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— ¿Te quieres casar conmigo? —Un joven peliverde de ojos azules le había preguntado a su novia...

Aquella pregunta que lleva emoción, nervios y felicidad cuando hay una respuesta positiva.

— ¡S-si! —La joven había respondido con emoción lanzándose a los brazos de su novio.

Para darse un dulce beso que sello aquella pedida de mano...

El matrimonio es un gran paso... La pareja ya deja de ser un "tu y yo", sino un "nosotros" y de la mano caminar juntos hacia la misma dirección con las altas y bajas que conlleva el matrimonio. Porque no todo es felicidad.

Se entiende porque en los votos matrimoniales se habla de "en la salud y la enfermedad, en lo prospero y en lo adverso".

"Para toda la vida".

Y así Silas Karlisle y Christina Kuroda habian dado el paso para vivir toda su vida juntos.

Eran un matrimonio joven, pero lleno de ilusión  como cualquier personas a su edad. Aunque tenían alrededor de 25 años, sabían hacer las cosas correctamente... tenían buenos empleos y llevaban una linda relación de recién casados.

Pero no faltaba claro, dar el siguiente paso al cabo de varios meses de matrimonio.

— ¿Un bebé? —La peli-magenta vio a su esposo.

— ¿Y porque no? —Silas le tomo las manos—, me gustaría ser papá pronto.

Chris sonrió ante ello... la idea de encargar a la cigüeña no era mala idea, ella también soñaba con ser madre, como la mayoría de las mujeres recién casadas seguramente.

Aunque los primeros meses, no hubo ninguna noticia de la cigüeña...

— ¿Entonces...? —Silas estaba ansioso viendo a su esposa—, ¿si?

— Falsa alarma... —suspiro con pesadez— salió negativo —le mostró la prueba de embarazo.

Pero no importaba, Silas le dio un beso en la frente, ya habrá otra oportunidad.

A veces, esas hermosas noticias llegan cuando menos se les espera...

Pues al año y medio de casados finalmente Chris le dio la noticia.

— Estoy embarazada —la joven sonrió enmedio de lágrimas de felicidad tocando su vientre.

— ¿Q-que? —Silas no se lo creía pero enseguida la abrazo alzandola dándole una vuelta—. ¡Vamos a ser padres!

Chris lo abrazó enmedio de lágrimas de felicidad... Finalmente el sueño de ambos se estaba cumpliendo.

Su marido estaba encantado  con la idea, la mimaba, la consentía en especial en sus antojos y estaba siempre atento a ella en cualquier cosa.

La dulce espera los tenía demasiado emocionados y cuando Chris cumplió los cuatro meses de embarazo, Silas comenzó a buscar muebles y todo para la decoración de la habitación del bebé.

— Me gustaría una niña —el joven estaba emocionado—, que saque tus lindos ojos.

— Me gustaría que se parezca a ti —Chris le acariciaba el cabello a su esposo mientras esté mantenía su cabeza cuidadosamente sobre su vientre.

La habitación del bebé finalmente quedó lista para finales del séptimo mes de embarazo... En los ultrasonidos todo estaba bien, salvo porque el bebé no se dejaba ver.

Recuérdame.~ Especial Día de MuertosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora