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Después de varios días aquel azabache esperaba la llegada de Six, cada día de su semana siempre imaginaba que podía hacer con aquella chica o que era lo que trairia para compartir con el

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Después de varios días aquel azabache esperaba la llegada de Six, cada día de su semana siempre imaginaba que podía hacer con aquella chica o que era lo que trairia para compartir con el.
Por una extraña razón aquel chico se sentía muy feliz, una tranquilidad se había echo presente en su estómago y se sentía ansioso por aquel día. No se daba cuenta de lo que sentía, pues en su inocente cabeza simplemente pensaba que era por los libros e historias que le había enseñado, aunque pocas veces pensaba en ellos.

Un día como aquellos, se levantó con la garganta levemente irritada, intento hablar pero varios gallos salieron de el y su voz opaca era realmente notable, al igual de lo ronca que era en ese momento.

Este supo lo que pasaba en ese momento pero le dió poca importancia, se recostó nuevamente en su camilla mirando como las nubes grisáceas ocultaban el sol y solo dejaban pasar pequeños rayos de sol.

Varias horas después escucho como la puerta de su habitación era tocada, se levantó de inmediato con emoción al recordar que pasaba en aquel día, miro atentamente como la puerta del lugar era abierta, sonrriendo ampleamente al verla.

- Ho-hola six -aclaró un poco su garganta después de decir aquellas palabras, varios gallos de habían salido de su boca nuevamente y lo ronco de está se había escuchado por toda la habitación- P-perdón, estoy algo enfermó -hablo sonrriendole a la menor.

- No te preocupes, tu voz se escucha más masculina así -respondió la ojicarmesi sentandose en una silla cerca de el dejando la bolsa blanca en el suelo- Antes tenías la voz como niñita -hablo soltando pequeñas risas

- Si... Espera no era de niña -dijo con bastantes gallos, su voz subía y bajaba de tono gracias a su garganta mala, mientras sentía una leve molestia por su comentario.

Le miro más molestó aún al escuchar como la azabache empezaba a reír por ello. Este simplemente suspiro pezado y se recostó en su cama para mirar  la ventana.

- Oye, te traje algo -hablo la azabache tomando un pequeño libro con corteza negra y letra doradas, poniéndosela en la camilla para que lo viera.

- Que genial!! -dijo con un gran tono alegre aún que se escuchaba loco ya que estaba perdiendo la voz por no descansar la garganta, le dolía bastante pero quería hablar con la menor.

- Es un lindo libro, se lo robe a un amigo -respondió soltando una pequeña risa al recordar como su mejor amigos de ojos azules buscaba desesperado aquel libró e hizo un total drama con los maestros por el.
- Tiene un dibujito de un gnomo aquí  -comento la menor apuntando a la esquina inferior derecha de la portada- Es lo que más me gusta del libró -

- Se ve genial, ¿me lo lees? -dijo algo bajo, sentía dolor en su garganta pero no podía dejar de hablar, estaba tan feliz al estar con la menor, sentía ganas inmensa de abrazarla algo que el no estaba acostumbrado a hacer y era extraño para el ya que no es de dar afecto.

Por ti ♡ [Monix]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora