CAPITULO TRES

39 3 3
                                    

9-Mayo-2015
Ocho de la mañana.
Dormir.
Ocho de la mañana y diez minutos.
Dormir
Ocho de la mañana y veintiún minutos.
Dormir.
Ocho de la mañana y veintidós minutos.
¿Encerio? ¿Dormí un minuto? Ya no pienso dormirme de nuevo, en ocho minutos sonará la alarma y no tiene caso. Hoy entregan los resultados de mi examen de admisión de la prepa y estoy tan nerviosa que me estuve despertando cada diez minutos toda la noche. Ayer por la noche fue el festival del día de las madres y fui con mi mamá para darle la sorpresa de que yo bailaría. En la escuela soy algo conocida por lo bien que se me da el baile, no presumo, acepto mis virtudes... Bien, pero presumir no es tan malo cuando lo que presumes si es cierto. En fin, me fui a la cama a la una y media de la madrugada y aún así en este momento no tengo nada de sueño... O algo así, pero ya no quiero dormirme. Yo puedo, yo puedo, yo pu...
-¡OH POR DIOS!
Genial, ya sonó la alarma. Yupi.
Me levanto de la cama y camino hacia mi armario para buscar mi ropa. Elijo una blusa blanca con el mensaje "Each day I love you more" y unos jeans obscuros con mis zapatos color crema.
La ducha me quita un poco los nervios... Ya que el agua está helada y solo doy brincos bajo el chorro de agua. Deje caer mi pelo suelto por mi espalda al salir y me recorre un escalofrío cuando gotas de agua fría bajan por mi espalda. Me seco, me pongo la ropa que elegí y me pongo una liga en el cabello para hacer una colita de lado, que cae por mi pecho, pero me arrepiento al final y dejo mi pelo suelto.
Cuando salgo del baño y voy hacia la cocina descubro que nadie se ha despertado aún. No quiero despertar a mis papás ya que al parecer ellos tampoco durmieron y lo necesitan más que yo.
-¡PAPÁ! ¡MAMÁ! ¡YA SON LAS NUEVE MENOS QUINCE!-grito ya desde la cocina.
Cuando me doy cuenta de lo que dije corro al cuarto de mis papás y golpeo la puerta con la palma de mi mano. Un papá con cara de pocos amigos asoma la cabeza y suspira un apenas audible y seco "¿Que?", y yo trato de no reírme. Pero más risa me da aún la cara que pone al ver la hora en el reloj junto a su cama. Me cierra la puerta en la cara y escucho como entra al baño y abre la llave del agua. No es hasta después de eso que me doy cuenta de lo hambrienta que estoy así que voy de nuevo a la cocina y me preparo tres quesadillas. Me extraña que mi mamá me pide que lleve una pluma y una libreta pequeña, y tomando en cuenta sus ideas extrañas ni siquiera valía la pena cuestionarla.
El camino a pie hacia la escuela es caluroso y lento, demasiado lento, y mi mamá quiso acompañarme, lo cual yo no quería ya que mi idea era que fuera una sorpresa por el día de las madres, que es mañana. Afuera de la escuela hay un montón de gente de otras preparatorias dando folletos y papeles informativos, pero nosotras solo pasamos de largo.
En las oficinas hay cinco hojas en un ventanal y cinco en el otro. Arriba del primer ventanal dice en letras mayúsculas "TURNO VESPERTINO" y en el otro "TURNO MATUTINO", y yo rezo mentalmente por haber quedado en las clases de la mañana.
Busco los apellidos que empiezan con R en la lista del turno vespertino y mi apellido no se asoma por ahí, lo que significa que o quede en la mañana o no quede. Lo que significa que las horas que me pasé estudiando habrán sido en vano. Paso mi dedo por los apellidos y bajo por los que empiezan con S, hasta que llego a la R. Ramirez. Rentería. Riesco. Romo.Rojo. Ruffo...
¡ESPERA! ¿ROJO? ¡ROJO!
Salgo de entre la gente y lanzo mis brazos por encima de sus hombros y ella se ríe confundida.
-Pasé...- susurro contra su cuello.
-Yo sabía que podías.
Cuando termino de creermelo y se empieza a dispersar la gente, regreso a las listas a buscar a Nathan, Aaron, Fátima, Valeria y todos mis amigos.
Oh... Valeria no... Oh...
Sentí como si mi corazón se me cayera a los pies... Valeria es una de mis mejores amigas y sin ella aquí estoy segura de que no será lo mismo sin ella, la escuela será aburrida, porque es ella quien me hace reír todo el tiempo, aparte me sentí mal por lo mucho que se esforzó y en lo ilusionada que estaba... Tenía ganas de que estuviera aquí para abrazarla y decirle que la apoyaba y que nunca me olvidaría de ella.
Mi mamá me tomo del hombro para indicarme que era hora de irse pero yo me quede plantada en el suelo viendo el nombre bajo el mío en el que debería de estar Valeria. Al fin me dispuse a caminar y al llegar a casa en el momento en el que se activa en internet en mi celular el sonido de que me llegó un mensaje suena sin parar. Unos diez de Fátima por chat, otros tres de Aaron (mi primo, si, mi amigo y mi primo se llaman igual ¿Y que?) y ocho mas de Valeria... Oh.
Primero veo los de Fátima.
Hey! /¿Si quedaste?/ Lucero/ Lucero/ ¿Estás ahí?/ ¡Lu!/ Yo si quede/ Nathan y Aaron también/ Creo que Valeria no, pero no estoy segura/ Le diré a Nathan que se asegure cuando vaya.
Le escribo un simple "Si quedé" y me paso a los mensajes de mi primo Aaron.
¿Quedaste, Lu?/ Yo si!/ ¿Estas ocupada? ¡Contesta!
A él me dedico más y le pongo " Felicidades, yo también quedé". Pero casi como por instinto me paso a los mensajes de Valeria.
Oye, no podré ir/ ¿Checas el mío?/ Oh, estoy tan nerviosa/ No me preocupo porque me esforcé/ ¿O debería?/ ¿Lu?/ ¿Estás ahí?/ Ya te fuiste ¿Verdad?
Me pongo nerviosa porque no me gusta dar malas noticias así que mejor le mando la foto de la lista que tomé con mi móvil. Me sale que ya lo leyó y luego de un rato me sale que esta escribiendo... Y de la nada ya no. Auch.
Me lanzo a mi cama sin darle muchas vueltas a cómo rayos llegue a mi cuarto y en qué momento y lanzo el móvil al sofá de mi cuarto. No, aun no soy capaz de romper un celular por enojo, ésta cosa es como mi hijo. Dejo caer la cabeza en la almohada y sin darme cuenta me quedo dormida.

LuceroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora