Me, Myself and I

Capítulo 31

-Hola- escuché detrás de mí y pensé, ¿Sai? ¿Ya comienzas a extrañarme?

-Hola- contesté sin importancia.

-¿Cómo has estado?

-¿Te interesa?

-Vamos- alargó -No me trates así- dio dos pasos hacia mi -¿O tu nuevo novio no te deja hablarme?

-No tengo ninguna nuevo novio y si te trato así es porque yo quiero- enarcó las cejas.

-Ah sí, entonces esa...

-Mi amor- los tacones de Inl sonaban por todo el pasillo -¿Qué haces hablando con... el?- dijo con un gesto de repulsión.

-Nada cariño- le dio un beso en la mejilla y ambos se fueron.

¡Asco!

Terminé de guardar mis cosas en el casillero y de sacar los libros que necesitaría para la siguiente clase. Me giré y me sorprendí al ver a una chico de cabello castaño frente a mí.

-Hola- sonrió tímido.

-Hola- sonreí levemente.

-Kiba- se presentó

-Sasuke

-Sí, lo sé- rió tímidamente -Oye yo... que-quería saber si... tal vez tú y yo...- tartamudeaba -Bueno, si a ti te gustaría... salir conmigo- finalmente terminó la oración.

-Claro- contesté mirando sus ojos color cafe.

-¿De verdad?- dijo sorprendido -¡Genial!- sonrió de oreja a oreja -¿Este viernes está bien?

-Sí, está bien- contesté tratando de sonreír. No me agradaba mucho la idea de salir con el tal Kiba, pero ya veremos cómo reacciona Naruto y por ende Sai.

Última clase, álgebra. No había nada más aburrido que esto. El maestro simplemente no dejaba de hablar y de escribir en el pizarrón, sin duda era un tormento. Volteé hacia las últimas filas y ahí estaba Naruto. Su mirada estaba enfocada en el pizarrón, pero no estaba prestando atención. Estaba más bien perdido.

Fui a las últimas hojas de mi libreta para recortar un pedazo, tomé mi pluma azul y escribí "Am, ¿si me prestarás a tu hermano?" giré hacia el maestro para asegurarme de que no fuera a verme y lancé la pequeña bola de papel, logrando golpeara su mejilla para después caer en el piso. Bajó su mirada para identificar lo que la había golpeado. Lo recogió del piso y la extendió para poder leer el contenido. Escribió y me regresó el mensaje "No queda de otra, y deja de llamarme Am".

Toqué el timbre y en menos de diez segundos se abrió la puerta, dejándome ver la perfecta anatomía de Naruto.

-Wow- arrastré la expresión -Tú sí que eres un bipolar le dije ya que apenas me vio, rodó los ojos como si mi presencia le había arruinado el día.

-¿Pasas o te quedas afuera?- su tono de 'te detesto' había vuelto.

-Mejor espero afuera- contestó cambiando mi tono a uno más duro como el suyo.

-Como quieras- se dio la media vuelta, pero al parecer se arrepintió y volvió a voltear hacia mí -¿Por qué saldrás con Kiba?

-Pues porque...- estaba por responderle pero no lo hice -¿Tú como sabes eso?- di dos pasos acercándome a el.

-El me contó- contestó de mala forma. Rodeé los ojos. El
plan era que se enterara después de haber salido con Kiba.

-Pues sí... sí saldré con el- le respondí y me di la vuelta dándole la espalda.

-No respondiste lo que te pregunté- pensé muy bien lo que iba a decir y nuevamente giré hacia el.

-Creí que no te interesaba lo que yo hacía

-No me interesa- rió amargamente -Sólo que
creí que habías dicho que era más fácil contactar al presidente que obtener una cita contigo- aún lo recordaba.

-Lo sé- contesté sonriente -Pero decidí tomar tu consejo- yo también recordaba sus palabras.

-¿Cuál consejo?- preguntó sin entender.

-"Porque no nos haces felices a los tres"- frunció su ceño -Así que no te molestaré más, terminamos el trabajo y no habrá nada que nos relacione- ya nada podía salir mal, estaba arriesgando demasiado al decir esto. Cruzaba los dedos para que todo saliera como lo había planeado.

-Perfecto- ¡Mierda! ¿Así nada más? ¿Ni un poquito de celos? Perfecto Sasuke, te tiraste solo a la hoguera.

-¡Sasuke!- se escuchó al pequeño y aguda voz de Boruto -¿A dónde iremos?- preguntó el pequeño mientras me rodeaba con sus pequeños brazos.

-Donde tú quieras- le dije devolviéndole el abrazo.

-Por un helado, ¿sí?- preguntó

-Claro- levanté mi mirada y la dirigí hacia Naruto -¿Un helado?- le pregunté y su hermano lo miró.

-No- negó firmemente.

-Vamos, yo invito- le dije sonriente acercándome a el -De despedida...- susurré en su oído.

-¿Seguro?- al igual susurró entre dientes -¿Después de esto me dejarás finalmente en paz?

-Tenlo por seguro.