capítulo 2.- Primer encuentro con la muerte.

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Lo primero en lo que pensé después de esos monstruos fue mi hermana. Yo debía protegerla, debía cuidar de ella.
De ninguna manera mostraría mi ya claro nivel de inferioridad ante ella, le tengo que demostrar que soy fuerte... Pero esos no son los únicos motivos para protegerla, yo la amo, es mi hermana, mi mejor amiga, probablemente en unos meses sea lo único que me quede, no puedo permitir que se la lleven, no dejare que eso pase.
Necesito aclarar mi mente, debo de olvidarme del profundo miedo que tengo ante lo desconocido para mi, debo luchar.
-¡Hermana¡- Exclamé ligeramente alarmado.
-John, ¿Qué pasa?
-Tienes todo listo ¿Verdad?
-Sí, todo, ya le puse munición a mi arma.- Dijo enseñando su Colt.- ¿Y tú? ¿Ya estás listo?
-Totalmente....
Entonces bajamos hasta llegar a la puerta. Estábamos lado a lado, sabíamos que algo horrible nos esperaba haya afuera, pero debíamos enfrentarlo, se que juntos nada nos parara. De repente ella me miró con dulzura, con esos hermosos y brillantes ojos color verde esmeralda adornada con unas largas pestañas, esa dulce, tierna, y cálida mirada que hasta al más frio hombre del planeta podría cautivar.
-Hermano...- Dijo cerrando los ojos con una pequeña y muy tierna sonrisa mientras metía su mano izquierda en su bolsillo.
-¿Q...qué pasa Grace?
Ella sacó un brillante collar de oro, con un corazón, pensé que tenía una foto o algo parecido dentro, lo tomé, lo intente abrir, use toda la fuerza que tenia, pero la resistencia de tal objeto me superaba.
-Hermana, no puedo abrir el corazón.
-Je, tranquilo, cuando sea el momento lo podrás abrir.
-Bueno, hermana, muchas gracias, te amo.
Procedí a darle un beso en la mejilla, pero apenas me aparte pude notar que en sus hermosas y algo grandes mejillas se encontraba un rubor, al ver su cara completamente mis ojos se cautivaron, ella era verdaderamente hermosa, aun no puedo creer que sea mi hermana.
-Je, estas algo roja hermana.
-¿Q..que? ¡No! No es verdad....
Ella volteo la mirada muy sonrojada y evidentemente avergonzada.
-je, bueno, creo que debemos ir a ayudar hermana.- Le dije un poco calmo pese a que no lo estaba.
-Si, lo se.- Bajó un poco la mirada, evidentemente estaba un poco angustiada. No la culpo. En esta situación cualquiera lo estaría,
-¿Estas lista?
-Totalmente.- Dijo asintiendo con la cabeza.
-Suerte hermana....
Procedí a abrir la puerta, mi hermana y yo salimos de la casa sin darnos cuenta del exterior, solo nos concentramos en llegar a la calle. Logramos llegar, la verdad es que creí que esto sería fácil y rápido, al parecer la confianza que tenia en mi y mi hermana hizo que subestimara la situación gravemente.... Gran equivocación la mia, aquella horrible, mórbida, perturbadora desagradable, y bastante repulsiva escena nos dejó en shock, la imagen de la carretera llena de sangre, intestinos, miembros y extremidades de mis propios vecinos me causaba una severa repulsión , apenas y pude aguantar tal sentido en mi estomago, me aterraba el lugar, apenas y podía mover pocos músculos de mi cuerpo, escuche un sonido ensordecedor detrás de mi, voltee y logre ver que era mi hermana, ella pudo matar a uno solo de esos sin dificultad, ¡Gh! Debía hacer lo mismo, no me quedaría atrás, es hora de demostrar mi fuerza de voluntad...
Quito el seguro de mi arma, busco un zombie, encuentro uno, estoy detrás de él, le apunto directamente a el centro de su cabeza, pero algo pasa, aquel hombre que alguna vez fue se me revelaría, sabría la identidad de aquel persona que se de cierta manera se transformó en ese horrible come carne. Dios mío, esa persona fue mi vecino, aquella persona a la que le di la idea de la organización, ahora es uno de ellos.
