Ambos volvimos frustrados a mi casa, estábamos confundidos y enfadados.
- No puedo creer que hiciéramos todo eso por nada.- me quejé acostada sobre la mesa del comedor con el cepillo frente a mi.
- Descuida, no es tu culpa, sólo querías ayudarme.- Dijo en tono de desaliento.- Pero en verdad me preocupa quedarme así por siempre.
- Descuida!- Dije de inmediato.- Encontraremos la forma de devolverte a la normalidad. No te rindas.
Creo que si él pudiera sonreír lo hubiera hecho.
- Te lo agradezco...
- Bueno, ahora debo trabajar, si quieres puedo mantenerte cerca, no te prometo que no vayas a aburrirte pero al menos no estarás sólo.
- Eso me encantaría.- Respondió.
Tenía que escribir un artículo para la revista en la que trabajaba y él resultó ser de mucha ayuda.
Pasamos algunas horas frente a la computadora e incluso terminé de trabajar temprano para cenar.
- Lo siento, quisiera poder ofrecerte algo de cenar.- Le dije.
- Descuida, en esta forma no me da hambre.
- Menos mal.- Respondí llendo la cama.
- ¿No te cepillarás los dientes?- Preguntó.
- Bueno... Mi cepillo de dientes nuevo, resultó ser un dentista hechizado y el viejo ya lo deseché así que no tengo con qué, mañana compraré uno nuevo.
-... Usame.- dijo.
- ¿Qué?
- La higiene bucal es importante y ya te causé suficientes molestias. De todas formas no puedo distinguir aromas así que ni te preocupes por tu aliento.
- En serio, no hace falta.- Me excusé.
- Insisto.
***
No sé cómo es que accedí pero me encontraba en el baño con el cepillo en mis manos.
- Adelante.- Dijo.
Le coloqué pasta dental y lo miré antes de meterlo a mi boca.
- ¿Estás seguro?
- Sólo hazlo.- Respondió.
Con algo de miedo lo metí en mi boca y cepillé.
Las muelas en círculos, los dientes de arriba de arriba a abajo y ls de abajo de abajo a arriba, las mejillas y la lengua.
Intenté no ser muy brusca y al terminar lo saqué de mi boca y escupí la pasta.
De repente mi mano empezó a brillar y lo solté.
El pequeño cepillo se transformó de repente en un atractivo hombre con pijama quirúrgica, cofia y guantes de látex.
Usaba anteojos y parecía muy confundido.
- Dr. Colgate...- Dije asombrada.- Eres humano.
- Lo soy...- Respondió.
Era muy diferente a como lo había imaginado.
- No pensé que la solución fuera tan sencilla.- Dije.
- No lo es.- Suspiró.- Ahora lo recuerdo.- Señaló sentándose en el suelo.- El dijo que si alguien me usaba para cepillar sus dientes me haría humano por esa noche.
- Osea que mañana en la mañana...
- Seré un cepillo otra vez.- Se lamentó.- Pero su vuelves a cepillarte seré humano por la noche siguiente también.
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Dr. Colgate. (Colgate 360 y Tú)
FanfictionUn hechizo, una chica y un cepillo de dientes.