CAPITULO CINCO

39 1 0
                                    

24-Junio-2015.
Como cualquier noche antes de un día importante, no podía dormir y ver la toga azul colgada en la parte de atrás de la puerta de mi cuarto definitivamente no era de mucha ayuda, además de que el hecho de que el birriete descansara por encima de mi en la cabecera de mi cama era totalmente contraproducente. Hacía un rato que intentaba dormir pero siempre abría los ojos con la esperanza de que fuera de esas veces en las que parecía que sólo habías parpadeado pero en realidad habían pasado varias horas, pero no, al abrir los ojos sólo habían pasado unos cuantos minutos. Al final me rendí, encendía la luz de noche y tome "Ladrona de Libros" de mi mesa de noche para pasar el rato.

Eran las 5:30am de una madrugada de finales de junio, faltaban cuatro horas aproximadamente para que diera por terminada la secundaria oficialmente y yo... Bueno yo era una adolescente poco normal leyendo Ladrona de libros en algún lugar de América en plena madrugada a unas horas de que salga el sol. Si, demasiado poco normal para una adolescente común. El problema era que yo no era para nada común.

Luego de cinco capítulos, una carrera entre Liesel y su amigo pide-besos, y un par de cabeceadas se me fue nublando la vista hasta que se me cerraban los ojos. Probablemente dormí unos cinco minutos porque cuando sonó la alarma con la canción de Bruño Mars, Lighters, llenando mi habitación y mis oídos adormilados. Me levanté de la cama pesadamente para alcanzar mi móvil y mirarlo, ya que había empezado a vibrar unos instantes después de mi alarma. En la pantalla se veía el mensaje:

            "RECORDATORIO
              GRADUACIÓN:3"

Nunca en mi vida había sentido la adrenalina que sentía en este momento, estaba de lo más feliz, pero al mismo tiempo me parecía doloroso tener que despedirme de todos mis amigos, tener que decirles adios luego de tantos buenos recuerdos. Pero todo lo bueno se acaba demasiado rápido, lamentablemente.

Luego de una ducha fría desperté un poco más y me puse mi uniforme un poco más consciente de mis acciones que hacía unas horas. Me seque el pelo y me lo planche, olvidándome de mis pequeños rizos y dejándolo lacio. Así era mi "sistema", en las ocasiones especiales lo planchaba para no tener que peinarlo, ya que los rizos me lo complicaban.

Al salir de mi cuarto al pasillo me encontré con la locura en persona, viendo a mi papá tratar de ponerse la corbata a la vez que los zapatos, a mi mamá corriendo de allá para acá con accesorios y vestidos y mi hermana tratando de peinarse decentemente. Yo, que era la graduada y que debería de estar estresada y ansiosa, estaba totalmente relajada y tratando de no reírme de la locura que tenía por familia. Fui a la cocina y servía un poco de leche fría en un vaso mientras mi papá entraba a la cocina ya arreglado con su corbata bien puesta y el esmoquin al hombro. Se veía como un pingüino abrazable. Metí una barrita de manzana a mi boca de una sola mordida e intenre hablar y masticar a la vez.
-¿Ua ehahn hihah hi hahá y hiahé?
-¿Que? ¡Espera! Primero tragalo.
Momento extraño de silencio para nada incómodo pero extremadamente chistoso.
-Que si ya están listas mi mamá y Diané.
-Ah si... Les dije que esperaríamos en el auto tu y yo.
Me termino la barrita y subo al auto con la toga en la mano y el birrete en la cabeza y me lanzo al asiento de atrás con sentimientos encontrados: emocionada pero nostálgica. Enciendo la radio y canto al compás de "Clocks" de Coldplay mientras mi hermana y mi mamá entran y salen cada que recuerdan algo. Mi papá me pregunta cómo se llama la canción y luego de decirle la anota en un papel. Ama la música tanto como yo. Diez minutos antes de las 8:30am ya estamos en camino a lo que yo llamaría mi hogar, más que mi colegio. Siento muchísima nostalgia al recorrer las calles por las que pasaba a diario antes de hoy, ya que a partir de hoy, rara vez andaré por éstos rumbos. Al llegar veo gente llorando y me bajo del auto sin esperar a nadie. Al entrar me encuentro con Maribel y su hermano Damen, a quien saludo, luego llega Aaron y más tarde ya estamos todos los de nuestro grupo atrás del auditorio en una fila semi decente esperando a que nos digan que entremos. Aún no puedo creer estar aquí, y quisiera no estarlo, la nostalgia me come de adentro hacia afuera y me mata. El profesor de español sube al escenario y nos presenta como la generación 2012-2015, y al entrar en fila entre la gente ponen el himno de la escuela de fondo y todos se levantan de sus asientos para aplaudir. Nos sentamos como nos lo dijeron en el ensayo y tomo mi lugar junto al de Valeria, quien con su característico humor se la pasa diciendo cosas chistosas.
-Uy uy, ¿vas a llorar tu también, Lu? Pareciera que alguien se murió...
Me río ante su comentario y la misa comienza. No se alarga mucho pero aún así se me va lento, por lo ansiosa que estoy de la entrega de papeles. Por fin finaliza la misa y entra Miss Rosa, anunciando el "último pase de lista" de tercero A, conforme van pasando los nombres algo se rompe dentro de mi. Todas esas personas, la mayoría con las que convivo desde el preescolar, están ahí, en ese trozo de papel que lee la maestra, y ahí quedarán, permanecerán tanto ahí como en mi memoria, hasta los que casi no me hablan extrañaré, porque prácticamente son mi familia, ellos me enseñaron muchas lecciones de vida, y son las personas más leales que jamás conocí. Conforme pasan los nombres se van levantando de sus asientos las personas y las lágrimas ya caen por mis mejillas. Diviso a mi hermana detrás del escenario con su grupo de danza tradicional y me limpio las lágrimas para que no las vean ella y sus amigos. Dicen mi nombre y me levanto con piernas temblorosas y un nudo en la garganta. Paso por enfrente de una mesa, donde están los directivos. Estrecho la mano de la coordinadora de inglés, y luego la de la coordinadora de español, más adelante a la director de secundaria, quien me da mis papeles y un abrazo, y finalmente me abraza con cariño el dueño del colegio. Sin darme cuenta ya estoy llorando de nuevo y al pasar junto al grupo de mi hermana me aplauden y gritan cosas lindas.
-No llore shab!- grita uno de ellos y no identifico quién.
Bajo las escaleras y regreso a mi lugar. Más tarde ya tengo mis papeles, una banda de perseverancia y la placa de lo mismo. Vaya... Doce años aquí, y todos los que han estado pocos años ya se quieren ir, mientras yo pienso en lo mucho que extrañaré éste lugar. Siguen avanzando las tomas de listas de los distintos salones y sus respectivos profesores, cada uno dice unas palabras y pasan al siguiente. Termina todo y presentan al grupo de mi hermana. Pasan todos con sus vestuarios del estado de Veracruz. Bailan Tuza, Bamba y uno que otro más y yo lloro más del orgullo que siento por mi hermana. Llegará lejos. Terminan su baile y mientras salen del escenario pasan con unas pantallas. Se escuchan susurros y la mayoría sabe lo que viene: la lloradera. Encienden las pantallas y comienza el vídeo de generación, fotos de todos nosotros a lo largo del año, e incluso algunas de primaria y kinder. Lloro por tercera vez en el día y miro a todos abrazandose y con los ojos humedos. Termina el vídeo, el maestro de ceremonias dice unas cuantas palabras más y pasa Aaron a decir un discurso, y si, lloro más. Más tarde el dueño pasa a decirnos unas palabras y llega la tan esperada cuenta regresiva para lanzar los birrietes al aire.
-5..., 4..., 3..., 2...,1...
Lanzo mi birriete al aire lo más arriba que puedo y cuando caen de regreso todos los atrapan, pero a mi me caen unos tres en la cabeza, a lo que yo me quejo y Valería se ríe de mi y yo la miro mal, olvidando que probablemente mis ojos están totalmente rojos.
-Aww! Tu tambien lloraste.
-Pues claro! Los voy a extrañar a todos.
-¡¡¡Que hermosaaaaaa!!!- dice abrazándose.- Maldita, me vas a hacer llorar.
Me río entre sollozos y la abrazo de nuevo. Todos se dispersan y corro a abrazar a Maribel antes de que se vaya. La agarró desprevenida y me abraza también, y lloro... Otravez. Matibel se irá a vivir a otra ciudad despues de la fiesta de graduación, pero no iré así que luego de más de 9 años de amistad en los que la veía a diario, ahora la vería al menos dos veces al año. Ella era como mi hermana y siempre estuvo conmigo en las buenas y en las malas. No quería soltarla pero cuando deshicimos el abrazo aparecieron nuestras mamás y propusieron una foto. La tomaron y unos cuantos segundos después ya estaba toda nuestra bola de amigos dispuestos a tomarnos mil fotos.
Miré atrás. Está bola de raros era ya parte de mi, los quería un montón a todos y cada uno, y se quedarían en mi corazón toda mi vida. Ellos rieron conmigo y también de mi, y yo me reí de ellos, pero no importaba porque estamos locos y podíamos contar los unos con los otros. Los vi a todos con sus batas y birrietes sonriendo a la cámara y deje caer unas cuantas lágrimas por millonésima vez en ese día.
¥¥¥¥¥¥¥¥¥¥¥¥¥¥¥¥¥¥¥¥¥¥
Sigo viva!!!
Le dedico éste capítulo a las Gallinas en Aceite (ellos lo entenderán) y más especialmente a Mabel, mi mejor mejor amiga a la que quiero millones y que también se fue a vivir a dos horas de donde yo vivo y la extraño muchísimo. Gracias por apoyarme y leer mis novelas, te quiero muchísimo enana mía >3<.
Foto del grupo de danza de mi hermana menor en multimedia.
-A

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Dec 14, 2015 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

LuceroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora