Alien: Aislamiento

Capítulo 6 Sin datos

Alien: Aislamiento

Capítulo seis: Sin datos

"¡No!" Ella jadeó, ingresando su código de seguridad nuevamente. "¡No, maldita sea, no!"

Debió haberlo probado un total de seis veces, pero el resultado fue siempre el mismo; la pantalla le informó que no había datos en la grabadora de vuelo y que los archivos estaban corruptos. Su mente tuvo problemas para aceptar esto, ya que la grabadora estaba vacía significaba que ahora no había forma factible de que Ripley se enterara de lo que le había sucedido a su madre. Pero eso no podía ser, no después de quince años de espera y todo lo que le había pasado desde que llegó a Sebastopol.

"¡Maldita sea!" Gritó, enfureciéndose tanto que arrojó la grabadora de vuelo al otro lado de la habitación. "¡Maldita sea, por qué!"

El fuerte golpe cuando golpeó la pared la hizo recordar repentinamente los detalles de su situación, y ahora Ripley se tapó la boca con las manos, corrió hacia un lado de la habitación y se escondió en la esquina en caso de que alguien o algo lo hubiera hecho. escuché el ruido. Afortunadamente, nadie entró corriendo a la habitación en los siguientes minutos, pero eso no significaba que ella estuviera a salvo. Claro, la gente de Burke podría no haber querido bajar tras ella, pero por lo que ella sabía, volver a subir era la única forma de llegar a Comms, y la gente estaba segura de que todavía la estaría buscando, especialmente desde que se había llevado. Burke's ...

"Herramienta de hackeo." Ripley se dijo a sí misma.

Su mente recién ahora se estaba dando cuenta de qué era lo que se había quitado del cinturón de Burke, y ahora moviendo su otra mano hacia la luz, vio que era, de hecho, un dispositivo de sintonizador de acceso . Estos artículos raros generalmente se entregaban al ingeniero jefe de instalaciones como Sebastopol, y solo estaban destinados a ser utilizados en emergencias, como cuando alguien se queda atrapado dentro de un ascensor debido a fluctuaciones de energía o algo así. Incluso si el software estaba fallando, o un código de devolución de llamada se había cambiado accidentalmente, este dispositivo, cuando se usa correctamente, podría coincidir con la frecuencia de la máquina y habilitarlo para el acceso del administrador.

Por supuesto, todo esto dependía en primer lugar de que el dispositivo funcionara y, según la mujer que lo había estado usando en el ascensor, algo había salido mal. ¡Eso es todo! De repente pensó para sí misma mientras giraba el dispositivo y abría el panel trasero. Tal vez podría arreglar el sintonizador de acceso y luego dárselo a Burke y los demás como una especie de ofrenda de paz. Sosteniendo el dispositivo a la luz, Ripley sonrió un poco cuando descubrió que era un solo cable cortado lo que impedía que funcionara.

"Bien bien." Se dijo a sí misma mientras retorcía cuidadosamente los extremos cortados. "Por favor trabaja ... por favor trabaja".

Cerrando el panel y presionando el botón de encendido en el costado, Ripley suspiró con alivio cuando el dispositivo hizo un autodiagnóstico rápido antes de conectarse. Al recorrer los menús y las opciones, estaba claro que lo había restablecido para que funcionara y ahora todo lo que tenía que hacer era dárselo a Burke sin que nadie le disparara primero ... o después. Esto significaba que tendría que anunciarse antes de volver a entrar en el Centro de Tránsito, por lo que Ripley trató de averiguar qué les iba a decir, mientras regresaba por el pasillo oscuro. Todo lo que se le ocurrió decir sonaba como algo salido de una mala película de ciencia ficción, pero luego sus pensamientos se interrumpieron cuando escuchó algo justo cuando llegaba a las escaleras.

¿Carcajadas? Gritos y ... ¿disparos? Una vez más, le tomó unos segundos procesar lo que estaba escuchando, pero una vez que lo hizo, quedó claro que Burke y su equipo se habían involucrado en algún tipo de tiroteo en el piso de arriba. Ripley tragó saliva cuando se dio cuenta de que eso significaba que habría aún más locos allí esperándola ... de nuevo, también podría significar que tenía la oportunidad de piratear el ascensor y escapar mientras se mataban entre sí.