CAPITULO UNO

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27- Marzo-2015
Hay una escuela preparatoria a unas cuantas casas de la mía, es de un nivel académico de primera y a pesar de ser por cooperación y que las instalaciones no sean como las del colegio en el que estuve toda mi vida académica, por alguna razón me gusta. La mitad de las personas que cursan el ultimo año de secundaria en mi colegio ansían entrar ahí, porque quien se gradúa de ahí es considerado un genio... Mi mamá lo logró... ¿Porqué no yo?
Mañana es el exámen de admisión... Serán las cuatro horas más largas de mi vida. Escuché que dos de mis amigas irían a estudiar para este exámen y, aunque me viera grosera, me invité. No me gusta hacer esa clase de cosas pero de verdad lo necesitaba, los nervios me comían, un examen de más de doscientas preguntas no es consolador cuando de verdad deseas entrar ahí.
Mi tía es maestra de literatura en esa escuela desde hace mas de 40 años, es la hermana de mi abuelo, así que es mi tía abuela. Cuando le pedí que me ayudara a entrar ella se negó, me dijo que tenía que entrar por mis propios méritos y esforzarme. Yo sé que lo hace por mi bien y yo la quiero un montón, pero mi mayor miedo en la vida es el fracaso... Después de las botargas y los hospitales, y si fracasaba en esto me sentiría una total inútil, decepcionandome a mi. Y para empeorar las cosas tenía este resfriado infernal que sentía que me quemaba la garganta y la cabeza.
A pesar de que me taladraba algo invisible en la cabeza, me metí a la ducha con agua helada, para ver si así se me bajaba la temperatura, pero empeoró las cosas. Al salir me puse mis jeans negros y una camiseta color verde militar en la que se leía "New York City". La flojera no me permitió ponerme mas que unos Crocs color caqui con unas calcetas verde chillón. Me sentía un zombie, caminando por toda mi casa encorvada y con los brazos cayendome pesadamente a los lados de mi cuerpo. Mi mamá me llevó a la casa de Annie, molesta por haberle pedido permiso de ultimo momento. Cuando llegué ya estaban Fátima y Dayan ahí. En realidad no me llevo mucho con Dayan, pero es inteligente y me cae bien, así que no me molesta su presencia tanto como la de sus amiguitas de faldas cortas y brillo labial. En cambio Fátima es una de mis mejores amigas a pesar de que la hubiera conocido hace solo un año, en segundo de secundaria. Luego de haber estudiado como por dos horas, llegaron por mi y mi cabeza estaba ya a punto de explotar así que al llegar a mi casa me metí en la cama sin cenar, y me quedé dormida tan solo de cerrar los ojos.
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Me despertó la canción de Blank Space de Taylor Swift en la radio y un grito de mi mamá que a penas entendí. Baje el volumen de la radio y restregué mis ojos con mis manos, haciendome daño.
-¡Son las seis de la mañana Lucero! ¿Acaso piensas que no duermo? Nos despertarse a todos, ¡el examen es hasta las 7:45!
-Mrgh!
-Vuelve a dormir, le diré a tu papá que te despierte a las siete.
Apague la radio y le hice caso a mi mamá en volver a dormir. Desperté unos diez minutos antes de las siete, para luego levantarme de mala gana, sabiendo que no volvería a dormirme, pero que aún estaba cansada. Me fue imposible dormir en toda la noche, los datos que había estudiado la noche anterior me daban vueltas en sueños y me despertaban cada veinte minutos.
«La formula de la velocidad es velocidad= distancia/ tiempo... La primer constitución entro en vigor en el 1824... Los elementos bióticos son los vivos, como los humanos y los abióticos no lo están, como las rocas».
Demasiados datos en mi cabeza.
Me puse unos jeans negros, una camiseta blanca que tenía escrito "Zebra is my favorite color" y mi sudadera púrpura de Aeropostal. En fin, es solo un exámen, no hay porque arreglarse tanto. Recojí mi cabello en una trenza de cola de pescado que cayó por mi espalda hasta llegar a la mitad de ésta. Fui a la cocina y lavé una manzana, para luego meterla en mi boca y darle una mordida. Preparé un licuado de leche con banana y chocolate, y le di un trago, haciendo luego una mueca de dolor por la inflamación que tenía en la garganta y el dolor que me causaba tragar. Cuando estaba por terminarme la manzana mi papá entró en la cocina ya bañado, cambiado y arreglado. Yo normalmente me duchaba por las mañanas pero por mi horrible resfriado me lo prohibía (y el doctor también), así que me duchaba por las noches, antes de dormir.
Afuera el clima era fresco, con ese viento que te da una sensación agradable, porque no es ni frío ni calor. Camine junto a mi papá a través de las pocas casas que nos separaban del muro de ladrillo que había alrededor de la escuela, como siempre, íbamos conversando como filósofos: que si el universo tenía fin, que si el sol explotaría antes de que mis nietos fuesen abuelos, que si una estrella fugaz cae en alguna parte y explota... Normalmente eran debates con la astronomía como tema principal, ya que era un gusto que ambos compartíamos. Y luego llego "la pregunta", es decir, no una simple pregunta, no no, es LA pregunta.
-¿Estás nerviosa por el examen?
-Si... O no... Bueno, no lo sé... Me siento preparada y al mismo tiempo siento que debí estudiar más ¿Entiendes?- el rió y soltó una risita.
-Entonces... Estas "medio" nerviosa... Ya sabes, ni si, ni no...- pensó un momento antes de continuar y se volvió serio.- Y ¿haz pensado a donde irás si no quedas aquí?
-La verdad no, pero supongo que terminaré de autotorturarme haciendo la prepa en la escuela que ha sido mi escuela desde el preescolar o... No lo sé... De verdad quiero entrar aquí y...
Y cuando menos acordé ya estábamos frente a las barras gruesas color gris pálido de la puerta. Las manos me empezaron a sudar y mis piernas parecían fideos. Al entrar la directora Rosa me guió hacia las ventanas de las oficinas, donde había listas de nombres ordenados alfabéticamente por el apellido paterno. Busqué Rojo y me encontré con un montón de gente con ese apellido. Rojo Alvarez... Rojo Martinez. Mejor me dirigí de nuevo a la directora y le pedí ayuda pero antes de llegar a las listas de nuevo, una muchacha con el cabello recojido hacia atras y una chaqueta azul marino se acercó a pedir ayuda también. Me pareció conocida pero no dije nada hasta estar segura, para no hacer el ridículo. Fue hasta que dijo su nombre que estuve segura. Zoraya Rodriguez. Fue una de mis mejores amigas en la primaria y a pesar de los años aún se veía un rastro de la pequeña niña que conocí hace como siete años.. La directora me indicó ir al aula 15 y me indicó el camino hacia allí así que no alcancé a saludar a mi vieja amiga.
Al subir los escalones divise a Valeria, una amiga de mi colegio, y me acerqué a ella para platicar, pero justo cuando me plante frente a ella, una maestra con gafas, el cabello castaño y unas cuantas canas asomándose en la coronilla de su cabeza, subió la escalera y nos indicó a entrar al aula. Otra de mis amigas de la primaria, Paula, apareció junto a mi y solo la salude con la mano, ya que yo sabía que teníamos prohibido hablar al entrar al salón. Busqué una silla junto a Valeria y a dos asientos frente a ella estaba Zoraya, mi vieja amiga. Ella giró la cabeza luego de varios segundos de hacer "psst" y que todos voltearan como si les hablara a ellos. Cuando voltea le sonrío y ella hace lo mismo, volteando de inmediato ya que la maestra había empezado a tomar lista. A cada nombre alguien se levantaba y la maestra extendía su mano para darle un cuadernillo y una hoja de respuestas.
Cuando me toca a mi y me entregan el cuadernillo, yo me sorprendo ante su grosor y abro mucho los ojos, dándole vueltas entre mis manos.
Abro el cuadernillo cuando me lo indican, ya sentada en mi silla, y leo el primer tema...
I. MATEMÁTICAS.
Genial. Justo la materia que odio con toda mi alma. Internamente me prometo a mi misma no contestar ninguna pregunta al azar, intentar contestarla según mis conocimientos y según la lógica. En mi mente calculo que si son dos horas en la primera parte del examen y noventa preguntas, para la primera hora ya debería llevar 45 preguntas contestadas. Cuando la maestra indica que ya paso la primera hora, solo llevo 38 preguntas y comienzo a apresurarme. Empiezo a hacerlas lo más rápido posible y cuando llego a la parte de Español siento como si volviera a respirar desde que empecé, pero sin haberme dado cuenta desde cuando retenía el aire en mis pulmones. Al final hasta me sobro tiempo y pensé que podría descansar, pero la maestra me dijo que continuara con la segunda parte.
Luego de terminar las noventa y dos preguntas de la segunda parte, entregue el examen y salí del salón como si mi vida dependiera de ello. Estar sentada por cuatro horas me dejo entumecido todo lo que estuviera bajo mi cintura y era una tortura caminar.
