Capítulo 3 . La Mafia.

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Después de arreglarme, mi padre me llamó.
-¿Estás lista?.-Me preguntó entrando a mi habitación.
-Hm.-Asentí con la cabeza.
-Toma, te va ha hacer falta.-Me dijo mi padre pasándome un cinturón (con pistolera), una pistola, una navaja y algunas balas.

Yo me quedé en blanco, no me esperaba recibir cosas de ese calibre tan rápido.
Con respecto a la ropa, llevaba un top negro y un pantalón negro con algunos bolsillos y algo ancho.

No sabía donde guardar las armas o donde ponerlas exactamente así que mire todos los bolsillos que tenía y metí todos las armas en el primero que pillé.

Me temblaba un poco la mano porque no sabía lo que iba a hacer con estas cosas ni a quien me iba a encontrar en esa mafia, tenía miedo.

Quería estar presentable al menos así que me puse un poco de base y me puse rimel como pude, el eyeliner no me dio tiempo porque mi padre me estaba metiendo prisa.

Bajamos al garaje y nos montamos en el coche, la verdad estaba muy nerviosa.

-Hey, tranquilizate, son buena gente, ya veras como todos te caen bien-. Dijo mi padre intentando tranquilizarme.

-Ya lo se... -. Dije intentando que no se notaran mis nervios.

Después de 15 minutos conduciendo, llegamos a una casa muy grande situada lejos de la ciudad, parecía una mansión enorme.

Por fuera era marrón, supongo que sería para no llamar mucho la atención. Tenía ventanas pequeñas, un garaje que parecía bastante espacioso, las persianas y cortinas cerradas, y unas vayas un poco antiguas de madera que supongo que serían para rodear el patio.

Cuando bajé del coche sentí como casi mis piernas me fallaban, estaba realmente asustada y muy nerviosa.

Mi padre también bajó del coche y me dio un abrazo por encima del hombro.

-Hey, son mis amigos, son buena gente, no te harán nada-. Dijo mi padre intentando calmarme.

Al llegar a la puerta, mi padre sacó las llaves de su bolsillo. Mis nervios aumentaban cada vez más.
Finalmente, abrió la puerta y con la cabeza me indicó que entrará primero. En ese momento odie mucho a mi padre, pero en fin... tragué grueso y di un par de pasos adelante y seguidamente entró mi padre y me adelantó el paso (muchas gracias papá).

Avanzamos un poco pasando la entrada y llegamos al salón. Yo me esperaba una mafia seria, algo "divertida" pero manteniendo su margen. Literalmente lo que me encontré es, completamente, lo contrario a eso.

Habían 2 chicos peleándose entre risas, y otros dos tirados en el sofá viendo la televisión.

Me quedé observando todo, no sé ni que cara puse (posiblemente una de sorpresa).
Hasta que mi padre pegó un silbido que casi nos deja sordos a todos. Los del sofá se dieron la vuelta y los que se estaban peleando miraron hacia nosotros.

-Bien, tenemos una nueva integrante en la mafia. Ella es Er-.-Decía mi padre al quedarse petrificado con la reacción de uno de los de la pelea.

Un chico rubio de bote, un poco alto y con un estilo de ropa bastante común, vino corriendo hacia mi, pero se ve que le pegué mi síndrome de la mala suerte y se tropezó con el sofá, cayéndose de boca. Levantándose al instante, vino hacia mí y me abrazó fuertemente. Por su acento, supe detectar que es argentino.

-Holaaa lindaaaaaa.-Dijo mientras me daba dos besos en forma de saludo en la mejilla.

Yo no pude evitar reírme, es bastante simpático, de momento mi impresión de esta mafia, aunque solo conozca a dos personas, es bastante buena.

Solamente tú y yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora