Capítulo 40

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Chloe cogió con fuerza el mango metálico de la espada mientras oía como la cremallera de su tienda de campaña bajaba. En el momento en que notó que alguien ponía un pie en su tienda de campaña, asestó un golpe mientras apretaba el botón del mango y salía el hierro de la espada. Chloe sintió el golpe de la espada en la carne y aprovechó el  instante en que la chica vampiro se echaba hacia atrás gritando, para salir corriendo de la tienda. Apartó de un empujón a los otros dos vampiros y salió corriendo sin mirar atrás.

Chloe sabía que era una tontería y que seguramente la alcanzarían en cualquier momento pero su parte humana le decía: CORRE PERRA CORRE. Y cuándo tu parte humana te dice eso, tienes que callar y obedecer.

Tras pocos pasos, Chloe fue acorralada por esos tres mosquitos invasores. Pudo observar como una de las chicas tenía la mano frotándose el ojo.

—Maldita—dijo la chica que se frotaba el ojo—. Me las pagarás como me llamó Graciela Luciana. 

—Eso no es un nombre, es una venganza—dijo Chloe—Déjame en paz o te ahorraré un viaje al cirujano plástico—dijo Chloe con rabia.

Graciela cogió del cuello a Chloe y la estampó fuertemente contra un árbol que había detrás de ella. Chloe notó un gran dolor por todo su cuerpo y empezó a respirar con fuerza. Levantó las manos para intentar apartarla de su cuello pero era en vano. Miró por encima del hombro de Graciela y observó como sus otros dos acompañantes la miraban con sed de sangre.

Antes de que pudiera pensar en nada mas notó que Graciela se acercaba a su cuello. Reunió fuerzas y le dió un cabezazos cuando vio que estaba lo suficientemente cerca. Ella gritó y Chloe sonrió.  Sin embargo la felicidad le duró poco cuando notó que le clavaba los colmillos en el brazo. 

Chloe gritó de dolor. Ya había sufrido antes un mordisco de mosquito y la verdad era horripilante. Notaba un ardor increíble y el veneno entrar en su organismo. Chloe notó que le empezaba a faltar el aire. Intentó pegarla con el otro brazo pero no tenía fuerzas. Intentó sin éxito coger la cuchilla de su chaqueta pero apenas pudo levantar medio brazo cuando notó otros colmillos en su otro brazo. Era el chico llamado Jeremy.

Poco a poco, Chloe notó que se desvanecía. Sabía que había perdido mucha sangre y ella no sabía si era inmortal como los vampiros puros así que cuando notó que su corazón se paraba entendió que no lo era.

Sin embargo, los mordiscos pararon de repente y Chloe se dejó caer al suelo. Una vez volvió a acostumbrarse a la realidad, pudo observar cómo Graciela estaba tumbada en el suelo gritando. Chloe no distinguía las palabras pero supo que era algo malo, porque realmente estaba retorciéndose de dolor.

—MIS OJOS—gritó con las manos en la cara.

Chloe fijo su vista en Jeremy y observó como el también estaba en el suelo. Sin embargo, no parecía tan mal como Graciela. Chloe volvió a fijar su vista en ella pero cuando parpadeo, todos los vampiros habían desaparecido. Chloe, aturdida, intentó levantarse pero no pudo. Cerró los ojos y notó un leve picotazo en el brazo.

Abrió los ojos y miró hacia su derecha. Aquella águila que más de una vez había visto estaba a su lado picoteándola para despertarla. Chloe miró al águila: era marrón clara con el lomo completamente blanco. Sus plumas parecían muy bien cuidadas y tenía un collar alrededor del cuello. Entonces Chloe se fijó en su pico.

Tenía manchas de sangre.

Preocupada por el animal, Chloe levantó la mano y lo inspeccionó. Sus afiladas garras parecían bien. Respiraba con normalidad y no parecía tener problemas para volar. Chloe la acarició buscando algún tipo de herida pero no encontró nada.

Una vez se levantó el águila se alzó hacia el cielo y desapareció. Quizás ese era su ángel de la guarda. Quizás era su salvador.

Chloe no dio mas de dos pasos cuando vio el motivo por el cuál esa vampira gritaba desconsoladamente. Encontró el motivo por el cuál estaba en el suelo y el motivo por el cuál, el águila tenía el pico ensangrentado. 

En el suelo, habían dos ojos rojos que habían sido arrancados.


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