El Último Día De Clases

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Llegó el día de la fiesta en el quinder donde todos los niños saltaban de un lado a otro muy felices porque  eran conscientes de que era su último día de clases, todos los niños estaban rodeados de sus padres quienes los cuidaban con esmero y amor,

pero había una excepción Ariela quien estaba aparte y sola porque nadie estaba con ella.

—Ariela cariño porque estas aquí sólita ven conmigo,

¡no!

Dijo Ariela

—A ver dime, ¿porque estás sola? ¿Y tu mamá donde está?

—Ella me dijo que no podía venir
No mi niña no llores seguro fue por algo que pasó o esta enferma,

¡No! Ella no me quiere no quiso venir porque se fue con mi hermana, no me quiere ella me lo dijo, me dijo que me odia porque no soy como mi hermana mayor.

—No digas eso, ella si te quiere, lo que pasa que los adultos a veces decimos cosas que no debemos, pero ella si te quiere así que deja de llorar y ve a divertirte con tus compañeritos.

Maestra usted si me quiere ¿verdad?

—Yo te quiero y mucho mi niña,

Ariela corrió y abrazo a su querida maestra, y así llena de emoción fue en busca de su amiga la rubia, quien estaba con sus padres, ¡Ariela! Chillo Lisse.

Hola dijo la pequeña Ariela con la timidez que se caracteriza, ¡ash! Siempre eres asi Ariela y Lisse blanqueo los ojos, bien vamos a ir jugar a ver quien es la más bonita aunque yo se que yo soy la mas bonita pero esta vez te dejaré ganar.

Ariela era demasiado callada como para pensar en que contestar ante lo dicho por su amiga, estaban jugando cuando Lisse le puso el Ariela para que ella tropezara y fu directo al suelo, Lisse llena de burla le dijo Ariela que parecía un cerdo,
Ariela jJajaj pareces un cerdo en el lodo, pero pareces un cerdo feo y flaco y así siguió con sus burlas, llegaron más niños quienes empezaron a burlarse de Ariela, en ese preciso momento llegó la maestra quien con mucha paciencia llegó a ayudar a Ariela quien estaba cubierta de lodo, la llevó al otro extremo del patio del quinder para poder lavarle las heridas y limpiar su uniforme,

Ariela lloraba como lo haría cualquier niña de su edad, aun no comprendía ni asimilaba que le pasaba y el porque,

Una vez que la maestra terminó llevó Ariela hacia donde se llevaría a cabo la fiesta por su último año,

La fiesta era una fiesta infantil llena de globos, comida, inflables, y muchos dulces, todo destellaban felicidad en cambio Ariela seguía sumergida en su tristeza, al terminar la fiesta infantil en el quinder llegó el momento donde recogierón sus certificados todos acompañados de sus padres excepto Ariela quien fue la única que subió  para poder recoger su certificado.

Ariela regresó a su casa hecha un mar de lágrimas sola en aquella casa Ariela entró a su cuarto y empezó a llorar y preguntandose porque su mamá no la quería, así paso toda la tarde hasta quedarse dormida,

—Ariela donde demonios estas, ¡aah! Con que aquí estas hija del demonio
Lili, ven aquí y me traes el cinturón y agua pero ya,

—Mamá ¿para que ocupas esto? Es que no ves a tu hermana dormida como si en esta casa no hay nada que hacer.
Hay mamá has lo que quieras yo me voy.
De una forma tan terrible Marielyn le lanzó el agua fria en el pequeño rostro de Ariela quien al sentirse mojada se despertó,

—por fin despiertas mocosa malagradecida,

que pasa mami, ¿porque estas enojada conmigo?

—En verdad quiere una respuesta, te odio, odio todo de ti

Y así empezaron los golpes uno tras otro, Mami no me pegues, por favor mami yo si te quiero, pero ya no me pegues porque duela,

—He dicho que te calles maldita sea,
Mami me duele ya no me pegue.

Ariela quedo tendida en el suelo por los golpes que Marielyn le había dado, ahora mismo te levantas y haces todo los deberes de la casa y más te vale que lo hagas bien porque para la próxima te va a ir peor.

Con mucho esfuerzo Ariela se levantó del suelo y empezó a barrer toda la casa, con los golpes todo se le hacía más difícil, pero aún así terminó todo los deberes,
—Valla parece que has hecho bien todo,

mami tengo hambre.
—Ariela crees que a mi me importa si tenes hambre, pues no, no me importa y como parte del castigo te vas a quedar sin comer, largate que no quiero ni verte esa cara de niña estúpida que tienes y ni se te ocurra decir una sola palabra de esto a nadie estamos.

Ariela llegó a su cuarto hecha un mar de lágrimas, empezó a notar que sangraba pero no quería molestar a su madre y prefirió lavar sus heridas ella misma.

Una madre siempre cuida de sus hijos, los proteje les brinda seguridad y amor.

El Infierno De ArielaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora