Capítulo 1

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Estoy sentada en mi silla giratoria viendo a la gran ventana que da justo a la espalda de mi escritorio, me gusta esta vista, me permite pensar.

El sonido del teléfono me devuelve a la realidad, contesto al segundo timbre.

-¿Qué sucede, Angie?- digo volviendo a leer los documentos que tenía en mi escritorio.

-El señor Evans está aquí, dice que es urgente que lo reciba- masajeo un poco mis sienes, en este momento no quiero hablar con absolutamente nadie, pero papá no dejará de insistir.

-Dile que pase, por favor- dicho esto cuelgo el teléfono, y solo segundos después mi padre entra, acomodando su elegante traje negro.

-Ade, hija, vengo del cementerio- habla cómo si eso fuera lo más importante que tiene por decirme.

-Me doy cuenta, Nick- digo al mismo tiempo que fijo la vista en mi laptop, no puedo evitar sentir su mirada fija en mi, así que vuelvo a verlo a los ojos. -¿Algo más que quieras decirme?- digo al ver qué no quita su vista de mi.

-Pudiste haberme acompañado- dice con cierto tono reñido.

-No, muchas gracias- desvío la vista de nuevo. Suspira y sale de mi oficina. Una estupenda charla con papá, nótese el sarcasmo.

¿Desde cuándo mi relación con papá es así? Ah cierto, desde que cree que puede controlar mi vida como se le pega la gana.

Pues no, Adelaide Evans no se deja controlar por absolutamente nadie. Tengo 21 años y soy la presidenta de la empresa familiar, ya sé, soy muy joven, pero mi educación siempre fue avanzada, excepto por la universidad, en ella si tuve que cursar los casi 5 años de carrera, ya que quería disfrutar esa etapa en mi vida, ya después podría dedicar el resto de ella a trabajar.

Llevo solo unos cuantos meses a cargo de todo y estoy tratando de mejorar todo lo que puedo, llevo un gran avance, pero en mi vida personal, digamos que esa es un poco más compleja que la laboral. Mi madre falleció cuando yo tenía solo 16, la relación con mi padre no era mala entonces, nos llevábamos bastante bien, hasta que al señor se le dió por querer controlar cada cosa que tenía que ver conmigo, no podía aguantar eso, mi madre nunca lo hubiera permitido y yo tampoco lo haría.

Dejo de pensar en todo ello y me dispongo a continuar con mi trabajo, luego de una media hora otra llamada de mi secretaria me interrumpe. -¿Si, Angie?- digo al descolgar.

-Hay un joven que insiste en verla, señorita Evans- dice y tiene mi total atención.

-¿Quién es?- pregunto curiosa, nunca nadie había venido a mi oficina insistiendo en verme, mucho menos un hombre.

-No me ha dado nombre, señorita- responde la mujer de 40 años.

-Dile que por el momento no lo puedo atender, que te deje su nombre y número y lo llamo después- dicho esto cuelgo y me dispongo a seguir mi trabajo.

No pasan ni 5 minutos cuando escucho mucho ruido fuera de mi oficina, salgo a paso apresurado a ver quién está armando escándalo en mi empresa.

Justo cuando abro la puerta esos orbes azules se fijan en mi, y ya no sé qué hacer. Me quedo ahí, estática durante unos segundos, que parecen horas, hasta que el ruido del ascensor me trae de vuelta, reacciono y digo con voz autoritaria.

-Seguridad, haga favor de escoltar al señor McMillan fuera de la empresa, no quiero más escándalo aquí- dicho esto él voltea a ver a los de seguridad y vuelve su mirada a mi que muestra una sonrisa, que parece más bien una mueca extraña de sarcasmo.

No puede ser él, juró que jamás me buscaría de nuevo.

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Primero que nada, muchas gracias por pasarte por está pequeña obra que no estoy muy segura de que sea tan buena, pero yo espero que si.

Me ayudarías demasiado si me comentas que te parece la historia y tus puntos de vista, estaré leyendo comentarios y trataré de actualizar todos los días, así que espero terminar está pequeña historia pronto, para que puedan disfrutar de ella sin inconvenientes.

Eso es todo, disfruta tu lectura, besos.😘

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