Hoy vas a leer sobre el peor viaje de regreso a casa que tuve, lejos de lo habitual que hay que soportar en un viaje como los llantos típicos de bebés que viajan con sus padres y demás... el viaje del día de ayer se ganó todos los votos al peor que tuve en el año.
Primero que nada los pondré un poco en contexto, mi nombre es Eliana, vivo en una ciudad bastante grande, por no decir gigante... muy reconocida en mi Argentina, ya que es cuna de la bandera de este país (país rico en recursos los cuales no son bien distribuidos por quienes gobiernan ni tampoco son aprovechados por sus habitantes, nosotros los argentinos) y no sólo eso, sino también una de las ciudades con mayor inseguridad y con más narcotráfico de este hermoso país. No me mal entiendan tampoco por favor, no es a modo de queja, amo mi país y mi ciudad natal en la que viví y sigo viviendo desde siempre hasta el momento. Es más que nada para que comprendan lo que pensé en el momento que viví lo que voy a relatar hoy. Dicho eso, continúo...
Tengo 25 años, estoy en pareja hace un año y cuatro meses.
Y hago un "STOP" acá para contar que mi pareja, mi novio Fabricio, no vive en la misma ciudad que yo, vive en Paraná, Entre Ríos... Ciudad que se encuentra a más o menos 3 o 4 horas de viaje en ómnibus (según la ruta que tome), y a la que he viajado en distintas ocasiones durante el corriente año. Pero bien, antes de irme por las ramas voy a continuar con este relato partiendo desde antes de salir para la Terminal en donde tomaría un ómnibus para volver a casa, a mi hogar en Rosario.
Entonces, ayer mientras almorzábamos con mi novio y su mamá, nos disponíamos a ver unos capítulos de una miniserie que habíamos comenzado a ver el día anterior. Y bueno, al ver que la hora de partida era próxima, decidimos levantar la mesa, ordenar un poco y yo fui a terminar de guardar mis cosas para el regreso. Ya había armado mi valija para ese entonces, sólo quedaba alistarme yo, y salir. Así que así fue...
Mi novio y yo salimos a la vereda, y mientras mi novio abría el garage y guardaba mi valija en el baúl, yo me despedía de mi querida suegri a quien adoro.
Una vez el auto listo para salir, me subo del lado del acompañante, y arrancamos rumbo a la Terminal de Ómnibus de Paraná. íbamos charlando y yo sacando fotos, ya que digamos que "una semana no fue suficiente para ello", porque soy súper colgada y por bien disfrutar el tiempo con mi bello novio siempre olvido tomar fotos para nuestro futuro álbum familiar (que algún día tendremos obviamente).
En fin, para continuar mi relato debo decir también que al llegar a la Terminal, mi transporte designado ya estaba allí, esperando a su pasajera favorita.
Acto seguido cargaron mi valija en la parte del equipaje del colectivo por lo que pagué $50 (los cuáles no se deben pagar y que te exigen los mismo maleteros... Pero que bueno, como "ESTAMOS EN ARGENTINA PÁ", mejor no opino). Me despedí de mi novio y a los 10 min. anteriores a mi hora de partida a casa decidí subir a ubicarme.
Mi primera impresión al ingresar no fue buena (fue demasiado mala de hecho), los aires acondicionados aún no estaban encendidos, se sentía un ambiente denso, encerrado y mucho mucho calor. Fui hasta uno de los últimos asientos, el nro. 36, ubicado en la planta alta.
A esta altura es importante destacar que en el momento de la carga de equipaje, delante mío había dos personas bastante "sospechosas" y nerviosas (que yo no había notado en su momento pero que mi novio Fabri, sí).
Luego de sentarme, escuché que estas dos personas hablaban entre sí sobre la hora de llegada y y sobre el calor insoportable que hacía (en lo que claramente coincidíamos). Y bueno, quien les habla no tuvo mejor idea que simpatizar con ellos (ya que no me gusta prejuzgar las apariencias y demás) y preguntarles si el colectivo iba a directo, es decir, sin paradas extra. A lo que uno de ellos respondió que sí y como pregunta cruzada apareció el "¿vos sos rosarina?", a lo que respondí que sí. A esa pregunta la siguió otra, "¿Del centro?", respondiendo yo de manera inocente... "No, de zona sur". Sin darme cuenta que poco a poco intentaban sacarme información. Luego de eso entendí que había "metido la pata", y mi novio por whatsapp justo me dice "Quería decirte que tengas cuidado con esos dos, porque se los notaba nerviosos".
En mi mente se cruzaron muchos pensamientos... "La cagué", "No puedo ser más boluda", "Esto me pasa por confianzuda.", "Me pasa por no prejuzgar y creer que la gente cambia y que no todos son así."
Hubo preguntas por parte de aquellos dos individuos, "Ah yo también de zona sur" dijo uno, "¿De Tablada?" preguntó el otro (barrio bastante inseguro y de mala fama por ello).
Como ya me había dado cuenta de que estaban preguntando de más, sólo me limité a decir que no, sin dar más detalles e información y comunicarme con mis padres y familia, para ver si alguien podría ir a buscarme, ya que mi papá no me había confirmado nada, mi tía ya sabía de antemano que no podía, y mi mamá estaba trabajando.
Parecía que se me venía el mundo encima de los nervios que estaba pasando y el MIEDO. Por momentos creía que me iba a agarrar una crisis de nervios, un ataque de pánico o algo, porque los choferes se pusieron a "jugar" con la ventilación prendiendo y apagando, mientras mi novio me decía que no le conteste cortante, pensando que me había enojado, y yo aún sin confirmar que mi llegada fuese segura.
Nada ayudaba a que me calmara, para colmo la chica del asiento de adelante se creía que el cole era un coche cama cuando no (era semi-cama), y se reclinaba a más no poder, al punto de tocar el asiento mis rodillas, como si se acostara un poco más... sobre mí.
Luego de los primeros horribles minutos de viaje, logré calmarme escuchando música y apreciando los paisajes de la ruta. En estos momentos mi mamá ya estaba preocupada y me había dicho que su pareja Marcelo, no tendría problemas de buscarme y mi viejo, "el señor cansado de todo y súper ocupado", había respondido "Bueno, dale" a mi pedido desesperado de que esté ahí temprano. Respuesta que creí era una confirmación.
Le dije a mi mamá que sería él quien iría por mí, mostrándole nuestra conversación, a lo que ella añade sabia como ninguna... "Pero te confirmó? Va seguro? Porque ahí no dice eso, pregúntale bien... Y si no es así, avisame."
"Si, tenés razón" contesté... Y es importante también aclararles a ustedes que... con mi papá, NUNCA SE SABE.
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"Mi día a día de mierda" un relato real relacionado con la vida en sociedad.
Non-FictionEste relato cuenta lo sucedido un día "típico" de mi vida. Relato en el cuál hago mención de aspectos muy comunes de la vida en sociedad que nos toca apreciar cada día, de los nervios y el miedo por nuestra seguridad y nuestra vida que pasamos por d...