Capítulo 7 - Varitas de Ollivander

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Las varitas de la familia Ollivander son las mejores del mundo y magos y brujas vienen de todo Europa para comprar una varita de Ollivander.

El nombre Ollivander significa «aquel que posee la varita de olivo».

La tienda de Ollivander está situada en el Callejón Diagón en Londres.

El actual dueño es el Señor Garrick Ollivander.

Cada una de las varitas de Ollivander es de una madera con capacidades mágicas combinada con un núcleo.

Según Ollivander es siempre la varita que elige al mago.

Notas de Garrick Ollivander sobre las maderas:

Cada varita es única y su carácter dependerá del árbol y de la criatura mágica de la que vienen los materiales con los que está hecha.
Además, cada varita empezará a aprender de su compañero humano y a enseñarle desde el momento en el que encuentra a su dueño ideal.
Así que las siguientes notas deben ser vistas como líneas generales sobre cada uno de los tipos de madera con los que prefiero trabajar, y no deberían ser tomadas como descripciones de ninguna varita en particular.

Solo unos pocos árboles pueden producir madera que se puede usar para hacer varitas, así como solo hay un número limitado de humanos que pueden hacer magia. Lleva años de experiencia saber decidir cuáles tienen el don, aunque esta tarea es más fácil si se encuentran bowtruckles anidando en las ramas, puesto que éstos nunca viven en árboles mundanos.
Las siguientes notas sobre los varios tipos de madera para varitas deberían ser tomadas como un punto de partida, ya que son el resultado de toda una vida dedicada a su estudio, y aún continúo aprendiendo con cada varita que hago y a la que le encuentro dueño.

Abeto: 

Mi augusto abuelo, Gerbold Octavius Ollivander, siempre llamaba a las varitas de esta madera «la varita del superviviente» porque se la había vendido a tres magos que tras adquirirla vivieron peligros mortales y salieron ilesos. No cabe duda de que esta madera, viniendo como viene del más resistente de los árboles, produce varitas que requieren constante poder y fuerza de voluntad en sus verdaderos dueños, y que se convierten en herramientas inútiles en las manos de aquellos que son variables e indecisos. Las varitas de abeto son especialmente buenas para la transfiguración y favorecen a aquellos dueños que tienen un comportamiento centrado y ocasionalmente intimidante, además de ser decididos.

Acacia: 

Una madera para varitas bastante inusual. He descubierto que produce varitas que a menudo se niegan a producir magia excepto para su dueño y también se guardan sus mejores efectos solo para aquellos con el don más fuerte. Esta sensibilidad hace que sea muy difícil encontrarles un dueño y solo mantengo unas pequeñas existencias para aquellos magos o brujas con suficiente ingenio, puesto que no les van bien a lo que se conoce comúnmente como magia de «ruidos y olores». Cuando a una varita de acacia se le encuentra el dueño correcto, puede competir con cualquiera en términos de poderes, pero a menudo esta madera no es apreciada lo suficiente por la peculiaridad de su temperamento.

Acebo: 

El acebo es una de las maderas para varitas más raras. Tradicionalmente se la consideraba protectora. Con los que se lleva mejor es con los que necesitan ayuda para vencer su ira y su ímpetu. A la vez, las varitas de acebo a menudo escogen dueños que están metidos en alguna búsqueda peligrosa y a menudo espiritual. El acebo es una de esas maderas cuyo funcionamiento varía más dramáticamente dependiendo del centro de la varita y es conocida por ser extremadamente difícil de combinar con la pluma de fénix, ya que la volatilidad de la madera entra en conflicto con la indiferencia del fénix. Si se da el extraño caso de que esta combinación encuentre un dueño, nada y nadie debería ponerse por delante de ellos.

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