Capítulo 3

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Sigues narrando tú 

Y en ese instante, nada importó, solo yo, yo... que estaba entre sus brazos, que me quería, que me amaba y me lo quería demostrar de todas las maneras posibles, no me dejaría ir, no... porque lo sabía, ahora lo veía claro, no tenía dudas, de que... de que su corazón me había estado esperando a mí y solo a mi... que había llamado su atención desde del primer momento en que Lisa me presento con él, ahora solo tenía ojos para mí, su corazón solo latía por mí, su respiración solo se agitaba por mí, se había olvidado... hasta de Lisa, me desnudó y sin dejar de besarme me tumbó en la cama, le quite el pantalón junto con los bóxer, era completamente perfecto, Jungkook sonrió y volvió a besarme colocándose entre mis piernas, me acarició completa... toda suya, mis pezones ya estaban duros y mi intimidad ya estaba mojada invitándolo a entrar, quería hacerme suya... dios... no deseaba nada más en estos momentos, mordisqueó mi cuello haciendo que alzara las caderas, Jungkook buscó un preservativo, no aguantaba más sin poseer el cuerpo de su amada mujer.

Yo(Tu): No —lo detuve— tomare la pastilla —rodee su espalda con mis brazos y lo acerque a mí— quiero sentirte completamente, sin... sin barreras de látex de por medio

Jungkook: ¿Estás preparada para mí? —murmuró besando mi frente—

Asentí, si hablaba me pondría a llorar, apoye la cabeza contra el hombro de Jungkook y bese su hombro, sentí como él empezaba a abrirse adentro de mi propio cuerpo, Jungkook no pudo evitar gemir al sentir... como mi húmeda y estrecha carne comenzaba a ceñirle el miembro.

Jungkook: Ah... dios... —gimió, embistiéndome de una entera vez, gemí y el paró en seco— ¿Te hice daño?

Yo: No... ¡Sigue! —le rogué encogiendo los dedos de los pies por el gusto—

Jungkook sonrió, se retiró completamente haciendo que perdiera el control, que gimiera, que le rogara que entrara de nuevo en mí, luego... volvió a entrar lentamente en mí, cada y uno de los 25 centímetros por los que moría.

Yo: Si... sigue... —me levantó— más... rápido —le pedí mordiéndole el hombro— ah, ah... si...

Jungkook me apoyó contra la pared así teniendo una mejor postura para follarme, me retorcía contra su cuerpo, le mordí de nuevo el hombro, le arañe la espalda, quería que supiera lo que era tener sexo con él, lo mucho que lo deseaba, lo que quería que disfrutara a mi lado, lo mucho que... además, me amaba.

Me tomo las piernas y se hundió completamente en mí.

Yo: ¡Oh sí! ¡Jungkook! jadee contrayéndome alrededor del miembro de Jungkook, ciñéndole con tanta fuerza que él pensó que iba a correrse en ese mismo instante—

Vamos a ver... Jungkook intentó pensar, entre aquella nube de lujuria que cubría su vista, a 10 centímetros de mi vagina, esto es fácil para mí, Jungkook movió circularmente mis caderas y volvió a embestirme, intente agarrar a la pared, grite.

Jungkook: Dios... —murmuró con la respiración agitada—

Jungkook volvió a tumbarme en la cama, volvió a colocar mis piernas verticalmente contra su torso, sentía como mi intimidad palpitaba, encerrándolo en mis entrañas, me besó las piernas.

Jungkook: ¿Quieres más? —dijo besándome el cuello—

Yo: Si... si...

Jungkook: ¿Cuál es la palabra mágica?

𝙉𝙤 𝙦𝙪𝙞𝙚𝙧𝙤 𝙨𝙚𝙧 𝙡𝙖 𝙤𝙩𝙧𝙖 ; 𝙏𝙚𝙧𝙢𝙞𝙣𝙖𝙙𝙖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora