capítulo 2

1.1K 125 29
                                    

-verdades-


Megumi se encontraba en su habitación, tenía sueño eran las 12:00 de la noche y no podría dormirse, estaba sentado a un lado de la cama, Sukuna se hallaba en ella, no realizaba ningún movimiento. cualquiera que lo viera diría que Ni siquiera respiraba, lo hacía, muy despacio.

Gojo le había dicho que Sukuna se pondría estable solo. El hombre en su cama apestaba, aún así Megumi decidió llevarlo a su habitación, la habitación de Toji no era una opción. Satoru utilizaba la habitación de huéspedes para tratar al otro chico. Megumi suspiro

Se levantó de su sitio, se estiró un poco en la cama para alcanzar el dobladillo de las ropas blancas con manchas de tierra de Sukuna, parecía una bata, una enorme bata, Megumi la jalo un poco, descubriendo el pecho de Sukuna. Megumi vio que las líneas negras no se detenían en su cara, sino que seguían muy abajo, probablemente llegarían a sus piernas, el cuerpo del hombre se sacudió un poco, Megumi no se movió

Tranquilo siguió deslizando las ropas de Sukuna, no se lo quitaría todo ,le quitaría solo la parte de arriba.

Gojo le había indicado que si tuviese alguna herida le curará, Megumi a simple vista no vio ninguna, pero su vista se dirigió a donde creyó ver a Gojo golpearlo. Estaba morado, lo toco suavemente. Pudo sentir como el hombre tensaba los músculos, para cualquier otra persona tocar el cuerpo de una desconocido sería vulgar e irrespetuoso pero para Megumi esos pensamientos no le alteraban ahora, lo único que tenía en mente era hablar con su padre, sobre que carajos estaba pasando, que era eso de maldiciones y quiénes eran estos chicos

Con un paño con un poco de alcohol lo paso por el abdomen de Sukuna, este tenso sus músculos de nuevo, no había sangre o la que se suponía era sangre, pero necesitaba desinfectar antes de ponerle una venda, el dilema en la cabeza de Megumi era ¿Cómo ponerle la Venda?

El hombre pesaba mucho, si no fuera por la ayuda de Satoru. Más por Satoru que por el mismo. No hubiera podido traer al hombre a la planta de arriba. Gojo dejo caer el cuerpo en la entrada de la habitación, se excuso diciendo que se le había resbalado, Megumi sabía que era mentira y que lo hacía con un pequeño rencor a este pero lo dejo pasar.

Con movimientos delicados, Megumi paso el trapo con alcohol por el moretón. Megumi paso su brazo por detrás del cuello de Sukuna, empujando para poder sentarlo, con su otro mano envolvió la venda alrededor del abdomen, el brazo que sujetaba el cuello de Sukuna tembló, Megumi podía tener fuerza, pero no mucha como para aguantar semejante hombre, lo recostó de nuevo con cuidado. Ya acostado nuevamente envolvió mejor la venda. Megumi recordó la herida que le hizo en el brazo, cuándo este intento quitarle la Katana

Megumi pensó en sus lobos, ellos estaban en la habitación de Toji, Megumi no los quería dejar de nuevo con el hombre. Megumi miro a Sukuna, se enderezó un poco

Sus labios eran gruesos, su nariz era recta, sus pestañas eran casi tan oscuras como las de Megumi, admiró las marcas que recorrían la piel expuesta, sin poder evitarlo, como un gato con un nuevo juguete acercó su mano a la cara de Sukuna, cuando sus dedos tocaron suavemente las líneas de la frente, Megumi los deslizó hasta llegar por sus ojos, Megumi se preguntaba cómo era posible tener cuatro ojos, cual era su función. Deslizó sus finos dedos por la mejilla de este. Megumi pensó que las marcas tendrían otra textura, pero eran como piel normal, estuvo apunto de bajar hasta su cuello pero los pares de ojos lo detuvieron.

Aunque Megumi temblaba por dentro del miedo y quizás curiosidad, no demostró ningún signo, aparto su mano, su mirada estaba fija entre la escarlata de Sukuna. Sukuna frunció el seño, lo miro intensamente, iba a levantar su mano cuando Megumi habló

𝑪𝑼𝑹𝑺𝑬𝑫 𝑩𝑳𝑶𝑶𝑫//𝒔𝒖𝒌𝒖𝒇𝒖𝒔𝒉𝒊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora