El verano inolvidable para nuestro equipo

3. La partida y el primer día

Narra Georges:

¡Buenos días, Georges! Despierta, hoy es el día de tu viaje a Puerto Vallarta.

Siri es la encargada de despertarme el 18 de julio a las cinco de la mañana. Quedamos en juntarnos a las seis y media de la mañana con mis compañeros en nuestro lugar de entrenamiento.

Nos vimos las caras por primera vez luego de varios meses y nos abrazamos y emocionamos. Fuimos a buscar las pelotas para que cada uno comience a tirar y a divertirnos, dando inicio al viaje.

Cuando me quise acordar, Mike y yo éramos los dos finalistas para decidir quien era el que pagaba la primera cena. Mike empezó a encestar tres, cuatro, cinco, seis triples seguidos, hasta que en su séptimo intento erró.

Es tu turno, Minivan - me dijo.

Yo comencé a encestar, uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve y... ¡diez!

Cuando entró el décimo tiro, todos mis compañeros se acercaron a festejar conmigo. Lo festejamos como si hubiese entrado el triple de una victoria en un séptimo partido de playoffs para poder avanzar a la siguiente ronda.

Luego de eso nos dimos una breve ducha, nos cambiamos de ropa y nos fuimos al aeropuerto para tomar el vuelo a Puerto Vallarta.

En el aeropuerto recibí un mensaje de Joe mientras yo estaba desayunando con Jordan y Royce en la misma mesa. Eran las nueve y media de la mañana en Salt Lake City y las dos de la mañana en Adelaida. Le pregunté si podíamos hacer una videollamada y nos dijo que sí, que él estaba en otro rincón de su casa, lejos de Renae y sus hijos que estaban durmiendo. Le puse al tanto de todo lo que había pasado, saludó a Jordan y a Royce y le prometimos que le vamos a videollamar durante las vacaciones. Se despidió con un "ser padre y estar con mis hijos es lo mejor que me puede pasar en la vida, pero también ustedes son geniales, nos veremos pronto".

A lo lejos vi a Rudy y Bojan videollamarse con Matt y Ersan y a Udoka hablar con Trent. Todos avisando a los compañeros que no pudieron viajar que estábamos por despegar.

Narra Mike:

Estamos en la sala de espera del aeropuerto esperando el vuelo a Puerto Vallarta que sale a las once y media de la mañana, pero seguramente media hora antes estaremos embarcando.

Hablé con mis hijos que me desearon lo mejor en este viaje, me van a echar de menos pero les dije que solo voy a estar unos días fuera.

Mis compañeros usan el móvil, otros están dormitando en sus asientos. A mi se me empiezan a cerrar los ojos hasta que...

En unos minutos comenzaremos el embarque del vuelo 1948 con destino a Puerto Vallarta.

Me despierto, miro a Donovan que estaba durmiendo al lado y empiezo a acariciarle el hombro para que despierte.

¡Donnie, despierta! - le digo.

Donovan se despertó y me miró con una de las caras más extrañas que le he visto desde que lo conozco. Todos se rieron cuando lo vieron. Sin darnos cuenta ya estábamos generando la primera anécdota del viaje, incluso antes de subirnos al avión.

Somos los primeros en subir al avión. Embarcamos en nuestros asientos de clase ejecutiva, nos invitan con unos snacks (maníes) y un vaso de jugo de naranja a modo de bienvenida.

Me toca ir sentado al lado de Royce, quien - quizás por haberse encargado de la logística - está muy ansioso por despegar, ansiando porque todo salga según lo estipulado. El vuelo dura casi cuatro horas e incluirá un almuerzo por el horario en el que estamos volando.