Capítulo 41

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Asustada y con muchas ganas de vomitar, Chloe volvió sobre sus pasos para volver a su tienda. Estaba muy débil y notaba que se caería en cualquier momento. Miró sus brazos y observó como no paraba de salir sangre y veneno. Chloe se sorprendió de que siguiera de pie y que nadie hubiera llegado ya a comérsela con tanta sangre que soltaba. 

Tras mucho rato caminando sosteniéndose en los árboles, llegó al lugar donde estaba su tienda. O lo que quedaba de ella. La tienda había sido destrozada y estaba hasta quemada. Chloe se acercó y rebuscó entre los trozos que habían su mochila.

No estaba. 

Enfadada y cansada soltó un grito. ¿Cómo iba a sobrevivir sin comida ni agua? Tendría que rendirse y eso no era una opción. Quería demostrarles a todos los vampiros que los humanos no eran inferiores. Se dejó caer en el suelo y arrancó varios trozos de camiseta para poder vendarse los brazos. Sabía que tenía toxinas dentro pero confiaba en que su cuerpo las eliminaría solo al ser hibrida.

Harta de su vida, se levantó en busca de algún lugar dónde dormir. Eran las doce de la noche y estaba muerta de cansancio, pero se negaba a quedarse ahí por si volvían por venganza. Aunque lo dudaba... una de sus atacantes se había vuelto ciega.

Camino por horas. Su única salvación sería encontrarse con Hugo y que pudiera compartir algo de comida y techo con ella. Eso no tendría que contar como ayuda... No había sido intencional. Aún con las dudas en su cerebro caminó por horas hasta que vio como el sol salía y empezaba a ver un poco más en el bosque.

Tras vario rato, Chloe no pudo mas y dejó caer en el suelo al lado de un árbol. Cerró los ojos y se quedó dormida. Despertó horas después cuándo notó que la sacudían.

—¿Estás bien?—preguntó una voz y Chloe abrió los ojos. Enfrente suyo había una vampira de Greedfall mirándola preocupada.

Chloe intentó levantarse pero la chica la ayudó antes.

—Toma—dijo tendiéndole una botella transparente—Es sangre. Te irá bien.

Chloe no dudó y cogió la botella para empezar a beber. Notó el dulce sabor a la sangre y notó como las fuerzas volvían a ella. Ya no notaba tanto dolor y cansancio como antes.

—Muchas gracias—dijo Chloe.

—Parece que te has peleado en las rebajas—dijo la chica riendo—Quédatela— le dijo cuando vió que intentaba devolverle la botella—Tengo mucha más tranquila.

—¿Por qué me has ayudado?—preguntó Chloe cuándo notó que se iba.

—Las mujeres nos ayudamos entre nosotras—dijo—. Buena suerte Chloe—dijo y se fue a velocidad vampírica.

Chloe decidió atesorar la botella de sangre. Caminó por el bosque en busca de algo de comer y patitos de goma. Caminó varios metros de bosque fijando su vista en cualquier cosa que le pudiera ayudar: arbustos de bayas o setas.

Tras encontrar una seta que Chloe sabia que era venenosa, Chloe gritó y se sentó en el suelo de brazos cruzados.

—¿Qué te ocurre preciosa?—preguntó una voz y Chloe levantó la cabeza.

Era Hugo.

—Me han quitado mi tienda y mi comida y estoy cansada—dijo Chloe.

Hugo quitó su sonrisa habitual y busco en su mochila. Tras mucho rebuscar sacó varios potes y se los tendió a Chloe.

—Es tu comida—dijo Chloe.

—Tú eres más importante—le respondió Hugo colocándole los potes en la mano. Acto seguido se acercó a un árbol y le arrancó varias hojas. Cogió su libro de magia y pronunció unas palabras sobre ellas. Las hojas mágicamente se unieron y formaron una especie de mochila que Hugo le tendió—¿Te apetece un bañito?

Chloe asintió confundida y siguió que empezó a caminar. Tras pocos pasos llegaron a una cascada. Chloe abrió mucho los ojos: era muy alta. Jamás había estado tan cerca de una. Hugo se quitó la camiseta y Chloe no pudo evitar mirarlo. Tenía la espalda bien definida y unos brazos fuertes. Se giró hacia ella y le indicó que se metiera con él en el agua.

"Santa virgen de los abdominales" pensó Chloe al verle.

Chloe se quitó la chaqueta y la dejó junto a la mochila de Hugo con mucho cuidado de que no se viera la cuchilla. Se quitó los zapatos y se metió en el agua dónde Hugo ya estaba esperándola. El agua estaba helada y Chloe soltó un grito cuando entró. Hugo a pocos metros de ella la miraba fijamente. Chloe nadó hasta el medio del agua junto a Hugo y éste se hundió. Tardó poco en darse cuenta de que la había cogido de la pierna para empujarla dentro del agua. Chloe notó como el agua entraba en sus orejas y el frio en lo mas hondo de sus huesos. Cuando salió a la superficie estuvo a punto de matar a Hugo.

Éste echó a nadar huyendo de ella y escalando a una roca enorme que había en medio. Chloe notó como pisaba algo cuando llegó a su altura. Chloe miró hacia abajo y observó una cosa extraña de color amarillo.

—Hugo coge eso—le pidió Chloe. Hugo le hizo caso y fue hacia ella. Hundió la cabeza y alargó el brazo para sacar un patito de goma transparente que tenía el pico amarillo.

—Para ti—dijo Hugo.

—Lo has cogido tú—dijo Chloe—. Es tuyo. 

Hugo sonrió y le salpicó agua en la cara.

—Imbécil—le dijo Chloe—Ahora dame el pato.

—Lo que se da no se quita—dijo con su habitual sonrisa.

Chloe salió del agua y cogió la chaqueta para taparse del frio. Instantes después, Hugo hizo lo mismo y se sentó a su lado.

—Me recuerdas a mi hermana—dijo Hugo—Por eso te molesto—añadió.

—¿Tu hermana?

—Tenía el mismo pelo que tú—dijo Hugo.

—¿Qué le paso?—preguntó Chloe aunque sabía que no debería haberlo hecho.

—Oh nada—dijo Hugo—Salvo ser confundida con una humana. Unos vampiros la mataron en mis narices.




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