Derry era hermosamente espléndido. Lleno de color y música. La gente por todos lados bailando, cantando, sencillamente hermoso y muy festivo.
Sí, festivo, todos los establecimientos llenos de luces brillantes, personas bebiendo fumando, riendo, comiendo de todo un poco. Eran tantas las personas que tuvimos que aparcar casi al principio del pueblo. Kelly no vino en el auto con Polet y conmigo. Tampoco Gastón, ellos vendrían después.Polet y yo ya nos llevamos mucho mejor, resulta ser que el auto de Polet era un descapotable rojo impresionante. Cuando puso un pie en el acelerador, con la música a todo volumen con nuestros cabello largos y diferentes sueltos, entendí algo. Me sentía feliz, llena, viva. Nuestras risas sobresalían y los gallos al cantar nos daban el doble de carcajadas. Me sentía feliz esa era la verdad.
—Abby quiero este peluche—dijo Polet señalando un ají amarillo—Gánalo por mí.—el ají era muy feo, pero ya llevaba una hora esperando a que aparecieran Gastón y Kelly. Por lo que yo había comentado a comer cositas y ella a gastar dinero disparando a patitos para ganar un feo ají.
—Señor son tres tiros si le doy las tres veces ganó tres premios—Le pregunté al chico del local quien tenía una cara de cansancio digna de ver.
—No, diez dólares tres tiros, fallas, tu problema, gana los tres un premio.—dijo obstinado , sonreí miré los patitos de colores y luego a Polet quien me sonrió con complicidad.
—Enséñale a este puto de lo que eres capaz.
Le dí los diez dólares y juro que creí que los putos patos se quedarían quietos pero no hubo forma, perdí los tres tiros. Yo casaba no tenía idea de como no le daba ni a un patito. De dies dólares pasaron a setenta y nada por un minuto creí que el juego era una falsa era imposible, llegué a darle cinco veces pero el puto pato no calló.
Dicen que jugar es sano, despierta tus sentidos y mejora tus reflejos. Mentira ,mentira y más mentira. Los juegos te llevan al abismo del vicio y más los juegos de feria siempre terminas queriendo tomar del cuello al chico del mostrador. Lo digo por experiencia propia.
—Sabes que esto está diseñado para generar dinero sin tener perdidas.
Esa voz... (dijo mi subconsciente con voz sexy)
—Cállate Dufi yo quiero mi ají.—le dijo Polet a Gastón.
—No ganarán una mierda el lleva todas las jugadas presionando ese botón lo que no permite que el pato caiga.
—Lo sabía—salté yo, era casi imposible tener un fallo con mi puntería.
Gastón estiró sus manos y tomó el ají y un oso marrón, peludo y muy abrazable.
—Para tí—Me dió el oso—Y para tí—le dió el ají a Polet y antes de que el chico dijera algo le dió trescientos dólares.
—Los peluches más caros de la historia.—Se burló Polet , seguido Gastón se colocó en medió de ambas.
—Sii —Me uní a Polet.
—Bueno chicas que hacemos primero.
—Kelly me envió un mensaje diciendo que se demora ya que resolvía un problema.—Dijo Polet mientras revisaba su celular.—Bueno creo que podemos divertirnos mientras llega.
Gastón nos llevó a una parte de la feria donde una banda tocaba una canción muy pegajosa y la gente bailaba como loca, había un toro mecánico donde las personas subían y terminaban cayendo.
Polet se alejó para atender una llamada y Gastón se paró enfrente de mi y me miró sonriendo.
—¿Qué?—dije
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Los Collins
Teen Fiction-Señorita Collins, ¿Está usted segura de lo que vio?_dijo el capitán, con su uniforme perfectamente planchado, su cabello blanco hacia atrás y una barba bien peinada. -¿De verdad me está preguntando éso?-fue una pregunta retórica, pero el capitán la...