Epílogo

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Han pasado dos meses desde aquella confesión suya en el café. En ese momento se arrepintió de hablar, pues Sehun se quedó en total silencio. Pensó que sería rechazado, y lo fue, pero por muy poco tiempo. Luego del rechazo su amigo pagó en la cafetería y le dijo que las cosas no tenían que cambiar entre ellos. Volvieron al departamento juntos y oh, las cosas cambiaron. Y mucho.

Estaban una mañana desayunando pan tostado con mermelada y malteada de fresa cuando abruptamente el rizado se puso en pie. Se acercó al rubio y depositó un beso en sus labios. Torpe, delicado y dulce, Junmyeon sintió estar en el mismo cielo.

—Lo cierto es que me has gustado desde siempre. Te rechacé porque me asusté, jamás he estado en una relación y me dio pánico pensar en tus siguientes palabras. Lo siento, Junmyeon, mucho.

Él no puede evitar reírse y sonreírle, sus ojos brillando y con pequeñas arrugas en las esquinas.

—Está bien, Sehun. De verdad.

Con suavidad, le besa nuevamente. Se ríen y el de cabello oscuro procede a sentarse otra vez. Esta vez, sus manos juntas sobre la mesa, con los dedos entrelazados y mirándose tiernamente. Luego hablaron de como haber entrado por error y por elección propia (sí, correcto, Oh entró por su voluntad) a ese bar gay fue lo mejor que sucedió en sus vidas. Se conocieron, se hicieron amigos y ahora que saben lo que sienten el uno por el otro, podrán estar juntos.

Ahora tienen a su otra mitad.

Gay Bar | SeHo AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora