LEGS

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Sentía que la relación con su jefe era un tanto tensa.

No tenso en el sentido de "te odio ojalá vayas al baño y no haya papel".

Más bien, tenso por la manera en la que actuaba el Lord.

Creyó que después de que este le ayudase dos veces a salvar su pellejo, habría un poco más de cercanía entre ellos, pero no era así.

Últimamente el ensombrerado estaba distante... Más distante de lo que suele ser con cualquiera que cruce esas puertas.

Ni siquiera le dirigía la mirada cuando le hablaba, simplemente se daba la vuelta y la conversación se llevaba a cabo literalmente a sus espaldas.

¿Por qué será? Tal vez no le gustó la presentación del último producto... No, improbable, se vendió perfectamente bien.

¿Quizás Demencia volvió a comerse los puros que tiene guardados en su cajón pensando que son Vuala de chocolate? Puede ser, pero Demencia no huele a tabaco, solo a chetos y boing de mango como de costumbre.

¿Y si el hizo algo malo? No... ¿O si?

Sentado en la silla de su laboratorio, daba vueltas sin nada que hacer. Era una tarde bastante floja.

Decidió olvidarse un poco de la actitud tan rara de su jefe y ponerse a hacer algo productivo, una inteligencia como la suya no debe ser desperdiciada.

Recordó que tenía un experimento pendiente desde hace varios días.

Con entusiasmo corrió hacia el almacén de su laboratorio, y rebuscó entre todas las cosas lo que necesitaba.

Volvió a su lugar con una jaula.

Dentro de ella, había unas criaturitas muy curiosas, similares a un hámster.

—Hokis, las criaturas de las montañas de Nepal— decía para si mismo —Debo de ser cuidadoso, si una se suelta seguro me morderá, y ya tengo suficiente con Demencia— exclamó en un suspiro.

Los Hokis, secretaban un veneo a través de su saliva que Flug necesitaba para completar un nuevo elixir que, está vez, no explotase.

Estos lo inyectaban a través de sus mordidas, y, aún que esté veneno no era letal para los humanos, dolía y mucho.

No era un masoquista... O bueno tal vez no, ya había tenido suficiente dolor por los últimos días.

Con cuidado abrió la jaula y sacó a una de las criaturas, está se retorcía en su mano. Se le hizo tierno, pues eran chiquititos.

Les tomaba su peso, les alimentaba y después les hacía morder un artefacto de caucho, que extraía la saliva sin dolor.

Así con cada una de las nueve alimañas que poseía.

Aún así, intentando distraerse, su mente era demasiado inquieta. Y fue cuando se le ocurrió el motivo de los problemas con Black Hat.

—¿Y si fue por qué me vio "desnudo"?— dijo entre comillas, pues solo no tenía camisa.

Tal vez, su jefe se sentía incómodo al estar con el después de lo que sucedió.

Flug pensó en su momento que no era la gran cosa. Ambos eran "hombres", ambos tenían una apariencia física similar en ese aspecto. No había nada de que asustarse.

—¿Debería disculparme con el?—

Mientras tanto, Black Hat estaba en un serio debate mental.

Esa sensación no desaparecía, inclusive varios días después de lo que pasó con la camiseta, estaba ahí, latente.

ANATOMÍA [PaperHat]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora