Capitulo 1: Un deseo.

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Partimos el año en familia como siempre y me quede hasta tarde sola en mi balcón observando los fuegos artificiales de todo nuevo año, mis padres se despidieron de mi con un cálido abrazo, un beso en la cabeza y dejando en mis manos una taza de chocolate caliente, ya conocían perfectamente que me encantaba pasar horas y horas observando aquel hermoso paisaje que era para mí la noche, y más cuando las estrellas se veían tan luminosas y cercanas como si tan solo alargando la mano pudiesen tocarse. Pero no eran así, no se tocaban y lo extraño de aquella noche aparte de que había más frío de lo normal es que yo me sentía diferente, aquella despedida no me pareció común, parecía como si fuese la ultima, parecía más bien de estas típicas que me daban cuando me iba de acampada y estaría días enteros lejos de ellos, pero no tenía sentido... Yo no me iba a ir ¿O si?

Ignorando aquella locura mental seguí contemplado apoyada en la baranda del balcón los fuegos hasta que comenzaron a cesar, fue cuando destello parpadeo más de lo común junto con las demás estrellas, y de pronto me di cuenta de que era una fugaz y sin pensarlo dos veces cerré los ojos con fuerza y aunque no fuese de las típicas que creen en tales fantasías puse todo mi empeño y confianza en aquella palabras que mostraban mi deseo.

—Quiero estar junto a ti... Louis Tomlinson—Dije en susurro para mí misma y sonreí satisfactoriamente.

Luego oí leves golpesen la puerta y supe que era hora de dormir, avance hasta la cama ya con el pijama puesto y me quite las sandalias quedando descalza, para luego meterme bajo las sabanas y acomodarme cerrando los ojos para dormir horas y horas por lo tarde que era...

Cuando abrí los ojos el sol impedía que fuera fácil, puse los pies en el suelo y quede sentada sobre la cama frotándome los ojos con la palma de mi mano, no encontraba las sandalias en el sitio que recordaba y me levante con intención de buscarla, pero cuando abrí los ojos se me olvido por completo buscar unas simple sandalias, no estaba en mi cuarto y lo peor, ¡estaba completamente desnuda!

Rápido me giré y agarré las sabanas para ocultar mi cuerpo pero fue complicado ya que algo lo impedía.

—Mmm... —Gimió alguien bajo las sabanas poniéndome los pelos de punta.

Asustada, queriendo gritar ayuda, llamar a mis padres para que me sacaran de allí en silencio para no llamar la atención al que dormía bajo esas sabanas de seda azul, comencé, con la sabana enrollada en mi cuerpo, a caminar hacia atrás con una postura un tanto extraña, típica de una película de guerra en donde alguien intenta pasar desapercibido ante su contrincante, pero no calculaba que hubiese un obstáculo por el piso y provocase que me tambalease. Me puse en pie colocando bien la sabana y con intención de mirar por lo que había tropezado levante la vista y cuando estuve a punto de girarme me fije en el espejo de pie que tenía un poco más adelante justo frente a mi.

—¡Dios mio!—Grite al verme reflejada en el, tenía por lo menos treinta años.

—¿Amor?—Oí decir tras de mí con voz atontada y por el espejo vi como una mano salía de las sabanas.

¡Por favor!, ¡Por favor!, ¡Señor sácame de aquí!, ¡Voy hacer una chica buena lo prometo! Grité dentro de mí ser.

Las sabanas cada vez se movían más dejando al descubierto quien estaba bajo ellas, pero mi mirada se aparto al mismo tiempo que giraba cuando la puerta se abrió de par en par dejando ver a un pequeño niño de ojos color azul zafiro, de cabello café , que me hacían recordar a alguien, labios ni muy finos ni muy carnosos, nariz fina y mejillas rosadas, traía una pijama de ositos muy linda... Enserio daba ternura el pequeño niño.

—Hola mami—Dijo el hermoso niño saltando a mis brazos sin yo esperarlo, lo había encontrado indefenso y me había parado a observarlo pero cuando me llamo "mami", no pude evitar quedar en shock y aun más paralizada de lo que estaba, el niño se soltó solo y abrazo mi pierna luego corrió hasta la cama matrimonial y comenzó a saltar.

—Deja de saltar—Se quejo aquel hombre dejándome escuchar con más calma su voz, y girando, las sabanas se apartaron y el pequeño llamado "Lucas" se tiro sobre el abrazándolo angelicalmente ocultando nuevamente con las sabanas quién demonios era aquel hombre, quizás dueño de la casa, con el que había amanecido completamente desnuda y...mayor

—Ya tranquilízate campeón, ayer nos acostamos tarde ¿recuerdas? —

El pequeño asintió saltando nuevamente sobre el hombre y este se quejó falsamente.

— Feliz año nuevo papi—


¿Mami...Papi?¿Que diablos pasa ?. No entiendo nada




Deseo echo realidad 『l.t』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora