Dis-ease | Saturno

$6 JK

꧁༒☬𝑉𝑎𝑦𝑎𝑚𝑜𝑠 𝑎𝑙 𝑚𝑎𝑟 𝑎𝑧𝑢𝑙 [...]
𝑇𝑜𝑑𝑎𝑠 𝑒𝑠𝑎𝑠 𝑖𝑛𝑢́𝑡𝑖𝑙𝑒𝑠 𝑝𝑟𝑒𝑜𝑐𝑢𝑝𝑎𝑐𝑖𝑜𝑛𝑒𝑠, 𝑜𝑙𝑣𝑖𝑑𝑒́𝑚𝑜𝑠𝑙𝑎𝑠 𝑠𝑜𝑙𝑜 𝑝𝑜𝑟 𝑢𝑛 𝑚𝑜𝑚𝑒𝑛𝑡𝑜
𝑦 𝑑𝑖𝑣𝑖𝑟𝑡𝑎́𝑚𝑜𝑛𝑜𝑠 𝑗𝑢𝑛𝑡𝑜𝑠, 𝑠𝑜𝑙𝑜 𝑛𝑜𝑠𝑜𝑡𝑟𝑜𝑠.
𝐴𝑢𝑛𝑞𝑢𝑒 𝑒𝑠𝑡𝑒𝑚𝑜𝑠 𝑙𝑒𝑗𝑜𝑠 𝑎ℎ𝑜𝑟𝑎,
𝑛𝑢𝑒𝑠𝑡𝑟𝑜𝑠 𝑐𝑜𝑟𝑎𝑧𝑜𝑛𝑒𝑠 𝑠𝑖𝑔𝑢𝑒𝑛 𝑠𝑖𝑒𝑛𝑑𝑜 𝑙𝑜𝑠 𝑚𝑖𝑠𝑚𝑜𝑠, ¿𝑁𝑜?
𝐼𝑛𝑐𝑙𝑢𝑠𝑜 𝑠𝑖 𝑛𝑜 𝑒𝑠𝑡𝑎́𝑠 𝑎 𝑚𝑖 𝑙𝑎𝑑𝑜, 𝑠𝑎𝑏𝑒𝑚𝑜𝑠 𝑞𝑢𝑒 𝑒𝑠𝑡𝑎𝑚𝑜𝑠 𝑗𝑢𝑛𝑡𝑜𝑠. ☬༒꧂

Telepathy - BTS

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Capítulo $6

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ᴼᶜᵉ́ᵃⁿᵒ ᴬᵗˡᵃ́ⁿᵗᶦᶜᵒ, ʳᵘᵗᵃ ᵈᵉ ᵛᵘᵉˡᵒ ᶜᵒᵐᵉʳᶜᶦᵃˡ, ⁰⁶ ⁰⁰ ᵃᵐ

Jk

Es curioso como un par de semanas fuera de casa pueden hacerte olvidar los mayores placeres de la vida. Estar cómodo, dormir bajo una frazada calentita y cómo recuperar eso apenas por un par de horas puede querer arrastrarte de nuevo al agujero del que por fin has salido airoso.

Porque hasta el aire puro respirado por primera vez en mucho tiempo luego del encierro, te marea y te hace sentir mal. Somos criaturas de costumbres, por mucho que insistamos en romper con la rutina para liberarnos, y salir de la zona de confort, por más tediosa que sea, nos supone más problemas que quedarse sufriendo.

Desperté en algún punto del vuelo, por un microsegundo pensé que estaba de nuevo en una gira y todo había sido un sueño y me horroricé. Di un salto en el asiento, pero Jackson dormía en otra de las butacas en el pasillo de enfrente y eso me devolvió a la realidad. Jackson era un GOT7, no un BTS, así que todo estaba como estaba... y era la realidad.

Me rodeaban paquetes de mierdas aceitosas, chocolatosas, un plato que había tenido pollo y ensalada, y una botella de agua todavía aferrada al posavasos. La tele estaba apagada, la cama junto a mí deshecha...

Seguí instintivo el camino hacia el baño y escuché las arcadas. Volví la cabeza hacia los paquetes vacíos en el suelo del avión y cerré los ojos, compasivo, pero un poco aturdido todavía.

Luego de varias horas de sueño, luego de una parada técnica en Europa para revisar el avión y cargar más combustible antes de seguir sin ser atrapados por los cuerpos de seguridad enviados desde Corea a rastrearme y devolverme a casa, habíamos seguido camino y Jackson había decidido hacer el viaje con nosotros por lo menos hasta Estados Unidos, donde fingiría estar trabajando en un album, EP, o lo que fuera que se le ocurriera con tal de no reconocer que nos estaba transportando ilegalmente en su avión como si fuéramos paquetes de droga.

No sabía cuántas horas nos separaban del destino y era más apremiante atender el estómago de Jimin que la tableta para saber la ruta del viaje.

Toqué la puerta. Silencio atroz por unos segundos, y luego la cadena se jaló.

—Un... un momento —escuché en la voz de mi amigo un poco apagado.

De todas formas, la compuerta del cuarto de baño se abrió y me mostró la sonrisa con los ojos que había fingido en caso de tratarse de un personal de servicio a bordo. Tan educado y considerado era que para tapar el hedor a vómito antes de lavarse los dientes, sostenía una toalla en torno a su boca. Era obvio que iba a decirle que algo le había sentado mal, y no que se había atragantado de comida porque era lo que hacía si tenía todo tipo de comestible a su alrededor sin un agente que pusiera límite a sus raciones, y que luego había corrido a vomitar, un poco por culpa, otro poco por real combustión en su organismo de tanta cantidad de comida junta y mal masticada. Solo estaba dispuesto a decir eso y disculparse al cerrar la puerta para meterse el cepillo de dientes en la boca, esta vez con el lado de las cerdas hacia los dientes y no el cabo solo.