Capítulo 01

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Tercera semana de marzo.

Año del 6to cumpleaños de Eri.

08:47 hrs.

Edificio de departamentos,

Ciudad de Musutafu, prefectura de Tokio, Japón.

Están floreciendo.

Apenas abrí los ojos, lo supe.

El suave aroma que antes desprendían, hoy se ha vuelto insoportable.

Un efímero aviso de que la primavera ha llegado.

Con pesar, saco mi cuerpo del futón*.

«En días como estos sólo quiero dejar de respirar».

Doy unos cuantos pasos por el piso, acercándome al balcón. Aparto la cortina y salgo al exterior, el aire matutino me golpea con fuerza.

Rebusco en mis bolsillos y saco el último cigarro de la cajetilla.

Lo pongo en mi boca y acerco el encendedor.

Cierro los ojos después de dar la primera calada, sintiendo el humo entrar por mi cuerpo.

«¿Hace cuantos hanamis* fue?, ¿el clima se sentía igual?, ¿los olores eran los mismos?».

Masoquistamente, me sumerjo en los recuerdos, dejándome engullir por el sofocante dolor que presiona mi pecho y me impide respirar.

Hace varios años, en otra ciudad, en medio del cálido sol de mediodía, enlazaba mi vida a la de alguien más.

Exhalo el humo por la nariz, permitiéndome apreciar mejor su aroma.

Fue tan efímero.

Los pétalos desaparecieron con la brisa. Ya no hubo más color.


Horas después, en la madrugada.

01:15 hrs.

Región especial Shibuya, prefectura de Tokio, Japón.

Las luces parpadeantes de color rosa neón inundan los cuerpos sudorosos y llenos de adrenalina que bailan al ritmo de la música.

El color es tan brillante que me produce jaqueca.

Tomo de un trago el cóctel*, sintiendo el sabor seco del vermut y el whisky*, quemando mi garganta.

Cierro los ojos, dejándome llevar.

Alejando mi atención del aroma a sakura que todavía soy capaz de percibir con fuerza, a pesar de estar en un lugar tan grande, lleno de gente.

La música retumba, haciendo vibrar a los cuerpos que chocan entre sí, tocándose, manoseándose.

Alguien se acerca por detrás, huele a metanfetamina*.

Pone sus manos sobre mi cintura.

Su respiración está agitada.

Acerca su boca a mi oído y me susurra algunas guarradas.

Lo ignoro, concentrándome en su olor.

Malinterpreta mi silencio y comienza a mover sus manos por mi cuerpo.

Son como tentáculos pegándose con insistencia y rudeza.

Palpa mi abdomen desnudo, intentando llegar más abajo...

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⏰ Última actualización: Feb 13, 2022 ⏰

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