Se acerca cada vez mas, su piel es demasiado pálida, manchada casi totalmente de sangre, le falta parte de su brazo derecho, su estómago está abierto, puedo ver sus vísceras y con ellas sus intestinos colgando, dejando un camino de sangre, al parecer se ha alimentado, ya que tiene sangre y pedazos de carne en su boca. Tengo demasiado miedo, no sé qué pasara ni como pasara, se acerca a mí, no sé si podre disparar, no puedo jalar del gatillo, pero, ¿por qué no? En ese instante recordé a mi hermana, se decepcionaría si no lo hago, me armo de valor, mi determinación ha vuelto, no fallare, él está enfrente de mí, sé que puedo, sé que puedo, sé que yo puedo, tengo que hacerlo...
Entonces respire, mantuve la respiración y jale el gatillo del arma.
Vi como la sangre proveniente del cerebro salía a borbotones. El monstruo al que alguna vez consideré un vecino cayó al suelo, en ese momento mi mente se aclaró en una parte, la otra parte estaba llena de algo extraño, algo que nunca antes había sentido, un muy raro e insaciable deseo de sangre, no sé por qué, pero enserio tengo estas enormes ganas de matar y destrozar, debo hacerlo, debo matar.
Tomo muy fuerte el arma y empiezo a disparar a quien me encuentre, no puedo parar, me encanta hacer esto, pero de repente de reojo observo a mi hermana, esta en peligro, debo salvarla, pero son demasiados.
-¡Grace!- Le dije un poco asustado pero muy preocupado por ella.
-¡Jonh! ¡Ayúdame!- Dijo en un alarmante y asustado tono de voz.
Recuerdo bien ese momento, por que fue el momento en el que por un segundo casi pierdo a mi hermana.
-¡Grace! ¡Ya voy!
Inmediatamente fui corriendo hacia la zona donde se ubicaba mu hermana, habían demasiados de esos monstruos pero no me detendría por nada del mundo, uno tras otro los zombies iban cayendo, mi hermana estaba tan desesperada como yo, sin embargo ella se mostraba demasiado calmada, hice lo que pude con tal de sacarla de ahí, de la nada un zombie estaba detrás de mi hermana, no sabia que pasaría, estaba demasiado asustado, mi hermana tambien se percató de el, ella tan solo me dio una sonrisa y cerró sus ojos ya con unas lágrimas, creí que todo acabaría ahí, pero no fue así. Un disparo surgió de la nada atravesando el cráneo de aquel monstruo, ¿Qué había pasado? ¿Quién habría sido aquella persona que logro lo que yo no? salvar a mi hermana. Corrí tan rápido como pude e inmediatamente le extendi mi mano, ella la tomó y juntos nos dirigimos hacia otro lado de la calle, nos tomamos unos segundos para revisar la situación, dios mio, todo iba mucho peor de lo que esperábamos, algunas casas estaban incendiándose, decenas de zombies en toda la calle, vecinos muriendo, luchando por sus vidas, la única solución que había es reunir a los sobrevivientes e ir a nuestra enorme casa. Entonces nos pusimos manos a la obra, divisamos a una pareja de casados con sus hijos, inmediatamente fuimos con ellos tan rápido como pudimos y les dimos la llave de la casa.
-Vale, cada sobreviviente que llegue a la casa necesitara refugio, su trabajo es dejar que entren, el nuestro es garantizar su supervivencia hasta la puerta, suerte.- Mis palabras estaban tan calmas, mi respiración agitada pero mi mirada segura.
El vecino entendió muy bien, pues de inmediato se fue a resguardar a la casa, encontramos un gran grupo de sobrevivientes y les contamos de aquel plan que podría salvarles la vida. A pesar de que eran algo escandalosos no podíamos dejarlos afuera asi que les dimos las indicaciones que correspondían.
Posteriormente logramos divisar a un chico de alrededor de 19 años y una chica de aproximadamente 15, inmediatamente les propocionamos apoyo, pero estaban totalmente rodeados, el chico subió a la chica a una barda, al parecer le costó caro, pues los mordedores lo atraparon, el logro observarnos corriendo hacia el y con sus ultimas palabras nos dijo:
-Salven a mi hermana.
La joven chica derramó lagrimas, gritó demasiado fuerte y su estado de miedo rápidamente pasó a uno de desesperación y depresión por el hecho de que probablemente lo único que le quedaba de familia se había ido para siempre, sabíamos que era un momento muy difícil, pero debíamos sacarla de ahi, de alguna manera pude escalar hasta llegar a donde ella se encontraba. De manera efectiva la saque de ahí. Mi hermana estaba haciendo una distracción, el rescate resultó exitoso, llegamos a la conclusión de que ya no habrían mas sobrevivientes, entonces nos dirigimos directo a nuestro hogar a toda velocidad, le tome de la mano sin soltarla ni un segundo. Llegamos tan rápido como pudimos, logramos entrar ya que el hombre al que le dijimos que nos deje pasar lo hizo, al parecer es de confianza.
Al llegar a la casa todos estábamos demasiado asustados, unos ya estaban en el estado de locura, todo era un caos, pero mi hermana y yo sabíamos lo que debíamos hacer, era hora de poner orden. Mi hermana fue la primera en hablar.
-¡Atención! Escuchen por favor. Estamos pasando por una etapa bastante difícil y la única forma de superarla es estar en orden y trabajar juntos, por favor guarden silencio.
Entonces el silencio llegó de una manera bastante repentina, al parecer mi hermana era una líder muy digna, la respetaban, no sé cómo es que lo logra, pero así es.
-De acuerdo, lo que ahora haremos es ir a tomar diferentes posiciones ya sea en las ventanas de la casa como en la azotea y matar a cada uno de esos mordedores. ¿De acuerdo?
La verdad todo iba muy bien hasta que alguien del grupo exclamó negativa y rebeldemente, como si tuviera el propósito de causar un caos como el que había fuera de lo que evidentemente nos mantenía con vida.
-¿Y nosotros porqué tenemos que seguir la orden de unos chiquillos?
Entonces las cosas tomaron una dirección algo siniestra, puesto que la pequeña multitud de personas empezó a gritar y protestar, mi hermana estaba confundida, así que decidí tomar cartas en el asunto.
-Bueno, tal vez por que es nuestra casa y la estrategia que les esta dando es la mejor, por esas 2 razones les pedimos que guarden silencio y escuchen.
-¿Acaso un niño me esta intentando dar órdenes? Podriamos simplemente tomar este lugar, y podríamos aprovechar lo que esta bella residencia nos ofrece.
La forma en la que miró a mi hermana después de terminar su oración (Demasiado morbosa) me enfureció y de inmediato respondí apuntándole con mi arma a los genitales y jalando del gatillo. El grito que aquel asqueroso y repugnante hombre dio fue ensordecedor y angustiante que hizo que los demás callaran casi de manera inmediata, que los adultos se pusieran nerviosos y que los ya traumatizados niños se asusten aún más. Tal vez mi repentina reacción fue muy drástica, pero necesaria. Sus fuertes gemidos de dolor por alguna razón me causaban felicidad, sin poder evitarlo mi cara obtuvo una sonrisa enorme y psicópata que asusta a todo aquel que la vea, mi hermana no fue la excepción, tal vez no estaba tan asustada, pero si demasiado sorprendida, sin embargo no de la buena manera, estaba nerviosa, como si ella ahora tuviera que tener precaución de no enojarme, o algo así, para que este demonio sediento de sangre no se manifieste nunca más. Me agache solamente para causarle más dolor al hombre, colocando el cañón del arma en su cara, quemándole una pequeña zona de su rostro y en voz alta y con una gran sonrisa exclamo.
-¡Puede que mi hermana sea mas fuerte y con mas habilidad! pero yo soy mas sádico...-La sonrisa que en mi rostro se dibujaba se hacía cada vez más grande y sádica.- Y capaz de hacer este tipo de cosas. No dejare que nadie si quiera la mire.- Mientras yo hablaba el hombre lloraba, sus lagrimas escurrían, su mucosidad empezaba a salirse de su nariz. El solo quería que esto se terminara, pero no se lo iba a perdonar tan fácil, no el haber amenazado mi seguridad, la seguridad de las personas y mas importante aun, la de mi hermana, así que lo tomé del cabello y levante bruscamente su cabeza acercándola a mi boca.- Hey, escúchame bien.
Lo miro con unos ojos demasiados sádicos e inquietantes, podía ver el miedo en sus expresiones faciales, estaba aterrado.
-Si alguna vez, vuelves a hablar o incluso mirar a mi hermana, te juro que lo que te queda de genitales no será lo único que explote.... ¡¿Entendiste?!
-¡S...si!- Dijo casi gritando y con la respiración demasiado agitada, estaba palido, pero no por que lo haya mordido un zombie, si no por lo que yo le había hecho. Logre asustarlo demasiado y hacer que se volviera aparentemente sumiso y leal.
Aun con su pelo en mi mano lo levante un poco y lo puse de rodillas, posteriormente le di una patada en el estomago y azoté numerosas veces su rostro contra la pared, a pesar de que evidentemente el castigo había terminado, seguía llorando, retorciéndose de dolor y escupiendo sangre, tuvo suerte de sobrevivir al ataque zombie, pero tuvo aun mas suerte de sobrevivir a mi castigo.
Me había olvidado completamente de todas las personas que estaban observando con un miedo muy profundo, pero bueno, supongo que eso hizo que fueran mas obedientes. Luego de que termine de golpear por no decir torturar, al tipo voltee mi vista hacia el resto de las personas, mi hermana parecía sorprendida y algo nerviosa y asustada.
-Bueno, creo que ahora ya saben quien manda... A continuación mi hermana les otorgará un arma no solo para defensa propia, si no para poder despejar las calles de estos mordedores. Pero antes que nada, pondremos las reglas. Hermana, ¿Me haces el honor?
-claro que si, bueno, las reglas son las siguientes, nada de desorden, no escándalos, el silencio nos será importante ya que...
Ella llevó a todos los sobrevivientes en un recorrido por la casa, mostrándoles las habitaciones y toda la casa en si mientras alguien que sabía de asistencia médica ayudaba al herido hombre. Yo por otra parte, encontré a aquel chica que había perdido de una horrible manera a su hermano. Estaba sentada en el suelo justo en una esquina de la casa abrazando sus rodillas. Sus ojos azules y llorosos me decían lo asustada que estaba.
Me agaché con una pequeña sonrisa(Esta vez más amable y linda), comenze a acariciar su sedoso y cobrizo cabello y su mejilla. Volteó su mirada hacia mi, estaba confundida, no sabía el por que de mis acciones. Me miraba con duda, sus ojos estaban un poco rojos, pues estaba llorando por su pérdida.
-¿P-porqué?
-...- Me quedé callado y ahora con una expresión más seria.
-¿Porqué se lo llevaron? ¿Porqué nos hacen esto?- Su voz era tenue y temblorosa.
-Por que pueden...-Me levanto y extiendo mi mano hacia ella, mi mirada era motivadora, no había rastros de miedo en ella.- Pero no se los permitiremos más. Nos vengaremos de ellos, es nuestro turno de atacar. Tu decides... Luchas por vivir, o esperas a morir.
Por dos segundos sus ojos brillaron, y su miedo se desvaneció. Secándose las lágrimas con la mano izquierda tomo mi muñeca con su derecha y se levantó de inmediato.
-Vamos, te conseguiremos una cama.
Asintió con la cabeza algo tímida. Volví a tomar su mano y la llevé arriba, me encontré con el señor y la señora Steward. Una pareja de jóvenes adultos que disfrutaban de una tranquila vida. La sonrisa en sus rostros era reconfortante, los conozco desde pequeño, por tanto confío mucho en ellos.
-Hola John.-Dijeron al unísono. La relajada expresión de estos me indicaba que no habían estado ahí afuera, pero las gotas de sangre en la frente de la señora que tenía bronceado mediterráneo y en la camisa del señor de una lechoza tez me decían lo contrario.
-Hola, les presentó a...- Rayos, olvidé preguntarle su nombre.
-Sasha.-Dijo la chica amablemente.
-¡John!- Se acercó corriendo Jerry Watson, un robusto vecino de 25 años de edad, pelinegro lacio y de gran altura.
-¿Q-que pasa Jerry?- Pregunté interesado en saber el por que de su alarmado tono de voz.
-Rápido. Tienes que ver esto.
-Eh... vale, ahí voy.- Le dije tranquilamente y mire a los Steward.- Por favor, denle una habitación y comida caliente.
Seguí a Jerry hasta la azotea, donde se encontraban mi hermana y 5 personas más que al parecer eran buenos tiradores.
-Grace, ¿Que pasa?- Mire a Grace, pero ella estaba muy concentrada en las calles, su mirada estaba perdida ahí. Me acerqué a ella y pude contemplar lo que sus ojos.>

Así era, las calles estaban repletas de mordedores. Pero en la esquina de una había un grupo de soldados con un humbee disparando.
Grace volteó la mirada hacia mi con un poco de duda, me abrazo fuerte.
-John, tenemos que salvar a esas personas.
-La mire asintiendo con la cabeza y me separé de ella. Comenze a caminar hacia la puerta mientras desenfundaba mi arma.
-¿John?- Dijo confundida.
Prepárense... -Me detuve, suspire y me dí vuelta- Es hora de la cacería.


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Hola a todos, aquí Geo.
Lamento la enorme tardanza al subir este capítulo, pero es que he estado muy ocupado. Son embargo tuve un poco de tiempo para hacer la mitad, y ahora que son vacaciones tendré aún más tiempo. Si les ha gustado el capítulo los invito a votar y a comentar, así sabré su opinión acerca de mi novela. Gracias, les mando un abrazo.

Aun con vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora