El Y Yo

capitulo 15: frialdad

Capitulo 15

Las últimas semanas habían sido agotadoras. Seguía sin saber mucho de Peter y de verdad estaba preocupada. Ya había llamado a Claudia, a Emma... Pero no sabían nada. Aproveché las semanas de vacaciones por las fiestas, para viajar a Buenos Aires.

Gastón fue a buscarme al aeropuerto y me dejó en mi casa. Mamá y papá me recibieron con abrazos y besos. También los había extrañado. Me acomodé en mi cuarto e intenté llamar nuevamente a Peter... Y como las otras mil llamada que hice, está tampoco contestó. Ya estaba un poco harta de todo esto. No volví a hablar con el... No entendía que pasaba.

La verdad, estaba muy cansada por el viaje, no había podido dormir casi nada, así que me dormí.

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Necesitaba encontrar a Peter, así que fui hasta su casa para ver si encontraba algo que me pudiera decir dónde estaba.

—que bueno verte —me dice Nico, cuando llegué

—lo mismo digo —sonreí

—Vení, acá está el cuarto de Peter —me dice Gastón

Lo seguí hasta el cuarto y entramos

—¿donde se supone que tenemos que buscar? —pregunta—... O que es lo que tenemos que buscar

—Buscá en los cajones... Tenemos que encontrar algo que nos ayude a saber dónde está

Buscamos por todos lados pero no encontramos nada. No había ni una pista, nada. Solamente encontramos su celular en la mesita de luz... Con muchas llamadas perdidas muestras. No entendía todo esto que estaba pasando. Para nada.

Salimos del cuarto sin resultados que nos ayudarán a encontrar a Peter. Me pasé las manos por la cara, frustrada.

—lo vamos a encontrar, la. —me alienta Gastón

—Eso espero...

No mucho más tarde escuchamos la puerta abrirse. Los dos nos páramos rápidamente esperando que sea el... Y efectivamente lo era.

Entró como si nada y tiró las llaves del auto en la mesa de la entrada. No se dió cuenta de mi presencia hasta que me acerqué y se quedó en silencio. No parecía sorprendido que digamos... Pero sus ojos no eran los de siempre.

—¿Que haces acá? —dice y mi enojo crece el triple

—¿Eso es lo único que vas a decir? —me acerqué más—... ¿Dónde estabas? ¡Te estamos buscando hace semanas!

—¿y por qué justo vos tendrías que preocuparte? —pregunta, indiferente.

Junto las cejas, entre confundida y enojada a la vez.

—¿Se puede saber que te pasa? —digo

—a mi no me pasa nada ¿y a vos? —se cruza de brazos— ¿Algo para contar?... ¿Que haces acá, por ejemplo?

—¿Vos me estás jodiendo, no?... Me vine desde España, por qué vos no contestas una puta llamada, no venís a dormir y no sabemos nada de vos hace semanas ¡¿Que te pasa?!

—¿Ahora te importo?

—¡¿Podés dejar de contestarme con preguntas?!... Y si, obviamente me importas y me preocupas.

—Los... Dejamos que hablen —dice Nico, cauteloso y sale con Gastón

—¿Que pasa? ¿Por qué estás tan... Diferente?

—¿Será cuando vos me metiste los cuernos capaz?

—¿Eh? ¿Que decís? —pregunto, totalmente extrañada