Toda la sala estaba en silencio, el mandaloriano se había quedado de pie en el mismo lugar todavía sin su casco, mirando la puerta por la que se acababa de marchar su hijo, como si no pudiera moverse. Cara se acercó a ti con preocupación.
-¿Deberíamos hacer algo? (exclamó en voz baja).
-No lo sé...
De repente él habló
-T/N...
Te acercaste a él por detrás lo más despacio que pudiste, cuando llegaste a su lado te percataste que miraba hacia su yelmo. Lo recogiste con cuidado y se lo entregaste, acariciando sus manos con cuidado.
-Mando...Din, mírame, por favor..
Él hizo lo que le pediste, sus ojos brillaban con lágrimas no derramadas y le costaba respirar, juntaste tu frente con la suya, comenzando a inspirar y expirar, con la intención de que tu compañero te siguiera, lo que logró pasados unos minutos. No sabías que podía verse tan vulnerable y eso te dolía. En su mirada se podía observar todo el cansancio, el dolor acumulado y los sentimientos no expresados durante toda una vida.
-Todo saldrá bien...
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Recuerdos Para Reflexionar
AléatoireLa única cosa que nos diferencia de los animales es la curiosidad por obtener conocimiento...