer ningún ruido, y al abrirla, observo hacia las escaleras, también hacía el pasillo que se dirige a su habitación para ver si mi madre viene por mí.
No viene por mí.
sonrió aliviada, cierro de nuevo la puerta, estirando mis brazos al aire, haciendo todo con la mayor tranquilidad como si no tuviera que estudiar en unos minutos.
Me dirijo a mi armario a decidir que me pondré el día de hoy.
Un pantalón holgado junto con un frannel rojo, una bufanda de cuadros color café pálido siempre serán una buena opción, por el simple hecho de que vamos a mitad de octubre y las temperaturas suben de vez en cuando y hoy no creo que pueda ser la excepción.
Al pasar varios minutos en la ducha ya me encuentro cantando stayin' Alive una canción que siempre suelo cantar cuando estoy en la ducha y también porque es una de mis favoritas. porque aunque me encuentre cansada o triste esa canción hace que me olvide de todo y la baile, ya que la letra es tan pegadiza y el ritmo es tan sin palabras.
—"But now it's all rigth, it's okay and you may look the other way..."
—¡Kale apresúrate el desayuno se enfriará!—a lo lejos logro escuchar la voz de mi madre.
—Or we can try to understand The New York Times' effect on men..."
Escucho varios toques en la puerta del baño y doy un respingo ya que estaba muy atenta y concentrada a la canción y la quien toca la puerta es mi madre.
—Kale deja la música y sal ya que se te está haciendo muy tarde.
—Ya, ya, ya salgo mamá regañona —digo en tono chistoso para hacerla enojar.
—¿A quién le has dicho mamá regañona?—pega un gran golpe a la puerta haciendo que de un gran brinco el cual hace que de un pequeño resbalo gracias al jabón que hay en el piso de la bañera.
Se que no le gusta que le diga así y por eso me gusta decírselo para molestarla.
—A ti—digo conteniendo una risa y manteniéndome quieta por que el jabón hoy también es mi enemigo.
—Ya veremos quien es regañona cuando salgas del baño niña —dictamina la jueza.
Me empiezo a reír, Luego de decir eso, puedo escucharla alejarse por lo que rápidamente me quito el jabón que aun tengo en el cuerpo, salgo de la ducha para luego enrollarme en mi toalla de pececitos azules, me coloco mis sandalias dispuesta a salir del baño, cierro la puerta detrás de mi y me dirijo directo hacía a mi habitación, en el momento que tomo el pómulo de la puerta por el rabillo del ojo veo a Bryson, sus ojos azules se encuentran con los míos y lo veo afuera de su cuarto es algo que me sorprende un poco ya que el no suele salir de su habitación. Bryson es mi hermano pequeño el cual tiene 9 años el es muy parecido a mamá, su cabello es tan rubio que puedes llegar a creer que es idéntico al oro, tiene los ojos de mi madre solo que el tono de sus ojos es mas fuerte, también es un niño muy delgado a diferencia de los niños de su edad, su piel es muy pálida debido a esa enfermedad tan grata que llego a su vida en tan corta edad.
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Si Eras Tú
Teen FictionCreí que, él solo sería el chico que conocí en la cafetería por casualidad y nada más... Más olvide que existe el destino y sus casualidades tan bonitas y dolorosas que no sabes cuál será su jugada en tu tablero; tu vida. Él tan espontaneo, y yo ta...