DISCLAIMER: Esta obra no me pertenece, solo me ocupo de su traducción. Todos los créditos a su autor Awnyaa en AO3: https://archiveofourown.org/works/16818475?view_full_work=true
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Diciembre 9.
Naruto, aunque era el shinobi más respetado y honrado de la aldea, era completamente inútil para patinar.
Se contoneaba sin gracia sobre el hielo, tratando de caminar, en lugar de patinar sobre la superficie resbaladiza. Ocasionalmente obtenía una oleada de falsa confianza y trataba de acelerar sus movimientos, solo para terminar de bruces sobre el hielo frío.
Cada vez que caía, Hinata estaría allí para ayudarlo a ponerse de pie. Cada vez que los dos hermanos Uchiha se reían.
Finalmente, Naruto había decidido tomarse un descanso, saliendo torpemente de la pista, seguido de cerca por Sasuke, quien le sonreía al rubio todo el tiempo.
—Es bueno verlos divertirse —.Hinata sonrió al lado de Itachi, viendo a los jóvenes tomar asiento junto a la pista.
—Umm —estuvo de acuerdo—. Naruto ha estado trabajando especialmente duro estos últimos meses, se merece este descanso.
—Tu también lo haces. —Ella le sonrió.
Él le devolvió la sonrisa y tomó su mano enguantada entre las suyas.
No fue una sorpresa para nadie que Itachi e Hinata fueran patinadores impecables, ambos deslizándose elegantemente sobre el hielo.
A Hinata realmente le gustaba patinar, le encantaba lo fácil que era, lo maravillosos y suaves que se sentían sus pasos.
A Itachi le encantaba mirarla. Patinaba con una belleza de la que solo Hinata era capaz.
Se tomaron de las manos mientras patinaban, manteniendo un tiempo perfecto entre ellos.
—¡Oye, Hinata, mira! —escuchó una llamada de voz.
La pareja dejó de patinar para mirar a su alrededor, encontrando a Naruto una vez más desafiando el hielo, esta vez agarrándose con fuerza al gato de Sasuke mientras el pelinegro patinaba, arrastrando al sonriente rubio detrás de él.
Hinata se rio al verlo.
El rostro de Sasuke estaba completamente impresionado cuando el rubio se deslizó detrás de él, vitoreando con orgullo.
—Se ven tan feliz —.Ella se rio, mirándolos a los dos.
—Sasuke también está feliz, no puedes decirlo.
—Oh, puedo —le sonrió— ustedes dos son muy similares y sé cuándo son felices.
Itachi sonrió a la mujer frente a él, sus hermosos ojos llenos de alegría y sus mejillas teñidas de rojo por el frío.
Se llevó la mano enguantada de Hinata, que sostenía entre las suyas, a la boca, besando suavemente la tela.
Ella le devolvió la sonrisa, permitiendo que sus manos cayeran hacia atrás a los lados, aún entrelazadas, mientras comenzaban a patinar alrededor de la pista una vez más.
