Días de invierno.

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Llegados a este punto estabas prácticamente en éxtasis, tumbada en una cama agarrando con fuerza las sábanas debajo de ti, sintiendo como las caderas de Din se encontraban con las tuyas en un ritmo brutal. El día había empezado bien, Grogu se encontraba bajo el cuidado de Peli y decidisteis alquilar una habitación en un posada para pasar un día tranquilo juntos.

El mandaloriano emitió un suave gruñido mientras posaba la parte delantera de su casco sobre la piel caliente de tu frente, sentiste que te deshacías poco a poco, tu mente hacía tiempo que se deslizaba tranquilamente hacía una agradable neblina, solo estaba él. Fue entonces cuando simplemente te dejaste ir, las palabras salieron de tus labios sin aliento.

-¡Si! eso es papi...

El cazarrecompensas se detuvo abruptamente, apuntando el visor de su casco hacia ti.

-¿Cómo me llamaste?

Ya está, pensaste, no había forma de que negarás nada, seguramente Din ya pensaría que eras una persona rara y perturbadora...apartaste tu cara sonrojada por la vergüenza echandola hacía un lado para evitar mírarlo de frente. Eso fue hasta que escuchaste un especie de resoplido modulado. Eso era...una risa?

Los sonidos se hicieron más claros hasta que el mandaloriano se apartó de tí carcajeando sin control mientras se tumbaba al lado en el colchón.

Eso duró un rato y tú verguenza empezó a transformarse en ira, pero entonces lo observaste, él estaba completamente desnudo salvo su casco, y su pecho se hinchaba por efecto de la risa, pocas veces podías verlo tan desinhibido, así que aunque no querías empezaste a reírte con él, no podías negar que la situación era surrealista.

Din comenzó a calmarse y entonó lo que sonaba como un "lo siento".

-De verdad que no quería hacerte sentir mal o incómoda por esto, solo es que me pillaste desprevenido...(la diversión aún era persistente en su voz).

Él estaba tumbado de lado y sus palabras fueron acompañadas de una caricia en tu mejilla. Tú seguías sonriendo.

-¿Esto me lo vas a recordar durante un tiempo, no es así?

El mandaloriano encogió los hombros visiblemente.

-No voy a prometer nada (dijo con un pequeño bufido alegre). He tenido una idea, ¿Puedes cerrar los ojos?

Tu los pusiste en blanco pero asentiste, lo próximo que notaste fue una especie de tela suave sostenida en un nudo en la parte de detrás de tu cabeza, no entendías nada pero el corazón comenzó a desbocarse.

Escuchaste un silbido, Din se acercó a tí y pronto te percataste de que su casco había desaparecido, su cálido aliento ahora rozaba tus labios. Empezó a hablar, su voz más ronca y grave que hacía unos minutos.

-Ahora vamos a ver qué más esconde está dulce chica...

-Ahora vamos a ver qué más esconde está dulce chica

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⏰ Última actualización: Nov 20, 2022 ⏰

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