Segunda Temporada de: ¿Acaso.. eres tú?
Prólogo....
- Luego de la tediosa y dramática historia de Rosalie Finley, o, más conocida como Rosie, y Libardo Isaza, seguidamente da inicio el momento más feliz e esperado de los dos.. su matrimonio, el día...
Al compás de la bella y melodiosa música que resonaba por cada espacio de la pacífica playa, bailábamos abrazados de lado a lado, disfrutando cada segundo de la ceremonia, cerca uno del otro, tanto que lograba inhalar y disfrutar de su delicioso perfume, ese que desde el día en lo conocí amo con todo mi ser. Sus carnosos y deseables labios llamaban a los míos, el momento era único, perfecto, encantador, justo en ese instante, como si solo fuera un simple sueño, todo a mi alrededor se iba desvaneciendo, me percaté de una delicada voz femenina, llamándome, no lograba distinguirla.
- Rosalie... Rosie, despierta -
Todo se había oscurecido, había desaparecido de mi vista, cada vez la voz se escuchaba con más y más claridad.
- Rosie, arriba -
¿Qué?, la luz del día y el sol brillando golpeaban mi rostro, tanto que para abrir mis ojos debía parpadear en exageración, me encontré a Violeta bastante preocupada sujetando mis brazos.
- Al fin - Se alejó.
- ¿Qué sucede? - Pregunté aún adormilada.
- Observa la hora y ahí te darás cuenta, princesa... ¡son las 7:45! -
- Dios, Violeta.. ¿hablas en serio?... pensé que era mucho más tarde -
- Traje tu desayuno -
Me entregó una bandeja con unos pequeños pastelitos de fresa sobre ella, a simple vista se veían increíblemente apetitosos.
- Ordené algo nuevo, espero te guste, se que eres amante a probar cosas nuevas, al acabar te duchas para comenzar de una buena vez, no quiero retrasarnos ni un solo segundo, y mucho menos hoy que es el día más importante en tu vida -
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Rodé los ojos riendo levemente, ella siempre es así, es la actitud que amo de ella, algunas veces es mi ejemplo a seguir. Cambiando de tema, el sueño de esta mañana.. ese espectacular sueño que había disfrutado como jamás lo había hecho se sintió tan real, como si realmente estuviera sucediendo, lograba percibir cada movimiento hecho por él, sus caricias, su aroma varonil, su respiración, su cabello, sus besos húmedos que me vuelven loca, se que dentro de unas horas así será, ¡la intuición jamás falla es lo que siempre digo!
Hoy es el día más, más especial para mí, pues como ya saben es el día de mi matrimonio, el momento más esperado por todos, esperado por mi persona, por Libi, en especial por Libi, por Violeta, por Naimi, prácticamente por toda la familia incluyendo a algunos amigos cercanos, el día en que mi vida da un giro de 360°. Decidí primeramente echarles un vistazo a mis pequeñines los cuáles aún se encontraban dentro de la cuna del hotel profundamente dormidos tal como si fueran las 11:00 de la noche, uno de ellos estaba sudando así que retire un poco su manta, durante el desayuno, que, por cierto estaba agradable, me había gustado mucho la combinación de sabores, Violeta alimentaba, daba de amamantar a su pequeño Josué mientras jugaba con uno de sus juguetes y lo hacía reír, se le veía tan contenta como la primera vez que lo tuvo entre sus brazos.
