Algo diferente

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Lucero despertó esa mañana al lado de Michael, lo observó por un momento, y de pronto a su mente vino el recuerdo de Manuel dormido en aquel pequeño sillón, esa imagen llegaba a enternecerle, pero prefirió sacudir ese pensamiento de su cabeza, pues no era correcto tenerlo presente. Se levantó, se bañó y esperó a su novio para almorzar y después ir a casa

Cuando llegaron al edificio, al salir del elevador, se encontraron con Manuel que estaba esperando para poder usarlo, ambos lo saludaron

- ¿Qué tal, Manuel?, ¿Listo para su show de mañana? - Saludaba Michael a Manuel con un apretón de manos

- Sí, ya está casi todo listo, con el equipo estamos muy emocionados - Respondió Manuel

- No es para menos, le comentaba a Lucero que es una idea que venderá mucho, el tenerlos juntos a ustedes dos. Bien pensado

- ¿Gracias? - Contestó Manuel un poco confundido, vio por un instante a Lucero, pero ella no dijo nada - Bueno, yo me tengo que ir, hasta luego

- Adiós, Manuel - Se despidió Lucero levantando su mano

Ya en el elevador Mijares se sintió incómodo por aquel encuentro, y no entendía bien el porqué, él ya estaba acostumbrado a ver a Lucero con su pareja, siempre se dijo que era mucho más importante que ella fuera feliz que hacer caso a los sentimientos de celos que se pudieran manifestar, y lo seguía creyendo, así que mejor buscó enfocarse en lo que tenía para hacer. Bajó a pedir que por favor en cuanto llegara un paquete que esperaba se lo subieran de inmediato, sabía que él estaría muy ocupado y no quería correr el riesgo de olvidar pasar por él. Agradecía que hubiera entregas de menos de 24 horas para algo que se le había ocurrido apenas hacía apenas un rato

Lucero ya en su casa, vio a su hija viendo televisión en la sala, se acercó, le dió un beso y se sentó a su lado

- Hola, hija, ¿Qué tal pasaron la noche?, ¿Joss sigue dormido? - Volteaba en dirección a la habitación de su hijo

- Hola, ma. Sí sigue dormido, y estuvo todo muy bien. Vino papá a invitarnos a ti y a nosotros a cenar a su casa, pero le dijimos que no estabas. Lo terminamos invitando mejor a él, ya ves cómo está durante estos días su departamento

- Jajaja, lo sé, pobre Manuel, con lo ordenado que le gusta ser, debe estar deseando que ya todo esto pase - Se quedó pensando un momento - ¿Y si lo invitamos a comer hoy y a pasar la tarde juntos los cuatro? Ya que mañana es el concierto estaría muy padre que pudieramos relajarnos un poco

- Me gusta tu idea, ma, ¿Le avisas tú? Yo iré a bañarme y a despertar a Joss - Le dijo Lucerito a su mamá mientras se alejaba

- Sí, hija, yo le digo - Pensó en llamarle pero mejor decidió ir a buscarlo

Mientras tanto Manuel trataba de ordenar un poco la sala de su departamento que parecía ya más bien un campo minado, sabía que al día siguiente estarían entrando y saliendo muchas personas, no quería que ocurriera algún accidente; buscaba al menos abrir un pequeño camino para ya no tener que estar pasando a tropezones. De repente, escuchó el timbre, y cuando iba a medio trayecto recordó que había dejado la puerta abierta

- ¡Adelante, está abierto! - Gritó Manuel invitando a pasar y vio entrar a Lucero - Lucerito, ¿Qué te trae por acá?

- Hola, Manuelito, ¿Qué andas haciendo? - Lucero observaba cómo estaba la sala

- Trato de abrir un poco de paso para mañana, no quiero que nadie se vaya a caer, jaja - Se iba acercando a dónde estaba ella

- Ay, Manuelito, tranquilo, ya después de mañana podrás volver a tener todo como antes

- ¿Y si yo no quiero que todo sea y esté como antes? - Mijares la veía atento a los ojos

- ¿A qué te refieres? - Le preguntó Lu, aunque en el fondo ella sabía la respuesta. Ya no habrían tantas excusas para verse y convivir tanto como lo habían estado haciendo

- No, que, pensaba en cambiar algunas cosas de la casa - Intentó desviar el tema y la mirada

- Sí, bueno... - Lu sacudió un poco la cabeza - Yo vine porque me dijo la beba que fuiste anoche a invitarnos a cenar

- Sí, me dijeron que te habías ido con Michael - Manuel empezaba a echar algunas cosas en una caja

- Sí... pero ya estoy aquí, y los chicos y yo queríamos invitarte a comer y pasar la tarde juntos, los cuatro, ¿Cómo ves?

- Claro que sí, me encantaría - Aceptó Manuel muy feliz

- Padrísimo, entonces te ayudo con esto y nos vamos a mi casa, ¿Va? - Propuso Lucero y Manuel dijo que sí

Estuvieron buen rato ordenando, hasta que llegaron Lucerito y Joss

- ¿Qué onda, qué pasó? Los estamos esperando - Lucerito buscaba explicación a la tardanza de sus papá

- Sí, morimos de hambre - Apoya Joss a su hermana

- Ya vamos niños, estábamos recogiendo un poquito por aquí. Manuel, ya vámonos

- Sí, vamos, vamos - Salieron los cuatro para irse a casa de Lucero

Esa tarde decidieron hacerse solo unos sándwich, pues era lo menos tardado y ya todos estaban hambrientos. Terminaron de comer, charlaron, vieron un película y al final se pusieron a escuchar música

- ¿Y entonces chiquitos preciosos? ¿Nos acompañarían mañana a cantar? - Dijo Lucero a sus hijos haciendo un puchero. A Manuel le causaba gracia la forma de ese pedido y quería ver si funcionaba

Lucerito y Joss comenzaron a reír entre ellos, cuando ella al fin respondió

- ¡Claro que sí, ma! - A Lucero le sorprendió que su táctica fuera tan efectiva y a Manuel aún más - Realmente lo decidimos desde el día que les ayudamos a terminar de escoger las canciones para el show, pero queríamos hacerlos sufrir un poco

- Fue idea de Lucerito - Trató de defenderse Joss levantando sus dos manos

- Jajaja, buena, buena, pero nos pone muy contentos que hayan aceptado compartir esto con nosotros, hijos, gracias - Manuel abrazó a los dos chicos

- Sí, nenes, muchas gracias, vengan para acá - También Lucero los abrazó mientras le guiñaba un ojo a Mijares, pues ambos estaban seguros de que iban a aceptar

Para Manuel esa imagen era hermosa, ver tanto amor en su familia, porque para él esas tres personas que él observaba en ese instante, eran eso, su familia, y no había papel de divorcio que pudiera cambiarlo

- Yo me voy, ya es noche y hay que dormir bien, los espero mañana, no me vayan a quedar mal, jajaja - Se despidió con un beso de cada uno

- Buenas noches, Manuel - Le deseó Lucero

- Hasta mañana, papi - Le dijo Lucero a su papá mientras Joss solo se despidió con la mano

Al llegar a la puerta de su departamento, Manuel vio que el paquete que estaba esperando ya había llegado, lo tomó y lo llevó dentro para abrirlo, era un álbum para fotos que pensaba regalar a Lucero, se le ocurrió que era una buena idea para que allí guardara las fotografías que le había enseñado su hija, pensó que por ahí pudiera hacerle falta. Se lo llevó a su recámara, lo puso sobre una mesita a su costado y se preparó para dormir, "Ojalá le guste", fue su último pensamiento

Te amaré, y después... te amaréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora