Si este libro está en tus manos es porque te ha picado el gusanillo de escribir novela juvenil. Y me alegro, no sabes cuánto. Hace años, yo también estaba en tu situación. Los argumentos que creaba solo podían encajar en este tipo de novelas. Ni siquiera me lo pensé y me lancé a escribir historias. Cuando decía que publicaba novela juvenil, la gente me miraba raro. Ya de por sí, decir que escribes puede ser un reto en ciertas situaciones o con algunas personas: te toman por pretencioso si no eres un superventas. Pero ¿juvenil? ¿En serio? Me miraban como si yo fuera un intento de escritora que optaba por lo fácil porque no era capaz de escribir una historia para adultos.
Lo sé. Este es un error en el que caen muchas personas. Creen que escribir novela juvenil es sencillo, que no supone enfrentarse a las demandas de jóvenes cada vez más exigentes, a unos ávidos lectores que tienen claro lo que quieren. Por eso, escribir juvenil va ganando en importancia y aceptación. Los escritores, editores, padres, lectores... tienen cada vez más claro que los jóvenes necesitan su propia literatura y que debe ser de calidad.Y ahí es donde entras tú. Por eso, la labor de un escritor de novela juvenil es igual a la de cualquier otro género: necesita dedicación, esfuerzo, formación, técnica. Nada es fruto del azar, todo debe obedecer a un propósito.
Es posible que nazcan buenos libros de un impulso, pero, en muchas ocasiones, se quedan en el cajón de los incompletos, se estiran hasta no acabar nunca o cuesta llegar a una estructura sólida. Lo sé porque hace tiempo me pasó algo parecido. Se me ocurrió una idea vaga para una distopía, empecé a trabajar en ella y no dejé de escribir durante más de dos años. Se alargó hasta las seiscientas páginas sin que viera un final. Ahí la tengo, en la carpeta de novelas que jamás verán la luz. ¿Fue una pérdida de tiempo? Sí y no. Sí porque podría haber escrito un libro o dos mientras duró el experimento; no porque practiqué mucho y pulí mi estilo, lo que me sirvió para ser mejor escritora en libros posteriores.Ya sabes lo que dicen, que de los errores se aprende. Por eso, este libro se centra en muchos de los fallos que se cometen al escribir novela juvenil, como lo son no conocer bien el género y para qué lector escribes.
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Cómo no escribir una novela juvenil
Non-Fiction¿Enganchará mi novela? ¿Tendrá un gran argumento? ¿Gustarán mis personajes? ¿Cómo cuento lo que tengo en mente? ¿Habré cometido errores importantes? Escribir una novela juvenil puede ser un gran reto. Estas y muchas otras dudas surgen a diario, y se...