Capítulo 3: Vade Retro, Satana

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El ambiente se calentaba cada día más con un sol inclemente que traía consigo un poco de esperanza

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El ambiente se calentaba cada día más con un sol inclemente que traía consigo un poco de esperanza. Los días soleados siempre estaban cargados de esperanza, así se tratase de aquel autoengaño de que estaban cada vez más cerca de ser libres. De igual forma, el tiempo se pasaba mucho más rápido en verano y nada ni nadie les impediría contemplar el cielo en las horas que se les permitía permanecer en el patio.

     La hora del desayuno solía ser la más bulliciosa de la jornada con todos los prisioneros hambrientos, ansiosos por llenar sus estómagos y, de paso, sus almas. La sazón del chef no era mala para nada, en especial, si hablábamos de sus postres. Por esa razón, no era difícil cerrar los ojos e imaginar que se trataba de una comida casera preparada por las manos de sus madres. Si bien los desayunos eran bastante más simples, se notaba que el cocinero le ponía esfuerzo a su labor.

     Donghun y Hokuto se hallaban en su misma mesa de siempre, disfrutando de la primera comida de la mañana, mientras conversaban de temas triviales. Si bien estaban juntos casi todo el tiempo, estar en el comedor era, de por sí, una forma de libertad. Era como si estuvieran en el patio de comidas de un mall después de haber visto una película en el cine.

     Esos pequeños detalles hacían su vida ligeramente más soportable.

     De un momento a otro, algo o, mejor dicho, alguien, capturó toda la atención del chico extranjero. Detuvo toda moción y se apresuró a sacudir el brazo de su amigo, quien estaba sentado frente a él. Este soltó un bufido, fastidiado por la repentina interrupción.

     —Oh, por Dios, Dong. Tienes que voltear en este instante.

     —Estoy ocupado comiendo mi gelatina.

     —Olvida eso y voltea para que veas al nuevo oficial. Es realmente lindo.

     —Parece que estás buscando que tu novio te mate.

     —Ay, sabes muy bien que le soy totalmente fiel a Taiga.

     —¿Entonces?

     Hokuto rodó los ojos por la típica ingenuidad de su amigo. Apoyó la cabeza en las manos en señal de hastío para que el otro chico dejase de ignorarlo y lo tomase en cuenta.

     —¿No es obvio que lo estoy reservando para ti?

     —¿Ah? ¿Y yo para qué necesito un...?

     —Porque vives amargado, Dong —le dijo con pena—. Quizá te haga falta un poco de acción en la vida, y qué mejor que un chico atractivo que...

     —...Que es un oficial de policía —acotó en tono de burla—. Hoku, creo que has estado viendo demasiados Jdoramas.

     El japonés era obstinado por naturaleza, así que volvió a zarandear su brazo hasta convencerlo de girarse disimuladamente para, al menos, conocer al nuevo celador. Donghun terminó el postre y tomó un sorbo de refresco antes de acceder a la petición de su compañero de celda.

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⏰ Última actualización: Nov 14, 2021 ⏰

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