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—No puedes ocultarte por mucho tiempo, Jakey —Heeseung le dijo con una media sonrisa y dándole de los dulces que había llevado esa mañana.

Heeseung tomó los dulces, abriéndolos y dejándolos en su mano para luego llevarlos a su boca.

—Sí puedo —había dicho con la boca llena, ocultando su rostro con su capucha negra y mirando por todos lados como si en cualquier momento fuese a parecer el dueño de sus pesadillas.

Jay abrió la puerta de golpe causándole un gran susto que le había sacado un grito y había hecho que lanzara sus dulces. Heeseung comenzó a reírse sin poder evitarlo, observando el rostro entristecido de Jake al ver sus dulces esparcidos por todo el suelo del tejado del instituto.

—¡Maldita sea Park Jongseong, casi me hago pipí!

Jay sonrió burlón y lanzó su mochila al suelo para luego sentarse.

—Sigue buscándote —avisó sacando un empaque de galletas y dándoselo. —Lamento asustarte y hacer que tiraras tus dulces.

—¿Qué voy a hacer? Tarde o temprano va a encontrarme —tomó las galletas sin rechistar y llevó una a su boca tan rápido como las había abierto.

—Sigo pensando que deberías sólo decirle que fue una apuesta —Heeseung tomó una galleta.

Jay asintió de acuerdo. —Creo que lo va a entender.

—Pero... ¿y si quiere golpearme? —abrió mucho los ojos con miedo al imaginarse un escenario donde Sunghoon golpeaba su rostro y le decía con palabras duras todo el asco que le daba.

—No va a golp-

—De hecho creo que sí —Jay interrumpió, —se ve muy molesto. Yo me preparo para una buena paliza.

—Ya Jay, no lo atormentes —Heeseung lanzó pedacitos de galleta al rostro burlón de su novio quien le sacó la lengua. —No lo oigas, dice pura babosada.

—P-pero... ¿y si tiene razón? —murmuró temoroso mirándolo con ojos acuosos —¿Y si quiere golpearme, Heeseungie?

—Que no va a gol-

Fue interrumpido por el sonido oxidado de las bisagras de la puerta siendo abierta, alertando a los tres chicos de inmediato. Jake sintió su corazón comenzar un maratón dentro de su pecho al reconocer aquella cabellera marrón que se asomaba curiosa e inconscientemente apretó las galletas en sus manos al ver aquellos ojos enfocarse en él.

—Creo que tu hora llegó —murmuró Jay levantándose y sacudiéndose el polvo, enviándole una mueca dolorosa.

—Hola... —Sunghoon entró, mirándolos con ojos curiosos —¿Puedo hablar con él? —le apuntó, haciéndole dar un pequeño brinco asustadizo —A solas...

𝐏𝐎𝐑 𝐔𝐍𝐀 𝐀𝐏𝐔𝐄𝐒𝐓𝐀 % jakehoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora