Capítulo 4

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Miedo...

¿Qué es el miedo?

Puede ser muchas cosas, miedo a la oscuridad, al monstruo de debajo de la cama cuando éramos pequeños, miedo a sacar un pie de la frazada y que alguien nos lo agarrara, miedo a caernos delante del que nos gusta, miedo a las arañas, miedo a ahogarse, a quemarse, a estar solos en un lugar público, a no entregar la tarea a tiempo, a quedarnos dormidos cuando teníamos un día importante, miedo a enfermarnos, miedo a la muerte, miedo a no lograr nuestros propósitos en la vida, he incluso tener miedo al miedo.

Para mí el miedo es el sentimiento más real que tiene el ser humano, porque sentimos esa emoción con tanta fuerza que en ocasiones nos dejamos llevar por ella, y no solo el miedo representa algo malo, el miedo también nos hace ser fuertes, nos hace avanzar, el miedo nos hace tomar riesgos y decisiones de forma rápida.

El miedo nos hace sobrevivir.

Sentir miedo es bueno, porque significa que tenemos algo que perder.

Y yo... yo tengo miedo de perder quien soy.


El día de ayer tuve un ataque, es feo decirlo, pero son normales estas situaciones.

Y hoy decidí salir un rato a despejar la mente, ya que sé que si me quedo todo el día encerrada acostada en la cama me voy a desmotivar mucho más, asique que mejor que levantarme temprano y salir con cámara en mano.

Es mi manera de despejarme y me gusta, aunque la mañana no habrá sido la mejor idea para sacar fotos ya que el día está un poco nublado- espero que no empiece a llover- y las personas salen de sus casas como zombies manifestándose en las calles para ir a sus trabajos o escuelas.

La motivación no acompaña a nadie en la mañana al parecer.

Todavía me acuerdo cuando tenía que levantarme temprano para ir a la escuela y como siempre que estaba por llegar tarde mis dos alarmas parlantes-ósea Baely y Calu- llegaban a despertarme, la primera me hacía levantar porque no aguantaba tan temprano que me empezara a hablar de cómo llegar tarde podía arruinar mi carrera y yo que se. Y la segunda me levantaba con un vaso de agua que hacía despabilarme hasta el alma y salir a correrla por toda la casa.

Y en ocasiones las tres íbamos con un vaso de agua al cuarto de Nashley a despertarla y salir corriendo a la calle para que mi hermana menor no nos tirara un zapato en la cabeza a todas.

Empiezo a sacar algunas fotos de las personas, como algunas caminan con los ojos cerrados, algunos se tropiezan con postes y le piden perdón, y otros tienen caras de que a la mañana son asesinos seriales y al medio día después de un buen vaso de café son unas personas maravillosas.

Creo que si me pusiera a hacer un reporte sobre estas fotos de título le pondría "Como el síndrome del apocalipsis zombies afecta a los ciudadanos en las mañanas. Cura la zombiesdormición con un buen café"

Sigo con algunas fotos más y ya las calles se empiezan a vaciar de la aglomeración de gente. A pesar de no ser el mejor día, se logra rescatar la belleza de la oscuridad y la desolación, puede sonar cliché, pero hay que buscarles el lado positivo a las cosas, aunque te encuentres en la peor situación del mundo.

No sé cuántas veces repito esa frase por día, pero me ayuda a no rendirme, a avanzar y a querer seguir de pie. Cada uno tiene esa frase con la que se repite que todo va a estar bien, que hoy puede ser un día malo, pero mañana quien sabe...

A las personas nos gusta mentirnos de la forma más cruel para poder sobrellevar la realidad y está bien, no los juzgo, hay personas que para salir un rato de la realidad leen y se meten en mundos fantásticos donde todo es una aventura, otros escuchan música y pueden dejarse llevar por unos minutos que los consume como si ellos vivieran la canción, otros bailan y sueltan sus sentimientos en los pasos y así cada persona se desahoga a su manera. Hay veces que no es tan lindo y deciden escapar de la realidad con adicciones, tal vez ese chico que recurrió al alcohol para olvidar todo lo que pasaba en su casa, capaz otro que conoció las drogas y prefiere esos golpes que los que vive en la calle, o esa chica que se encierra por horas lastimando sus brazos para sentir otra emoción que no sea la que siente fuera de su cuarto, o también esa que prefiere unas cuantas pastillas solo para cerrar los ojos y desaparecer un rato de su realidad.

Hasta llegar a miDonde viven las historias. Descúbrelo ahora