Día 6

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SEMANA 1

One shot: "Creación — Indiferencia"

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Mientras permanecía en cama, Nathalie meditaba sobre toda la información que obtuvo del grimorio, el kwami de la creación, nació al inicio del universo y fue la primera kwami en existir. Sin embargo, los kwamis no son criaturas regulares o tangibles como los humanos.

A pesar de poder viajar por el universo, los kwamis no eran detectados por los humanos y eran incapaces de interactuar con ellos, dicho problema fue resuelto miles de años atrás, cuando un mago descubrió cómo crear joyas mágicas "los Miraculous", con el fin de que los kwamis puedan comunicarse y asistir a los humanos, han ayudado a los portadores de sus Miraculous a hacer el bien en el mundo, aunque en ciertas ocasiones les han tocado portadores villanos y son forzados a ayudarlos en sus planes malévolos, no podía dejar de pensar en Nooroo y Duusu, ahora que podía ver la situación desde un panorama diferente, consideraba que no era correcto lo que su jefe hacía, quería obtener las joyas mágicas de Ladybug y Cat Noir para destruir este mundo y construir uno nuevo, un lugar donde su esposa no terminará confinada a esa destino tan cruel, un sitio donde ellos jamás se separarían y serian felices, se mostraba indiferente a enfrentar el gran precio que esto conllevaba, Gabriel Agreste estaba determinado a enfrentarse a todo y todos con tal de conseguir las joyas mágicas y ser feliz al lado de su reina, él solía decirle que era irremplazable y que la necesitaba, pero ¿Para que?, se sentía atrapada, pero sobre todo dividida, ya no quería seguir ayudándolo, pero debía hacerlo, al final Emilie también era su amiga, sabia lo difícil que todo esto había sido para Adrien, el niño sufrió mucho con la pérdida de su madre, ella también podía comprenderlo, perdió a sus padres a temprana edad y es algo que no puedes simplemente "superar" es un dolor y un vació que te acompañan a la lo largo de toda tú vida

Estar postrada en cama, le hizo comprender lo valioso que son ciertas cosas que solemos dar por sentado, pequeños actos como caminar sin ninguna preocupación por al parque, correr libremente mientras observas el paisaje, moverte a donde desees en el momento que quieras, estar rodeada de tus seres queridos y visitarlos antes de que sea demasiado tarde, mordía su labio, odiaba sentirse así, ella siempre fue una persona solitaria, la soledad le había hecho compañía bastante tiempo, pero ahora deseaba que todo hubiera sido diferente, quizás debió haber escuchado a Gabriel y a Emilie quienes siempre le insistían en que saliera, disfrutará y se divirtiera, podía incluso haber conocido a alguna persona que llenara sus días de alegría y le demostrará que no debía perder su fe en el amor, pero no, ella permaneció devotamente al lado de los Agreste, admirándolos, deseando ser parte de su familia, anhelando su afecto, sabia que era estúpido atormentarse con eso, probablemente era la culpa o la vergüenza que sentía, siempre se sintió mal por haberse enamorado de Gabriel, pero no era su intención, todos los años que permaneció a su lado, el trabajo, los desvelos, logró que lo conociera de una manera profunda y muy hermosa, podía ser que una pequeña parte de ella se dejó cautivar con la tonta idea de que él diseñador dejaría a su esposa descansar en paz e intentaría darse una nueva oportunidad en el amor, pero estaba obsesionado, poco a poco se iba transformando frente a sus ojos, podía verlo claramente, era como si el antiguo Gabriel y este que nació luego de lo ocurrido con Emilie fueran diferentes, dos personas distintas, no podía dejar de pensarlo como la famosa novela de Robert Louis Stevenson "El extraño caso del Dr. Jekill y Mr. Hyde", pero el amor era tan complicado, que a pesar de lo que sus ojos veían, su corazón seguía palpitando por él, estaba dispuesta a hacer todo lo que pidiera, lo seguía sin importar los riesgos, las consecuencias pasaban a segundo plano y se conformaba con las migajas que le lanzaba, esos pequeños momentos donde se encontraban solos y Gabriel le hablaba tan tranquila y amistosamente, eran Gabriel & Nathalie, nada más, sin etiquetas, sin trabajos, pendientes, problemas, planes, esos instantes se convertían en lo más preciado, ella atesoraba eso, pero cuando se encontraba sola una vez más, se sentía impotente, quería llorar

Observaba toda la habitación, le aterraba morir ahí sola, jamás se imaginó que su vida terminaría así, no le agradaba estar rodeada de varias personas y tampoco podía presumir de haber tenido muchos amigos, cuando crecía llegó a creer que algo estaba mal en ella y se lo atribuía a su apellido "Sancoeur" ya que las palabras "sans cœur" juntas significan "sin corazón" en francés, quizás era verdad y ella era una mujer sin corazón, alguien fría y desafortunada, pero al verse en tan precaria situación deseaba haber tomado decisiones diferentes, probablemente su vida podía haber sido distinta, aunque ya no servía de nada imaginar eso, lo hecho, hecho estaba, ahora en sus últimos momentos solo tenia un deseó, algo simple y pequeño, quería sonreír con la grata compañía de Adrien, escucharlo hablar, animarlo a cumplir todos sus sueños, esperaba que tuviera una vida feliz, que jamás se detuviera a intentar algo por miedo, era un joven muy capaz de enfrentar cualquier adversidad, cuando lo miraba sentado a su lado sobre la cama, envidiaba al rubio, si ella hubiera tenido la fuerza que él demostraba o la voluntad de ayudar a otras personas sin obtener nada a cambio, probablemente no estaría afligida en estos momentos, el pequeño Agreste fue un hermoso rayo de luz que hacía brillar sus días mas oscuros, quien le brindaba valor para seguir adelante a pesar de toda la basura que existía a su alrededor, el amor que le demostraba brindaba calidez a su corazón, si estaba confinada a este destino ya no lucharía, lo aceptaría sin renegar, si podía al menos confiar en que logró algún impacto positivo en la vida del joven modelo, le hacía ilusión creer que Adrien la recordaría con amor y que quizás en el futuro le contaría a alguien sobre ella, el corazón se le rompía en mil pedazos al pensar que lo dejaría, ya se enfrentó a la pérdida de su madre y la siguiente en la lista parecía ser ella, por eso invertía todas sus pocas energías en seguir aquí, cuando estaba sola no hacía más que suplicar misericordia, aún no, él joven la necesitaba, no sabía que tanto afectaría su partida a Gabriel, pero aún en su último aliento ella le aseguraría que estaría a su lado siempre y podría contar con todo su apoyó sin dudarlo, recitaría con sus últimos versos cuanto amaba a Adrien y cerraría los ojos esperando aquello que existe más allá de la muerte.

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Aby

Nathalie Sancoeur - RelatosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora