Ocho siglos atrás

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Xie Lian aún tenía demasiados pensamientos en su mente luego de toda la cadena de eventos en días anteriores. Convertido en masa de carne por cientos de puñaladas, cuestionado por una de las personas a quien más le tenía confianza, abandonado por sus padres quienes solo dejaron atrás un pedazo de tela con vida propia. Poco le tomó explotar y decidir ir de regreso al terreno de batalla del ahora desolado reino de Xian Le para recolectar todas aquellas almas resentidas que le ayudarían a vengarse de YongAn, el pueblo que le dio la espalda después de intentar salvarles.

El único rastro de cordura restante había sido aquella alma Wu Ming, que le acompañó fielmente  en su afán de rendirse ante la calamidad, él y aquel hombre que le otorgó el sombrero cuando el resto de la gente había perdido la esperanza de salvarle. Fue más que suficiente para buscar retroceder, el tener un poco más de esperanza con los mortales, para retirar la maldicion. Pero, Bai Wuxiang no estaba tan contento de ello.  Así que en el momento que Wu Ming intentó tomar el lugar y sacrificarse para ser devorado por las furiosas almas, algo en el interior de Xie Lian estalló ante el miedo de perder a uno de sus salvadores.

Entonces, atravesado por nueva cuenta esta vez por centenares de enfurecidas criaturas, Xie Lian murió.

Tomar conciencia como un alma errante es algo difícil si se trata de una persona normal que no tiene la capacidad de identificar su muerte, puede quedar atrapada en el mundo material por el resto de su existencia si algo le detiene, ya sea una razón material, o la necesidad de un último cometido. Sin embargo, al tratarse de un cultivador, el raciocinio como entidad es tan lucido para saber a donde direccionar.

 Cuando Xie Lian tuvo la oportunidad de redirigirse hacia las aguas, beber el té del olvido y reencarnar hacia una nueva vida; el recuerdo de aquel niño que cayó en sus brazos el día del festival, el del vagabundo que visitó su templo cuando ya nadie creía en él y decoró su figura con la más bella flor, el del pequeño guerrero que se sacrifico en guerra, el alma desolada que le acompañó y la sombra de Sin Nombre que intentó salvarle, se antepuso. Posiblemente se trataba de la gran recopilación de memorias antes de ser olvidadas, pero, en ese lapso Xie Lian pudo conectar todos los hilos y descubrir que "todos esos niños" eran en realidad la misma persona.

El fiel devoto que prometió tenerlo en su gloria por toda la eternidad.

Y se sintió la persona más amada en toda la existencia. Envidia tendrían el resto de deidades ante la falta de un devoto más puro, un seguidor que sacrificó su vida una y otra vez luego de que Xie Lian se convirtiera en la razón para seguir adelante, y que había abandonado nuevamente. ¿Debía regresar al Reino Celestial a su posición original donde Wu Ming estaría complacido? Como fantasma era posible, sin embargo la reciente rebobinación de recuerdos le dejaba un sabor amargo de nueva cuenta y su intuición gritaba que en realidad los Oficiales Celestiales no eran más puros que los fantasmas y demonios que tanto criticaban. Xie Lian ya no era más el principe de Xian Le, ya no tenía un reino que proteger, padres que cuidar, ni amigos que respaldar. Solo buscaba ser equitativo con aquellas personas que le habían ayudado.

Fue difícil el recorrido pues su alma había sido terriblemente dañada luego de ser devorado y existía una sospecha de que Bai Wuxiang había intentado en el momento evitar que su preciosa creación fallase al último, lo que le permitió a Xie Lian "vivir" de cierta manera .Sin embargo, ahora Xie Lian estaba libre de ataduras del destino y aunque temía de aquella calamidad, el mundo anunciaba su total desaparición luego de que Jun Wu le derrotara. Demasiado enredado, Xie Lian solo quería encontrar a su devoto. Antes de tomar la barca, decidió ser un alma errante en búsqueda de aquel Wu Ming, para por lo menos agradecer su devoción.

Poco iba a saber que tiempo después (posiblemente en realidad años) el monte TongLu abriría su horno para así coronar a una nueva calamidad en la tierra. El miedo constante seguía existiendo y su alma finalmente tomaba una forma corpórea. Entre más se acumulaban los recuerdos, la piedad que tenía Xie Lian se evaporaba día a día, todo su ser buscaba justicia y claridad ante todo lo que le ocurrió a su reino. Quería ser fuerte para proteger a todas aquellas buenas personas incluso si eran pocas, necesitaba saber la verdad del Reino Celestial y en su pasó encontrar a su ahora persona especial.

El resentimiento puro de un fantasma.

Existieron pistas bastante valiosas en TongLu, poco tiempo tuvo para analizarlas puesto que debía derrotar, vencer e ingresar al horno. Años dentro de batalla provocaron que la apariencia de Xie Lian se viese deteriorada.

Tiempo después nació una nueva calamidad, posteriormente coronada como Bruma Blanquecina en búsqueda de Lluvia Carmesí. La horrible mascara que intentó bautizarle como un segundo Bai Wuxiang ya no existiría, en cambio, una larga cabellera plateada y ojos afilados del color de la sangre eran habitualmente cubiertos por un enorme sombrero de paja, rodeado de un manto blanco que impedía ver más allá de una escalofriante sonrisa. 

...

Cientos de años más le tomó descubrir que un extraño sujeto había ascendido como Oficial Celestial, aclamado como "Hua Cheng" una deidad que ayudaba en el bienestar económico, reconocido por estar a lado de su amado principe fallecido en cada estatua de cada templo. Un hombre alto, de buen porte, con un parche adornando su delicado rostro. Al inicio Xie Lian no pudo reconocerle y estuvo terriblemente molesto de ver su antigua figura siendo adorada como si la situación se tratase de un completo insulto, incluso prendió fuego a decenas de templos en protesta. Los rumores se expandieron poco tiempo después, indicando que una calamidad estaba detrás de la deidad, nombrada como Lluvia Carmesí.

Bruma Blanquecina condenó a un Oficial Celestial. 

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Hola gente bonita. La verdad desde ya hace tiempo estoy obsesionada con los universos alternativos donde Xie Lian es una calamidad y Hua Cheng un Oficial celestial, existen fics al respecto, pero la mayoría están sin concluir. Es difícil, pues muchas veces es como volver a escribir todo TGCF, lo cual resultaría como repetitivo, así que no me quedé con las ganas. Esta historia es corta, pero los fanarts y este texto me ayudarán a calmar las ganas de "superar" esta etapa jaja.

También disculpen mis fallas, tiene muchísimo que no escribo.

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La calamidad en búsqueda de Lluvia CarmesíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora