capitulo 22: buena reconciliación

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Para ponerlos un poco en contexto con lo que pasó el último tiempo... El juicio ya estaba en camino, estábamos buscando testigos y pruebas... Pero lo más importante que encontramos fueron unas compras que hicieron en la empresa y claramente a nombre de Juan, pero no cualquier compra... Compras ilegales, por eso estaban con llave. Lo importante era que si todo salía bien, Juan iba a pasar bastantes años en la cárcel.

Esos últimos días estuve mucho tiempo con Peter, y me di cuenta de que lo había extrañado más de lo que aceptaba. La última vez que lo había visto fue el día que volví a España, hace casi un año. Sentía que lo amaba, pero que los dos queríamos cosas diferentes. El no quería una relación y yo si. Y necesitaba tener dignidad y alejarme de él. Ahora supongo que estamos bien siendo «Amigos», entre mil comillas, claro... Pero siento que no estamos mal, solamente estamos... Bien, ahora estamos muy metidos en todo esto y no creo que ninguno de los dos esté pensando en nosotros. El tiempo decidirá nuestro futuro.

Por la mañana me levanté y me vestí formal, a lo que suelo usar. Iba a hacer una entrevista en una clínica. Estaba bastante emocionada, nunca me arrepentiría de haber elegido la carrera de psicología.

Di la entrevista y la verdad parecían bastante conformes y eso me dió mucha confianza, pero sabía que no me tenía que quedar con eso.

A unas cuadras de ahí había un local de bebés, sonreí cuando me acordé de Euge. Ella siempre soñó con ser mamá. De chicas jugábamos a las muñecas, haciendo que eran muestras hijos, y nos prometimos que de grandes íbamos a seguir siendo amigas y nuestros hijos también.

Entré al local y elegí unos zapatitos y un body. No sabía que habían talles taan chiquitos. Era todo muy mini.

Dudé un poco, pero finalmente me decidí a ir a la casa de Peter... Digo, también es la casa de Euge, de Nico... ¿No?.

Toqué timbre y al los pocos segundos me abrió una chica, que supuse que era la inquilina. Pelo castaño con leves ondas, ojos marrones, delgada y no tan alta.

-¡Hola! -me saluda, simpática

-Hola -digo-... Soy Lali... ¿Está Eugenia?

-me hablaron mucho de vos -dice, sonriente-... Ah perdón, ¡Que tonta! Pasa. Está adentro. -me dice y se corre, dándome paso.

Entré y no ví a nadie

-¡Lali! -exclamo, con alegría Euge, entrando al living

Me acerque a saludarla.

-¿Salias? -pregunto

-¡Si! Voy a la casa de mis suegros -explica, emocionada.

-ah... Yo igual vine a traerte esto -dije, extendiendo la bolsa,

Ella sonríe y abre la bolsa, después de agarrarla.

-¡Aw! -exclama- ¡Me muero!

-¡Lali! -aparece Nico

-Hola -le digo y lo saludo

-¡Mira, mi amor¡ -le dice, mostrándole a Nico, los zapatitos

El sonríe. Y de la nada veo que Eugenia se lleva las manos a la cara y llora.

Miro a Nico, confundida. -¿Que pasó? ¿No te gustó el regalo?

-Son síntomas del embarazo, no te preocupes -explica, Nico.

-¡Sos la primera que me regala algo para el bebé! -dice Euge, lloriqueando.

-¿Cómo la primera? -pregunta Nico-. ¡Si te regalaron un montón de cosas ya!

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