Estuve dando vueltas por el patio buscando a mi grupo de amigos. Cuando los mire de lejos corrí a abrazar a Fátima que estaba con Aaron y Nathan, conversando, como era de esperarse, de como les fue en el examen.
-Hola Fátima! ¿Que cuentan?
-Pues nomás' que ese examen fue más fácil de lo que yo me lo imaginaba... ¡Pan comido!
«Tipico de Fátima la genio, hacer comentarios así para echarme en cara que yo era una en 600 alumnos» pensé.
Yo sé que no lo hacía con esa intención pero eso me hacía sentir. Al rato salió Annie de uno de los salones y Nathan y ella se dieron su beso romántico diario y demasiado empalagoso. Esa clase de comentarios son solo un efecto colateral de estar soltera y triste. Luego de media hora aproximadamente, Fátima y Annie se fueron a sus casas y nos quedamos conversando Aaron, Nathan y yo. Mi estomago hizo unos ruidos raros por el hambre que tenía e hice un sonido extraño parecido a un puchero.
-¡Tengo hambre! ¡Alimentenme!
-Gorda.- dijo Aaron y recibió un puñetazo en el brazo, pero como siempre se hizo el muy valiente.- no me dolió.
-Haber, tu que vives por aquí Lucero, dinos si por aquí hay algún lugar donde podamos tragar algo.- dijo Nathan.
-Hay un lugar donde venden gorditas por aquí, a unas dos calles... Pero no se si me vayan a regañar mis papás por salir sin avisarles.
-Agh! Ya vas a empezar miedosa...- más puñetazos para Aaron, si no quería golpes para que me molesta.- ¡Ay ya!
-Bueno vamos pues... Pero rápido, y lo pediremos para llevar ¡eh!
Atravesamos el muro de gente sin perdernos de vista y caminamos entre las calles, aquellos un poco detrás de mi ya que yo era la guía. Ambos fueron todo el camino haciendo tonterías: eruptando, haciendo sonidos de gases, o gritándole cosas a la gente que iba en sus autos. Hombres. Era como cuidar a dos críos. Nos detuvimos en un OXXO a comprarme unas frituras y al cruzar la calle Nathan gritó "¡Corran!" lo cual me puso los pelos de punta y me eché a correr a toda velocidad. Ahora quien recibió un golpe fue el. Pedimos la comida y caminamos de regreso a la escuela. Justo a medio camino mi celular vibró y abrí el mensaje que mi papá me había enviado.
De: Papá
Ya estamos aquí, es que fuimos a hacer las compras, lo siento por la tardanza, ¿donde estás?
¿Porque?¿Porque no me pasaban cosas normales y no castigables a mi?
Intente tomar un atajo, pero en un punto en el que no había salida y sentí una punzada de miedo en el pecho.
-Oigan... ¿Qué me hacen si ya me perdí?
Me miraron mal, y luego con miedo, mirando hacia todos lados. Luego de haber dado varias vueltas por el lugar, al fin vimos la escuela desde lejos. Caminamos al lado de mi camioneta que estaba aparcada frente a la puerta y yo me puse tensa. Al entrar vi a mi papá sentado en una banca con mi hermana Diané. Me senté junto a ellos luego de despedirme de Aaron y Nathan, y mi papá me miró mal.
-Te dije que no te salieras de la escuela, Lucero.
-Si, pero... No... Agh! Tenia hambre! Perdón!
-¿Sabes cómo nos asustamos tu mamá y yo?
-Perdón, no lo haré de nuevo.
Otro día en la vida de Lucero... Así es y será mi vida, tan inesperada. No podía hacer una travesura porque siempre me descubren... En fin, los riesgos no son lo mío...
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Holi! He aquí mi nueva novela. Los que no leen la otra [EMBDS] no sabrán que onda con esto, así que lo repetiré:
★Subiré todos los lunes ya que esto es como que el diario de Lucero.
★No subiré capitulo hasta Mayo ya que hasta ese entonces le darán los "resultados" de su examen de admisión a Lucerito.
★Luego de Mayo no subiré capitulo hasta Agosto, cuando entre a la preparatoria, y luego de eso ya será normal, cada semana o cada quince días. Y eso es todo.
Les deseo que tengan una bonita semana y bueno, cada escritor tiene su sello personal, el mio es mandar besos de sabores a comida mexicana (los que leen EMBDS lo saben) y en esta novela la cosas será igual así que... Besitos sabor a chiles rellenos desde México inigualable :*
-A

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