Capítulo 1

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-Llegada-

Dos días después" New York"

Megumi abría sus párpados, aún acostado en la cama de su habitación. Sintió una bola de pelos en su espalda, y otra en su pecho. Abrió sus ojos para encontrarse con sus dos animales favoritos, un lobo negro, y un lobo blanco. Recuerda cuando su padre se los regalo en su cumpleaños número cinco, su padre le había dicho que los animales saltaron a el cuando lo vieron. Cosa que el obviamente no recordaba

Con su mano acarició los suaves pelajes de sus cachorros, los lobos se removieron cómodamente en la cama

La puerta fue azotada, los perros se levantaron alerta. Listos para atacar el intruso

—¿Qué desayunaras, aire?—preguntó Toji —Hace más de media hora que te esperó abajo y no te dignas por aparecer  —el mayor se cruzó de brazos

—Acabó de levantarme —Toji  rodo los ojos.

—Como quieras, baja ahora —Demandó —no aprendí a cocinar para que un mocoso no quiera comer mi comida.—el mayor dio una sonrisa socarrona

—¿Pudiste decirle a Gojo sabes?— Toji hizo una mueca de desagrado

—Sabes que el nos puede envenenar si quisiera ¿no?—Exclamó —Me prometí a mí mismo que no dejaría que comieras su comida, desde que te envío al hospital —Toji sacudió la cabeza. Megumi río

—Vamos no fue tan malo — le dijo Megumi, sentándose en la cama, con los perros aún en ella

—Estuviste una semana en el hospital

—Solo fue una

—La combinación de sal, azúcar y picante no es buena opción Megumi —Toji le dio una mirada felina —menos si va en algo extremadamente quemado

—¡Oh vamos! Tenía siete años

—¡Con más razón!, Quien en su sano juicio le da un niño eso —Megumi soltó una pequeña risa

—Gojo

—¡Exacto! Ves de lo que te hablo —Megumi fingió pensarlo. Toji salió de la habitación, al cabo de unos segundos volvió. Megumi pudo divisar un pan en su mano

Toji tanteó un poco la distancia entre el pan y la cara de su hijo, y lo lanzó para que estrellara directo en su cara.

— ¡Oye! — Megumi agarró el pan y lo llevo a su boca — está bueno

—Baja si no quieres que te baje yo

—Mandón— murmuró

—¿Quieres que te baje yo, Megumi fushiguro?

— Llévame arrastrando y créeme que haré todo menos levantarme — Toji obviamente noto el sarcasmo en sus palabras

— Claro, baja ahora te estaré esperando — y sin más que decir salió de la habitación. Los perros no se habían dignado en mover un solo músculo

Megumi salió de la cama. Iría de una vez al comedor antes de que su padre viniera por el, busco sus pantuflas de peluche. Cortesía de satoru. Echo un vistazo a los perros que estaban en su cama durmiendo como rocas. Dejó la puerta abierta y se dispuso a bajar

𝑪𝑼𝑹𝑺𝑬𝑫 𝑩𝑳𝑶𝑶𝑫//𝒔𝒖𝒌𝒖𝒇𝒖𝒔𝒉𝒊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora