Las Pesadillas.

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Primer capítulo.

Las pesadillas.

Alex.

Todo estaba oscuro, abrí débilmente los ojos todo seguía oscuro con los ojos abiertos o cerrados no había diferencia, había un silencio que dava la impresión de que todo iba a estar bien, pero a la ves ese silencio dada miedo. Escuche unas pisadas Serca de mi, intente moverme, pero estaba atado a una silla o eso creo que es. Una lámpara se enciende enfocándose en mi cara, entre serre los ojos para acostumbrarme a la luz, me tomo sólo unos segundo pero veía con mucha dificultad, logre ver una figura, la cual se acercó a mi sujetó mi rostro
-Dame el reloj. - el hombre lo dijo muy fríamente, por la luz que enfocada justo en mi cara no lograba ver nada.

-Creía que eras inteligente.

-Nunca te daré nada, ni auque mi vida dependiera de ello.

-Eso se puede resolver. - su voz ronca sonó por toda la habitación.

El hombre se alejó y apagó la lámpara sentí algo duro estrellarse contra mi rostro.

Desperté, estaba todo sudado, mire el reloj que me regalo mi padre, mi hermano Julián también tiene un reloj que nos regaló nuestros padres, mejor dicho heredamos. Los tenemos desde que tenemos memoria, sólo que el reloj de Julián empezó a funcionar en nuestro cumpleaños pero el mío dos días después no entendemos porque empezaron nada funcionar de un día para otro.

-08:47. - Susurre.
Es un poco temprano pero, tengo hambre, ya me desperte no creo que volveré a dormirme.

Pegue un brinco de mi cama, me dirigí al placard a tomar mi ropa como para ir al colegio.

Intente salir de mi habitación sin hacer ruido, pero fue inútil me tropecé con Un florero y con una mesita.

Julián y yo vivimos en la casa... corrijo manción de mi abuela desde que nuestros padres murieron, es decir, toda la vida. Nuestros padres murieron ase 15 años.

Una ves que llegue al baño asiendo mucho desorden me bañe.

Tarde alrededor de 20 minutos.

Me mire al espejo para despeinar mi pelo marron claro, odio temer el pelo prolijo prefiero estar despeinado es mi look ¿yo lo deveria elegir no?

Julián y yo lo único que tenemos en común son los ojos, tenemos unos ojos del tiempo, pero eso es lo único todo lo demás es opuesto, tenemos diferentes rasgos que no son compatibles cuando les decimos que somos mellizos nadie nos cree.

Salí de bañarme y me dirigí a la cocina para desayunar.

Ahí se encontraba el Sr Roger nuestro mayordomo.

- Buenos días joven Alex. - me saludó cortesmente Roger.

- Buenos días.

- ¿Qué quiere para desayunar?

- Emm... Roger ¿puedo prepararme yo mismo mi desayuno?

- Tendrá problemas con Miss Ross. - Miss Ross es mi abuela.

- Por favor, no se dará cuenta.

-Joven yo no quiero problemas con su abuela.

- De acuerdo.- fruncí el ceño

Roger formó una sonrisa triunfante.

- Roger, todavía no festejes tu victoria.

- Le aré unas tostadas y un capuchino ¿Le parece? - Roger siempre sabe como alegrarme.

- Buenos días Roger.- La dulce voz de mi abuela me saco de mis pensamientos.

- Ale has madrugado.

- Abuela ¿puedo hablar de ello con tigo?

- Claro que si.

-Recuerdas los relojes, los que nos heredaron mis padres, el que empezó a andar dos días después de mi cumpleaños empezó a andar. - mi abuela arqueó las cejas, se notaba muy nerviosa. - desde ese día empecé a tener unos sueños... pesadillas.

Mi abuela se puso sería, se dio vuelta dirigiéndose a las escaleras.

- ¡Abuela!- le grite, no estaba permitido gritar pero eso en ese momento no me importó.

Subió rápidamente las escaleras, eso tampoco estaba permitido.

-¿Abuela a dónde vas? - abrió la puerta de la habitación de Julián.

Se detuvo en seco.

Me apresure y subí, me pare alado de ella.

Vi a Julián moverse se movía muchos movimientos bruscos
Tenía una pesadillas y era intensa.

Mi abuela se acercó a Julián, acarició su pelo negro. Mágicamente se tranquiluso.

Despertó.

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